martes, 26 de noviembre de 2024

Dulces dieciocho. (Por Patricia F.)

 Este es mi aporte a nuestro reto de los jueves ¡Qué vergüenza!





Una anécdota de las tantas vividas con mi prima.

Don Pedro: El don Pedro es un postre clásico de la gastronomía argentina, que básicamente consiste en poner en un vaso de whisky una bocha de helado, generalmente de crema americana, vainilla o chocolate, depende del lugar, al que se le añade whisky y nueces trituradas.

La imagen que elegí es de IA a la que agregué el nombre del mítico bar, que hasta hace un tiempo existió, cerró en pandemia y ya no volvió a abrir.

El tema del video al final es uno de los temas escuchados por aquellos años.






Dulces dieciocho. (Por Patricia F.) 

Comenzaba la década de los años ochenta, mi prima y yo estrenábamos la mayoría de edad, dieciocho años recién cumplidos, no solo podíamos votar en las elecciones presidenciales, ver películas prohibidas para menores de dieciocho, sino que también podíamos ir a un boliche y beber alcohol si lo deseábamos. 

Con toda nuestra juventud a cuestas, el desparpajo de esos años, el deseo de vivir la nueva libertad... 

Enero de 1981, decidimos ir al bar Sancho, recién inaugurado en nuestro barrio, donde se reunía la juventud de la zona y la música era genial, todas las bandas de moda sonaban a través de los casetes allí. 

Era una tarde de mucho calor, decidimos ir a tomar un trago, charlar de nuestras cosas y ver pasar lindos muchachos, la vida era despreocupada por entonces y deseábamos disfrutarla. 

Nos sentamos en una mesa bien ubicada, desde donde poder observar el panorama y al encargado de la barra que debía rondar nuestra edad y tenía muy buena facha. 

Miramos la carta y nos decidimos por un “Don Pedro” cada una.

Una medida de whisky, una bocha de helado de chocolate y unas nueces trituradas. 

Charla va, charla viene, risas y más risas, cuestión que cada una acabó su copa y el efecto no se hizo esperar, desacostumbradas a beber alcohol el mareo nos empezó a ganar la partida. 

Tentadas de risa, muy tentadas luego de pagar la cuenta, decidimos pararnos para irnos con mucha vergüenza y temor de meter la pata hasta el caracú a causa del vendito whisky. 

Nuestras mejillas coloradas como tomates maduros, una mezcla de el calor y la timidez junto a la dosis de alcohol.

Caminamos lo más rectas y erguidas posible hasta la calle y ahí nos agarramos del brazo para sostenernos mutuamente, cruzar la Avenida Mitre y caminar las tres cuadras que nos separaban de la casa de mi prima. 

Llegamos sanas y salvas, zafamos del papelón, pero la vergüenza que sentimos en ese momento nos persiguió por un tiempo, hoy es una de esas anécdotas que al recordarlas nos causan mucha gracia, risa. 

Después de todo quien nos quita lo vivido. 






 

lunes, 25 de noviembre de 2024

Lista de participantes.

 Lista de participantes del reto de este jueves 28 de noviembre.


                                           ¡Qué vergüenza!







Hola a todos, empezaron a llegar los relatos, abajo el listado, muchas gracias por participar.

Seguimos esperando sus relatos, recuerden en lo posible no superar las 350 palabras.























domingo, 24 de noviembre de 2024

¡ Qué Vergüenza!


Nuevo reto Juevero

¡Qué Vergüenza!


Hola a todos y todas. Hoy, nuevamente, llegamos a presentarles el nuevo reto juevero.

¿Alguna vez pasaron por una situación verdaderamente vergonzosa? ¿De esas situaciones que con el tiempo se convierten en dignas anécdotas de ser contadas?

Yo tengo varias en mi haber y son uno de mis mayores orgullos porque las enfrenté estoica y hasta sirvieron de enseñanza para los que me estaban viendo en ese momento.

¿De qué tenemos que sentir realmente vergüenza? Ese sí que es un verdadero temita. 

Bueno, el reto de este jueves consiste en relatar un episodio en donde ustedes o alguien pase verdaderamente vergüenza. Para eso pedimos:

  • Que sea protagonizado por ustedes o un personaje ficcional, pero jamás de los jamases plagiado. Hurguemos en nuestro interior intelectual y seamos escritores dignos, por favor.
  • Que traten de utilizar alrededor de 350 palabras y respetar esto, para que todos puedan leer los maravillosos y vergonzosos relatos que vayan a publicar.
  • Que recuerden que nosotras no vamos a multiplicar escritos de blogs condicionados o para  públicos adultos, sobre todo aquellos que hacen uso de imágenes sin epígrafe, ya que no sabemos de dónde provienen o si tienen permiso de exhibir lo que se está exhibiendo.  Así que eviten dejar el link que provenga de sitios como esos y no nos comprometan. Gracias.


Fotografía producida por IA


Ahora pasaré a relatar uno de esos episodios verdaderamente vergonzosos

Me gusta mucho coser, muchas cosas me gustan mucho, pero coser también y fue uno de esos días en que me agarra el antojo por la aguja y el hilo que decidí hacerme una pollera - luego del episodio en cuestión no usé nunca más . así que hice todito: los moldes, corte, costura y llegó el momento del cierre, momento tortuoso, si lo hay en la vida de toda dama o caballero que se digne a imitar al Sastrecillo Valiente. 

Terminada mi falda, procedí a vestirme para ir a dar clases a la escuela media. Eran los primeros días de marzo, las clases casi recién comenzadas y el grupo que tendría aún no me conocía del todo. Me coloqué medias de seda, estaba templado, pero no tanto y partí. 

Me gusta el orden en todos los órdenes de la vida, valga la redundancia. Siempre cuidé muchísimo el colegio en el que trabajaba, era como mi casa y la pulcritud es una de sus características. 

Entro, saludo a la portera y en mis manos siempre bolsos, carteras y muchos bultos que entorpecen el andar. Cuando voy a atravesar el patio, surge de unas de las ventanas de primer año C, disparada cual proyectil, una caja de jugo que fue a dar delante de mis pies. Hecha una furia por esa falta total de respeto y limpieza, entro al curso, dejo todos mis bultos, y al levantar mi mano derecha con el índice muy erecto, estiro mi cuerpo hacia arriba y digo: ¿Quién tiró eso por la ventana? En el curso no volaba una mosca y todos de pie quedaron mirando fijamente el piso. Fueron segundos, qué digo, décimas de segundos las suficientes para que me arrepienta de no haber puesto el ganchito correspondiente al cierre que había cosido con tanto nervio. Así que al estirar mi cuerpo hacia arriba,  la pollera se deslizó hacia abajo, dejándome, digamos, en calzones. 

Muy valiente recogí la pollera, la levanté, pero antes les dije: como verán ,la bombacha es celeste y hace juego con los cuadritos de la pollera y tengo medias, así que esto no es para escándalo. Yo continuaba explicando y los alumnos seguían serios y de pie. Cuando finalicé de colocar la pollera como correspondía les dije:

- Ahora pueden reírse porque no estamos en el Medioevo- A la profesora se le vio la bombacha y ustedes tienen que reírse, no simular una seriedad ficticia. 

Todos respiraron y se rieron muchísimo y por años, fui felicitada por la valentía.

Obvio que al irme les dije:

- Los residuos van al tacho y lo que da vergüenza es robar, copiarse de otro, burlarse, lastimar. Mi pollera caída solo es síntoma de mi vagancia por poner un gancho, pero vergüenza, no, qué va. 

Rosana 




 

martes, 19 de noviembre de 2024

Jennifer comienza el camino. (Por Patricia F.)

 


Este jueves el desafío viene de la mano de Mónica, en su blog Neogeminis , donde nos propone utilizar frases de escritores celebres, se puede usar una, varias o todas, según la inspiración.

Este micro relato es la segunda parte de un relato que publiqué en diciembre del año pasado, participando de otra propuesta, dejo el enlace por si desean buscarlo y leerlo, para saber de dónde continua esta historia y quienes son estos personajes, Artesanos de la Palabra: La magia oculta de Jennifer.(Por Patricia F.)

Justamente la primera frase que elegí la de W. Whitman, me recordó mi relato anterior y decidí seguirlo. Al final el video que acompaña la primera parte y ahora esta, vale la pena escucharlo mientras se lee.

 Yo elegí estas tres frases:

-  Mantén siempre la cara hacia el sol y las sombras caerán detrás de ti. W. Whitman

-  La verdad es raramente pura y nunca simple. Oscar Wilde

-  Cada uno tenía su pasado encerrado dentro de sí mismo. V. Woolf

Como siempre no superar las 350 palabras.






Jennifer comienza el camino. (Por Patricia F.) 

 

  • Mantén siempre la cara hacia el sol y las sombras caerán detrás de ti...  

Repetía en su mente como un mantra para no perder el valor, mientras lentamente se adentraba en la profundidad del bosque oscuro, cada rayo de luz solar que se filtraba en esa espesura era como una chispa de esperanza. 

Seguía avanzando acompañada por Black, su gato, mientras el canto de los pájaros y el vuelo de algunas mariposas de los bosques, lograban distraerla un poco de su incertidumbre. 

Cada vez se aferraba más a esa frase, a su mantra, el que su abuela le dijo al partir y Black la observaba con atención sin apartarse ni un milímetro de ella. 

Necesitaba llegar al final del camino, para saber a ciencia cierta la verdad. Se sentía observada por sombras, que se ocultaban entre las mismas sombras, formando una sola masa amorfa sombría. 

¿En algún sitio de ese lugar hallaría a sus padres?, no sabía si aún vivían o si el enojo de su abuelo les había arrebatado la vida. 

¿Se habrían vuelto a ver?, ¿desearían verla a ella?, la causa de sus desventuras... 

Tantas dudas daban vueltas en su cabeza, tanta curiosidad tenía, tantas preguntas sin responder, sólo estaba segura de algo, que sus padres no la abandonaron, ella fue arrebatada de su lado y ellos desterrados. 

Black leía uno a uno sus pensamientos y de un salto cayó en sus brazos, maulló y la miró fijamente con sus enormes ojos amarillos, transmitiéndole la luz de esperanza necesaria para continuar su camino, mientras le transmitía estas palabras: 

  • - La verdad es raramente pura y nunca simple. 

Piénsalo bien mi niña y no te dejes guiar por pensamientos oscuros, pronto hallarás la verdad. 

  • - Cada uno tiene su pasado encerrado dentro de sí mismo... 

No lo olvides. 

Con un ágil salto cayó nuevamente al lado de Jenni y continuaron el camino, perdiéndose en la espesura. 

 

 



Dulces dieciocho. (Por Patricia F.)

  Este es mi aporte a nuestro reto de los jueves ¡Qué vergüenza! Una anécdota de las tantas vividas con mi prima. Don Pedro: El don Pedro es...