jueves, 1 de agosto de 2024

Alguna vez alguien... (Por Patricia F.)

 


Cada jueves un relato, este jueves Neogéminis, nuestra anfitriona nos propone escribir un texto, teniendo en cuenta la siguiente frase: ALGUNA VEZ ALGUIEN ME CONTÓ..., tratando de no superar las 350 palabras. 

Aquí les dejo mi participación.








Alguna vez alguien... (Por Patricia F.)

Desperté sobresaltada, me sentía ahogada, mi corazón latía aceleradamente, tenía la boca seca. Agarré el celular de mi mesa de luz, miré la hora, eran las tres de la madrugada. 

Decidí levantarme abrir la ventana y dejar que el fresco aire de la noche entrara mientras inspiraba profundamente para que invadiera mis pulmones y calmara mis latidos. 

No fue una pesadilla, lo sé, sentía como si presencias extrañas hubiesen invadido mi alcoba, mi cuerpo, mi mente; como si seres extraños se divirtieran con mi desconcierto y angustia. 

Tomé el libro antiguo que compré en la feria de San Telmo, un libro de leyendas urbanas, de historias de aparecidos y muertes confusas en lugares emblemáticos, cuando la ciudad aún no era tal, sino más bien un caserío en crecimiento. Un libro que asomaba entre otros tan amarillentos como él. 

Alguna vez alguien me contó en un taller literario sobre su existencia, pero, que si lograba conseguirlo tuviera cuidado porque le han contado que sus páginas encierran todas las angustias, tristezas, desesperanzas, locuras que envolvieron a sus personajes y quizá algún alma perdida buscando consuelo. Que su autor desapareció luego de escribirlo y que nunca se supo de su paradero. Esas mismas leyendas urbanas dicen que enloqueció cuando recibía presencias oscuras en sus sueños. Esa misma persona me contó que se publicaron pocos ejemplares y que encontrar uno era una verdadera proeza. 

Ese mismo alguien que me dijo sentía curiosidad, pero que si lo encontraba no se animaba a leerlo; yo que soy muy incrédula en cuanto a ese tipo de historias se trate, me autoconvencí que era una locura. 

Por eso al verlo entre esas viejas publicaciones, no podía creerlo y sin pensar en nada lo compre. 

Durante varias noches viví la misma situación y así mientras crecía mi desconcierto también mi fascinación por las historias allí escritas. 

Y si... alguna vez alguien me contó, pero sin dudas yo lo viví y ahora que estoy encerrada entre esas páginas siento cierta calma, porque ahora formo parte de la historia. 

 

 

martes, 30 de julio de 2024

Regreso pasivo

 Cómo va queridísimos blogueros. Hace tanto tiempo que no publico nada que no sé si van a saber quién soy, pero les cuento que pasé de activa a pasiva en marzo de este año. Si, me jubilé como profesora de escuela media y como maestra y recién hoy, retomé el vicio de escribir.

Así que les comparto estos pensamientos en forma de extenso poema

Espero la inspiración no me abandone y pueda ahora, a modo rutinario, exhibir estos pensamientos y compartirlos con ustedes que sé que están disfrutando de un calor que a nosotros nos está faltando.

Los abrazo hasta la próxima

Rosana


"Los sonidos del silencio"


Ahora amo este silencio

No marca soledades

No es totalmente sordo

Es un silencio perfumado

Se huelen en el aire nuestras respiraciones

Se leen en las paredes  nuestras muchas historias

Las juveniles, las de los 20, cuando a los dos

nos funcionaban todos los motores y no pensábamos en aceitar nuestros engranajes

Las que transitaron  detrás de los mostradores:

Quesos, fiambres, dulces galletitas contenidas en latas, sueltas, golosas.

Las que sumamos a nuestras aventuras laborales, la presencia del fruto único

Las de los 30, corriendo para pagar, siempre pagar a tiempo o a destiempo mojado por las lágrimas

Las historias en las que cambié mi atuendo por el guardapolvo blanco. Esas, todavía estaban llenas de ruidos: un adolescente simulaba ser disc jockey en una de las habitaciones y nos íbamos amigando a los nuevos ritmos para mantenernos cerca

Las de los 40, yo crecía, abría las alas impregnadas de conocimiento, engordaba cada neurona de mi cerebro; él crecía, su adolescencia adelgazaba hasta extinguirse y un hombre bello asomaba mostrando de cada uno de nosotros, algún rasgo (o muchos); vos crecías y adolecías, sufrías y perdías movimientos y ganas de intercambiar opiniones; el dolor se apoderaba de tu vida y lo hiciste parte, lo incluiste en tus respiraciones cotidianas, pero seguiste…más silencioso seguiste demostrando que somos lo más importante.

 Ahora amo este silencio

Aunque ni vos  ni yo seamos los mismos

Nuestros envases cambiaron de color,

Nuestro interior va perdiendo vigencia y reclama mecánicos con premura

Este silencio que reina, que grita diariamente que somos otros, susurra a cada paso que hay una unión indisoluble, nada la corroe, nada la malogra

Ahora, amo este silencio.


Rosana

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