En una nueva propuesta El Tintero de Oro, nos lleva a imaginar y crear una historia de personajes mágicos como las hadas, con un máximo de 900 palabras, en el concurso de relatos número 36, El Pentamerón de Giambattista Basile, espero que les guste mi texto.
Ana y Anastasia.
Había una vez... siempre hay una vez, un reino que desfallecía de tristeza, pues la reina no lograba concebir un hijo, el heredero al trono que algún día quedaría vacante, los años pasaban y ella se iba avejentando al igual que el rey. Mientras la reina languidecía de tristeza, el rey no hallaba consuelo, ni el bufón de la corte ya lograba hacerlos reír, ni los juglares con sus laúdes y sus historias fantásticas.
Una noche de luna llena, los reyes observándola le pedían un milagro, al instante apareció ante sus ojos una estrellita muy brillante que en un chispazo se transformó en una bella mujer, vestida de blanco y plata. Ante la mirada atónita de sus majestades hizo una pequeña reverencia y se presentó:
Buenas noches sus excelencias, soy el Hada de la Luna, y puedo concederles un deseo.
Ellos no podían creer lo que veían y escuchaban, pero nada perdían con intentar hacer realidad su anhelo y así se lo hicieron saber.
Pues bien, os concederé la dicha de ser padres. Por esta hermosa luna que nos mira os aseguro que esta misma noche la reina quedará embarazada, pero escuchadme bien, concebirá gemelas y el día del alumbramiento, me daréis una de las niñas que haya nacido, esa será mi paga, esa pequeña que llamaréis Anastasia, será mi discípula, hija de la Luna.
Vosotros tendréis a vuestra heredera y yo una pequeña aprendiz, pues debéis saber que para ser hada se necesita sangre real. Nos veremos en nueve meses y no olvidéis que habéis empeñado vuestra palabra.
El día del alumbramiento, el hada se presentó en busca de Anastasia, con gran dolor los reyes la entregaron con la promesa de jamás contar a la otra pequeña, Ana, sobre la existencia de la gemela, ya que pertenecía al mundo mágico y no al terrenal. Fue un pacto secreto entre ellos y por nada del mundo se debía romper.
Los años fueron pasando y Ana se transformó en una hermosa joven de dieciséis años a la que varios jóvenes de la corte miraban embelesados, aunque ella aún no tenía intenciones de casarse pues en su interior una voz le decía que debía buscar algo más, y eso no era precisamente un esposo.
Por otro lado, en la espesura del bosque mágico crecía Anastasia, tan bella como su hermana, pero con la palidez de la luna. Mientras aprendía las artes de la magia, sabía que en algún lugar algo o alguien la llamaba con su corazón y mente.
Ambas sin saberlo se estaban buscando. Lo cierto es que ninguna de las dos era completamente feliz, al sentir que algo le faltaba.
Por otro lado, el Hada de la Luna se había dado cuenta de los sentimientos de su discípula y en un intento por mantenerla alejada del mundo real, le hizo prometer que jamás saldría del bosque, hasta ser iniciada y convertida definitivamente en su heredera de poder mágico. Anastasia lo prometió, pero cada día que pasaba sentía más curiosidad y se preguntaba la razón.
Utilizando sus crecientes poderes, en una noche de Luna llena, decidió consultarle y obviamente la reina de la noche le respondió reflejando en su redondez un rostro similar al suyo, eso la dejó pensando y buscando más respuestas.
Por otro lado, Ana, sentía lo mismo que su hermana y tratando de averiguar qué podía ser, fue a hablar con su madre, al verla con tanto desasosiego su madre rompió la promesa que hizo y le contó la historia a su hija, haciéndole prometer que nunca buscaría a su hermana porque no pertenecía al mundo de los humanos sino al reino de las hadas, que nunca se internaría en el bosque mágico.
Como atraídas ambas por un imán se acercaron a los límites del bosque, en el mismo instante en que se vieron se reconocieron, al abrazarse sintieron que sus cuerpos se desvanecían, una niebla espesa, blanca las envolvía y las alejaba de este mundo hasta hacerlas desaparecer completamente. En el lugar donde unos minutos antes se encontraban ambas jóvenes, ahora solo quedaba polvo de estrellas....
Las promesas son para cumplirse, la palabra empeñada se respeta, los secretos para siempre ser guardados.
Fotografía de mi autoría, en Bahía Manzano Villa La Angostura, el 1 de abril del 2023.
Patricia F.