Pasó otra semanita y llegó un nuevo desafío juevero. Esta vez propuesto por Neogeminis, quien nos propone escribir sobre "Dar vuelta la página"
"¿Una página o varias?" (por Rosana)
Hacer click aquí para ir a la convocatoria |
Ayer escribí este texto y luego de “guardar como”, decidí
dar vuelta la página, así al instante. Afloró de golpe la sensación de haberme
arrebatado demasiado rápido, de haber soltado sobre el teclado viejos rencores
que no me llevan a construir absolutamente nada. Sin el menor ánimo de pasar
por alto ningún detalle, porque están incrustados en cada neurona, decidí que
continuar mencionando todo lo negativo que la vida pudo tener, no me conduce
más que al puerto de la mala sangre, en donde el barco siempre se dirige hacia
la nostalgia por una vida que no fue.
Entonces me detuve un instante y visualicé un cuaderno y un
cuaderno me pareció demasiado. Volví a hacer un alto y pensé: “La vida es una
gran página en blanco, abierta como una mariposa recién salida de la crisálida,
dispuesta a contener el guión de las múltiples obras de teatro en varios actos,
que representamos diariamente.
Siguieron aflorando pensamientos y conclusiones - que sólo surgen
cuando tu número de documento va quedando cada vez más lejos de los jóvenes que
te rodean – y entre tantas conclusiones sentí que durante muchos años había sido
una actriz de reparto en la obra de mi vida, como que me iba acomodando para
que el resto de los actores se sintiese satisfecho y me di cuenta de que la
decisión de andar por la vida con borra tinta a mano, siempre depende de uno.
Una página, para mí es sólo una. Una que vamos escribiendo,
borrando, corrigiendo, intentando mejorar ese manuscrito que sólo será definitivo
cuando hayamos partido.
Si fuesen varias, las viejas quedarían machacando todo el
tiempo, presentes recordando lo que tal vez estuvo mal. Por eso, no es cuestión
de dar vuelta la página, sino de recapacitar cuáles son los renglones que
debemos borrar por la noche, para que el libreto del día siguiente nos permita representar
lo que fuimos aprendiendo cada vez que intentamos renacer.