Caña con ruda. (Por Patricia F.)
Una antigua tradición de origen guaraní cuenta que, en el mes de agosto, todos los años se producían grandes lluvias que, sumadas al frío del invierno provocaban enfermedades, a veces como grandes epidemias que llegaban a diezmar las aldeas; por eso crearon este remedio natural, puesto que a la ruda se le reconocían múltiples propiedades medicinales.
Esta tradición milenaria, proveniente de los pueblos originarios de América, en Argentina se encontraba específicamente enraizada en el norte, extendiéndose luego a todo el país.
Al principio se mezclaba la ruda con licores fabricados con chañar, tunas, algarroba; con la llegada de los europeos los componentes alcohólicos se fueron cambiando hasta llegar a la preparación actual.
Volviendo a sus orígenes, la creencia popular destacaba su efectividad para combatir los males de invierno, por eso un mes antes el 1 de julio, se colocan unas ramitas de ruda en un frasco a macerar con caña, se deja en lugar oscuro hasta el 1 de agosto, donde a la mañana se toma en ayunas, el día que se celebra a la Pachamama o Madre Tierra.
Como se toma es otra cuestión, algunos dicen que tres sorbos, otros que siete sorbitos y otros que un vasito de licor lleno, y que uno se ofrece a la tierra para pedir su protección.
En la actualidad se fueron cambiando en algunos casos el jugo de limón por otro cítrico, que puede ser naranja o pomelo, e incluso algunos exquisitos usan jugo de maracuyá, pero lo cierto es que el 1 de julio se prepara, se deja macerar esperando la llegada de agosto, el mes más frío por estos lares.
Patricia F.