sábado, 2 de octubre de 2021

Aquella radio-tocadiscos de madera(por Patricia F.)

 Aquella radio-tocadiscos de madera (por Patricia F., la Colo) 

 

Era una radio-tocadiscos, calculo que de los años ‘50, de madera clara lustrada, bastante compacta para su tiempo; estaba en la cocina de la casa de mi Nona, mi tía buscaba música clásica en el dial para que yo aprendiera a escucharla y valorarla. 

Jugábamos a ser bailarinas clásicas, sonaba “El Lago de los Cisnes”, “Cascanueces” y otras obras de Tchaikovski, mientras me enseñaba pasos me contaba la historia de cada ballet; hoy lo recuerdo con alegría y son mis preferidos. 

Tanta música sonó: George Gershwin, Waldo de los Ríos, Charles Aznavour y tantos otros. 

En el tocadiscos escuchábamos sus discos de folclore, como por ejemplo, “La Misa Criolla” de Los Fronterizos, que ahora, escucho cada Navidad y me emociona. 

Aprendí a conocer muchos intérpretes y autores, muchos ritmos, un universo fascinante se abrió ante mis ojos y oídos, hay que pensar que vivíamos en zona rural y en aquellos tiempos no era fácil acceder a eventos musicales, literarios, eso estaba reservado a unos pocos y más si se vivía lejos de la ciudad, pero ella, mi tía Chichí me abrió la mente a ese universo de música y literatura, eternamente agradecida a mi madrina por hacerlo. 

Tenía un limpia discos de madera y terciopelo rojo guardado allí dentro, me enseñó a usarlo, suavemente para quitar pelitos, pelusitas leves, que pudiesen interferir con el buen sonido, mientras giraba el disco y antes de apoyar la púa. 

¡Cuántos recuerdos! 

Aquella vieja radio de madera, cuya marca no recuerdo, pero tan hermosa, que me hizo conocer por primera vez la belleza de la música en el tiempo.  

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