Unos pensamientos que me rondan ante mi inminente cambio de década y la incertidumbre que me genera.
Las fotografías son de mi autoría.
Etapas. (Por Patricia F.)
(Autorretrato, Chile 2017)
En un mes comenzamos el nuevo año y en un mes exactamente cumplo años y comienzo una nueva década.
Como en cada comienzo de década me planteo nuevas metas por cumplir, aunque siento que esta es especial, diferente (porque yo me siento diferente y porque ya no soy la misma mujer que fui).
Cada nueva etapa de mi vida me dejó algo nuevo: el amor, nuevas carreras, los hijos, viajes y hasta por unos años vivir en otro país; ahora mi energía es diferente. Cambié físicamente, pero por sobre todo mentalmente, estoy plantada en esta vida nueva de otra manera ya no tengo la paciencia de antes ni la misma diplomacia, si tengo que mandar a alguien a “pasear”, lo hago sin miramientos.
Seguir creciendo en conocimientos, investigar las cosas que me gustan y disfrutar de hacerlas sigue siendo fundamental para mí.
Quiero y necesito mi tiempo y priorizarme, durante años fui poniendo por delante otras cosas porque así lo creía necesario, no me arrepiento en absoluto; cada cosa en su momento y lugar.
No es fácil cumplir sesenta, más lo pienso más me cuesta creerlo. Estoy agradecida por estarlo viviendo, muchos no han tenido esa suerte, aunque ahora las expectativas son mayores, antes sabía hacia dónde apuntaba y obviamente avanzaba hacia el objetivo, ahora me siento un poco perdida y con muchos más temores que en la juventud, antes sabía que tenía toda la vida por delante (tiempo, mucho tiempo para hacer, soñar, planificar).
Ahora la incertidumbre del escaso tiempo me genera temor, nunca le temí al mañana, ahora le tengo respeto... Quizá sea porque la experiencia me enseñó que en un segundo todo cambia y todo se vuelve tan etéreo como la nada misma, que muchas veces los sueños se transforman en pesadillas, que el hartazgo te vence.