Ante un nuevo desafío del Tintero de Oro, un nuevo microrreto, inspirándonos en una cita, elegir una y escribir, debo reconocer que dos citas me llegaron e inspiraron porque ambas frases suelo citar a veces, por eso trate de unir en un solo pensamiento, y salió un micro sobre la realidad que por estos lares se vive. Debajo dejo las citas y al final el texto que me inspiraron.
La ciudad, un infierno... (Por Patricia F.)
Últimamente el infierno se había instalado en las calles...
Cruzar el puente para llegar a la capital, una misión casi imposible. Eso pensaba Luis mientras revolvía su café hipnotizado por los círculos concéntricos que forman un remolino.
¡Qué camino tomar, qué transporte!, era imperioso llegar, hoy tendría su diagnóstico médico, no podía faltar a esa cita; pero los cortes de calles, las marchas de protesta transformaban ese viaje de quince minutos en tiempo normal en horas de agotadora agonía.
Volver a dormir y no pensar era su deseo, aunque no podía hacerlo (hoy por fin sabría si el cáncer estaba controlado o debía volver a los invasivos tratamientos)
Seguía revolviendo su café ya frío, sabía que su libertad estaba cercenada..., el agotamiento de soportar esto casi a diario ¡¡¡ya no lo soportaba!!!.
“Simplemente los derechos de otros terminan donde empiezan los míos” y con ese pensamiento se dejó llevar.
(Yo siempre digo que los derechos de otros terminan donde empiezan los míos)