jueves, 8 de agosto de 2024

Vivencias. (Por Patricia F.)

 

Este mes de agosto el Vade Reto es sobre LA PLAYA, el texto se desarrollará como único requisito justamente en la playa, puede ser en verano o invierno, solos o acompañados, con personajes típicos de una playa o no, cada uno elige.

Yo elegí algunas vivencias antiguas y actuales, y culmino con un video de aquellas viejas épocas a donde me transportan los recuerdos, donde ese tema era furor un verano y todos lo bailaban.





Vivencias. (Por Patricia F.)


Con los pies descalzos, sin importar el frío del invierno, camino por la arena húmeda a orillas del mar. Un rumor de olas me acompaña y el graznido de las gaviotas al pasar. 

Me gusta el mar en invierno, en un día soleado, no hay gente, me complace el absoluto silencio humano y el sonido de la naturaleza al expresarse. Mis pensamientos se ordenan y mi mente viaja en el tiempo. 

Sigo caminando por la arena mojada y me adentro en los recuerdos de otros tiempos, cuando de niña corría por la playa, crecían castillos de arena, donde las princesas vivían sus historias y caracolas mágicas rodaban con el movimiento de las olas hasta mis pies, formando carrozas que llevaban blancas perlas para coronar los sueños de esa pequeña soñadora. 

De aquellas vacaciones en familia y con amigos estacionales, que cada verano nos reuníamos en el mismo lugar, compartíamos cada jornada hasta el atardecer. 

Cuando formábamos un campamento enorme, al son de la charla, los mates, los sándwiches de milanesas, cuando escarbábamos en la arena hasta rompernos las uñas buscando almejas, cuando mi hermano pescó aquel pescado inmortalizado en una foto y las olas nos golpeaban y revolcaban o quedábamos apanados en la arena seca de los médanos y espiábamos lagartijas calentándose al sol. 

Hermosos tiempos aquellos que recuerdo con alegría y nostalgia, ahora no voy en verano a la playa, después de aquellas quemaduras solares y quedar roja como camarón, me prohibieron el sol en la piel, así que me gusta en invierno, porque puedo ir vestida. Y camino... camino descalza, respiro el aire salado, lo incorporo a mis pulmones y mis células, a mi torrente sanguíneo, lo llevo en mi piel. 

Aquellos años, aquellos tiempos adormecidos en mi alma, donde todo era especial, hasta la música que escuchábamos. El mar es el mismo, la playa ha crecido, ya no hay médanos donde guarecerse del viento, ahora han construido casas y parte de la costa fue robada al mar por la mano del hombre, que construye sin parar, sin pensar. Hasta que un día el mar se cansa y embravecido embate contra esas edificaciones y las arrastra hacia sus fauces con su inmenso poder dejando solo escombros... 

Entonces pienso, lentamente todo se va acomodando y la naturaleza recupera su armonía, mientras camino descalza en el frío invierno, recordando aquel tiempo acontecido. 






lunes, 5 de agosto de 2024

El reto de María. (Por Patricia F.)

 

Esta semana la consigna para el desafío de los jueves viene de la mano de Mag, en su blog La trastienda del Pecado, el tema es "el arte de no hacer nada", reflexionar y escribir sobre eso, sobre el placer de no hacer nada, de disfrutar el momento.

Culmino mi relato con una foto de mi Romeo, que, si bien ya no es un bebé, representa lo que quise expresar en la historia de María, ellos nos rescatan del mundo diario, nos dan paz y simplemente dejar pasar el tiempo sin hacer nada, en esa foto él estaba durmiendo sobre mis piernas.






El reto de María. (Por Patricia F.)


Era una persona sumamente ocupada, a veces sentía que su día necesitaba 48 y no 24 horas, vivía pendiente de su teléfono celular, del trabajo, olvidándose de su vida. 

Siempre luchó por ser la mejor, se destacaba en deportes, fue la abanderada en la escuela por sus excelentes calificaciones y se recibió en su carrera universitaria con honores y gracias a eso obtuvo un excelente empleo. 

Profesionalmente era la mejor, pero personalmente comenzó a sentir que el mundo la ahogaba, hacía tiempo que no miraba una puesta de sol, una flor o simplemente la nada. 

Un día después de su trabajo, decidió caminar hasta su casa en lugar de tomar el metro, necesitaba aire fresco y respirar profundo. Así sin pensarlo, se sentó en una plaza, silenció el teléfono y cerró los ojos, un maullido suave la sobresalto y al abrirlos se encontró con un pequeño gatito a sus pies, buscando calor. Simplemente sonrió, lo tomó en sus brazos y lo acunó, el pequeño se sentía bien en su regazo y con un suave ronroneo se durmió, María sintió calma y paz, mucha paz. 

Se quedó un largo rato observándolo, así sin hacer nada, se sintió bien y acariciando al pequeño minino, sintió que había encontrado su luz, se marchó a su casa con el gatito envuelto en su bufanda, le dio calor, cuidados y él a cambio le regaló su serenidad. Ahora María sabe que ese momento de no hacer nada, mientras esa pequeña bola de pelos duerme en sus brazos, es el mejor momento de su día. 

Cuando sale de su trabajo ya no mira el celular y solo corre a su casa porque alguien espera su llegada y simplemente comparten eso, el reto diario de ignorar al mundo y que a ambos les llena el alma. 




Mi Romeo y su calma.

¿Cerramos las redes sociales? por Rosana

Hola amigos y amigas bloguer@s, luego de consultar debidamente a "EL TINTERO DE ORO" , recibí como respuesta que podemos participa...