viernes, 11 de marzo de 2022

El celular tiene la culpa. (Por Patricia Fulvey)



Nuevo micro reto del TINTERO DE ORO,  "Un cadáver en el ascensor".

 El celular es el culpable. (Por Patricia F) 

 Tan apurada, sobre la hora, llegué al Hospital Universitario a mi sesión de terapia, que decidí usar el ascensor para subir los nueve pisos que normalmente hago por la escalera. 

Usted sabe doctora que los pequeños espacios cerrados me dan fobia, pero que hoy en mi apuro por no llegar tarde, sin pensar ni mirar me subí, sólo miraba mi teléfono. 

Allí estaba yo, doctora, absorta en los mensajes de mi móvil, concentrada en responder, cuando de golpe el ascensor se detuvo; imagínese, justo a mí me pasa eso. Comencé a transpirar, a ahogarme, buscando desesperada una salida, que obviamente, no hay; observé que no estaba sola, en el fondo había una camilla con un cuerpo cubierto por una sábana blanca. 

¿Me entiende doctora? Mi única compañía en ese lugar era ¡un cadáver!, empecé a gritar pidiendo ayuda, desesperada apretaba el botón de emergencia, mi cuerpo chorreaba transpiración empapando mi ropa; ¡sólo a mí me suceden estas cosas doctora.! 

¿Me escucha?, me faltaba el aire, quería salir corriendo, me sentía desesperada... 

Hasta que de pronto, ese condenado cubículo volvió a moverse, al abrirse la puerta mis ojos desencajados se toparon con la mirada desencajada del camillero, que debía llevar el cuerpo a la morgue y que yo en mi arrebato de apuro por llegar mientras él, buscaba los papeles correspondientes, me había llevado sin querer. 

No me mire así doctora, de verdad que el cadáver estaba en el ascensor. 







jueves, 10 de marzo de 2022

A él le encanta este lugar, yo quisiera huir (por Rosana)

 Vamos nuevamente con los relatos jueveros y con la propuesta de MOLÍ,  así que decidí contarles una historia que es tan real, tan verídica...

Molí del -Canyer  nos propone elegir una de las imágenes que pueden ver haciendo click en la fotografía.







-          Buenos días señorita ¿Cómo está usted? – Era la primera vez que lo veía y ese saludo tan efusivo iluminó el día desde temprano.

-          Bien ¿Cómo estás? ¿Vos quién sos? Bienvenido

-          Me llamo Marcelo… ¿y qué hemos de hacer ahora?

-          Hoy vas a estar conmigo, mi nombre es Rosana, pero tu Seño no vino. Voy a acompañarte a tomar el desayuno ¿Querés?

-          ¿Es gratis?

Lo miré un instante. Mi mano tomó impulso y no reparó en acariciarle la cabellera, mientras mi cabeza no dejaba de preguntarse ¿Por qué?

-          Sí, es gratis, y hay  mate cocido con vainillas. ¿Quermés?

-          Estoy  abierto a conocer nuevos gustos, así que voy a probar.

Sonreía con una sencillez y transparencia que emocionaba; como un néctar de alegría mezclada con aceptación que entristecía hasta al más áspero de los seres.

Su acento poco común para mí me iba haciendo sospechar que no era porteño y que ni siquiera era oriundo de ninguna provincia que conformase este extenso territorio.

Aún no me animaba a preguntarle el origen; era su primer día en una escuela nueva, llena de gente nueva que seguramente le sonaban raro al oído y su maestra (que no era yo) había decidido tomarse una licencia – producto de un enojo con algún adulto. Esas cuestiones que existen en este bendito país; esas leyes infectadas que favorecen a cualquiera menos que a los niños –

Mientras sorbía con entusiasmo el verde brebaje, observé que sus ojos se movían hacia un lado y hacia al otro, con insistencia, con curiosidad y algo de preocupación. Fijó la vista en el patio, atravesándolo  con su mirada, topándose con una bandera que no es la suya.

-¿Buscás a alguien? – Tragó el último sorbo de mate cocido, se limpió muy bien las comisuras, se sostuvo el pecho con una mano para ayudarse a finalizar el desayuno y dijo:

- A mi hermano, pero estoy tranquilo porque ya ha hecho amigos, mírelo, mírelo, mírelo cómo corre. Él también está tranquilo, continuemos Señorita, vayamos al aula.

Su discurso me conmovió  desde el principio. Se encontraba ávido por responder, por saber, por comenzar a pertenecer. ¡Hace tanto que nuestros jóvenes y niños han perdido ese deseo incontenible por aprender!

Nuestro sistema educativo está roto, en terapia intensiva y sin oxígeno; falto de motivación por todos lados: docentes desmotivados y alumnos desmotivados, hace agua por donde se lo mire, así que tener la oportunidad de dialogar con esta personita que no alcanzaba el metro treinta, preocupado por saber si sus útiles eran los que necesitaba para aprender, hacía que a cada rato me dieran unas terribles ganas de abrazarlo y protegerlo.

Regresamos al aula y nos sentamos y fue en ese momento en que decidí sentarme a su lado para que no se sintiera desamparado y ahí entonces, soltó el manojo de angustia que le estaba oprimiendo el estómago:

-          Mi padre tardó quince días en llegar desde Venezuela.

Sabía que el filo de sus palabras llegaría en cualquier momento.

-          Tuvo que escapar, atravesar situaciones sumamente peligrosas. Cruzó con mi hermano el río mientras escapaba…

Yo me iba achicando ante tanta grandeza, ante tanta realidad, pero él siguió orgulloso relatando cómo su padre – un héroe para él – había hecho lo imposible por salvar a su familia del hambre y del despotismo.

Quise llorar, pero lo dejé para más tarde, hubiese sido perder el tiempo. Él reclamaba comenzar con la tarea, porque veía en este, mi país, la luz que yo siento que cada día se apaga más.

-          ¿Y te gusta esta tierra Marcelo?

-          Si Seño, es muy bonita, como es bonita esta escuela, lo único que no entiendo por qué al arequipe le dicen dulce de leche.

Sonreí, lo tomé del hombro y fui a hacerme un café. Me siguió y me preguntó:

-          ¿Y ahora con qué tarea continúo?

-          Esperá un cachito Marcelo, termino y te digo

-          ¿Cachito? Supongo que cachito será un momento. ¿no? ¿Estoy en lo cierto?

Y no pude evitar la carcajada más triste que expresé en mi vida.

-           


miércoles, 9 de marzo de 2022

Los niños, ¿qué será de los niños? (por Rosana)

 

Hoy me uno al reto de la semana número 10 de  SINDEL, quien nos propone utilizar la palabra HURACÁN en nuestro escrito. Los huracanes llegan y arrasan con lo que encuentran, igual que llega la guerra, la que está arancándole la sonrisa a muchos, pero entre los muchos, están los niños...







Calesita Parque Lezama - Ciudad de Buenos Aires



Abro la ventana de par en par, entra una luz que encandila mi sala de estar. Observo el balcón: el verde de mis plantas luce resplandeciente, brillante, borracho de tanta fotosíntesis

En el parque el carrusel gira, como está girando en este momento el planeta. Tiene países en forma de caballos, avioncitos, autos de colores, tigres de bengala, llamas, perros. Todos sonríen, nadie ocupa el lugar del otro, solamente están girando y cargando en sus lomos o asientos las alegrías de los chicos. 

En el horizonte los edificios no permiten que divise el cielo en contacto con el río. Sé que está allá, manso, marrón, terroso…

Observo pensativa con la tranquilidad de que todo está en su lugar: los árboles, los pájaros, las cotorras armando su nido, el carrusel, la feria, las bicis que van y vienen, los gritos  del predicador que promete la cura a todos los que recen y alaben junto a él a su Señor, gritos  que penetran en mi hogar haciéndome creer que todos almorzarán conmigo este mediodía… Sin embargo

Giro levemente la cabeza y me enfrento con mi televisor. Este aparato que no permite que siga pensando que todo está como debe de estar; me muestra que  otros carruseles han sido volados por el aire junto a las risas de los niños; que los pájaros estarán desorientados buscando dónde armar sus nidos ; que otros predicadores, igual a este que no calla, habrán prometido también por allá la cura para...¿para qué?

¿Pensaron por un instante que allí, donde la pólvora está inundando el aire, donde el HURACÁN de explosivos retumba a cada antojo del tirano, allí, justamente allí, faltan tan pocos días para que llegue la primavera?

Entonces meto mi cabeza en la noticias y las lágrimas no aguantan un minuto más sin salir, ya por dolor, ya por impotencia, ya por pensar que no puede ser que el mismo hombre que se encierra en un laboratorio noche y día para descubrir la cura a nuestros males, sea de la misma raza que el que  hace volar por los aires las risas de las infancias que deberían estar esperando que les construyamos  un mundo mejor.

martes, 8 de marzo de 2022

8 de marzo - Dia Internacional de la Mujer (Por Silvy Olivieri)

 





La luna, la tierra, las estrellas, la mar.

La conquista, la esperanza, la virtud, la alegría. La paciencia, la risa, la paz. La fuerza, la danza, la magia y la vida…

Tanta femineidad maravillosa en el universo para disfrutar.

Mujer de brazos de vientos para alcanzar a sus amores en cada viaje. Mujer de brazos de fuego para calentar en el frío a su prole.

Mujer de agua que calma la sed de amor y caricias. Mujer de tierra firme donde anclar y refugiarse.

Una mirada de ella ilumina el lugar más oscuro. Puede correr con los lobos y llevar su paso a lugares insondables y vivir en la casa de los espíritus, conversar con ellos y conectar mundos.

Mujer acusada sin razón por aquellos que le dan la ocasión para caer. Maestra del malabarismo donde danzan las sábanas blancas, el olor a comida casera, las tareas de la escuela y la soledad.

Soldado en la lucha de igualar sus derechos sin perder las diferencias. Porque ser única la hace brillar, ser fuerte le permite soportar y ser paciente la sostiene para avanzar.

Hada o bruja. Santa o maléfica. En cada perfil sigue teniendo la fuerza para construir.

Y más allá de su reflejo que exigieron fuera perfecto; más allá de los intentos fallidos por acallar su voz, ella siempre se erguirá con su espíritu indomable, de ese que viene desde tiempos inmemorables para seguir siendo tierra que sostiene, agua que limpia, fuego que calienta y viento que se expande.

lunes, 7 de marzo de 2022


Hola a todos: nuevamente lunes así que me toca publicar a mi. Y es un placer poder estar con ustedes unratito compartiendo un texto mío que escribí para participar del reto de Ginebra Blonde de su reto del mes de marzo, en su blog Varietes

Así que como me encantó escribirlo lo voy a subir para que puedan leerme y darle mucho amor. Ahí va...



Ese monstruo ( por Susana)

Y de repente, me despertó el estruendo terrible que escuché casi al lado de mi cama. No entendía mucho lo que estaba pasando. No entendía mucho de nada porque era muy pequeño. Por aquellos días los hombres odiaban y odiaban tanto que se enfrentaban en algo que llamaban “Guerra”. Después de esa noche supe cuál era exactamente el significado de esa palabra a la que mis abuelos, que sí la conocían, le temían.

     Corrí a la habitación de mis padres que ya estaban levantados mirando a través de su ventana. Mamá lloraba mucho y papá la abrazaba. Escuché decirle: “Ya comenzó”

     Cuando me vieron me tiraron los brazos, e hicimos un abrazo todos juntos que nos gustaba mucho. Pasaría mucho tiempo para volver a hacerlo y   yo no lo sabía. Ninguno de los tres lo sabía.

     Nos cambiamos rápido, tomamos algunas cosas que parecían importantes para ellos. Pusimos lo que pudimos adentro de las mochilas y salimos a la calle. Todo era un caos. Mi madre me tenía muy fuerte tomado de la mano. Caminamos bastante hasta que llegamos al subte. Allí bajamos y ya había muchas familias esperando. Todos estaban muy asustados. Yo no entendía por qué.

     Escuchábamos la sirena sonar constantemente. Gente que corría en la calle y bajaba donde nosotros estábamos llorando, muchos desesperados. Me fui dando cuenta que íbamos a estar allí por un largo tiempo. Comenzaron a hablar de él. Yo no lo conocía pero me decían que era un hombre malvado que lo único que le importaba era ganar. “La codicia y el poder alimentan tu odio” Eso decía mi padre. Le hablaba a ese hombre del que todos temían. Mi padre repetía y repetía esto una y otra vez. Las secuelas de ese tiempo están marcadas para siempre en mi mente, en mi alma. Mi padre se fue a pelear. Decía que no los dejaría ganar. Ganar, perder. Hoy hombre me doy cuenta que nadie gana en una guerra y que todos perdemos. Hoy entiendo qué significaba lo que mi padre repetía.

     Hoy en esta tierra lejos de la mía, miro a distancia aquellos días y siento dolor, impotencia y mucha soledad. Aquella guerra me quitó lo que más amaba, a mis padres. Este país me recibió y me regaló el milagro de la vida de mis hijos. Por eso agradezco la solidaridad, la generosidad que se anteponen a aquel odio desmedido y ruego que nunca tenga que volver a pasar por lo mismo. Por eso educo a los míos en el amor y el respeto por la vida del otro.


domingo, 6 de marzo de 2022

Buenos días queridos bloggueros

 Nuevamente domingo

Les recordamos que faltan pocos días para que finalice el primer desafío de escritura de nuestro blog

     https://somosartesanosdelapalabra.blogspot.com/2022/02/desayunos-artesanos-dia-1.html

Estamos esperando ansiosas vuestra participación, para disfrutar junto a ustedes de todas las producciones que vayan enviando.

En este link van a poder ver las que ya fuimos recibiendo:


                 https://somosartesanosdelapalabra.blogspot.com/2022/03/vamos-recibiendo-los-aportes-los.html


Por otro lado, seguimos sumando seguidores y eso nos pone  SUMAMENTE FELICES

Estaremos pasando por sus blogs para dejarles nuestro presente.


Estos son los nuevos bloggueros que se sumaron:


Asunción Caballero  http://larebeldequenofui.blogspot.com/


Romina Pérez


Vicente Tosqui


María del Carmen Piriz 


 https://imagenesqueescribo.com/      Mayte López


https://poemasdepoetiza.blogspot.com/   Sandra Figueroa


http://almaeluna.blogspot.com/   Luna Roja


http://indefinidamenteeneltiempo.blogspot.com/   Dafne Sinedie  


https://jascnet.blogspot.com/  José Antonio Sánchez (el náufrago entre libros)


Pasen y llévense a sus blogs nuestro emblema. 




Uno entre miles. (Por Patricia F.)

  Este jueves la propuesta vuelve de la mano de Neogéminis.  Mónica nos desafía a escribir un relato titulado: 1 entre 1000, después de much...