sábado, 31 de agosto de 2024

 Hola a todos: Volviendo por aquí. Un poco tarde pero quiero participar del reto de los jueves que propusimos, ya que en la semana pasada fueron casi imposible para mí algunas cosas. No podía faltar mi participación ya que mis compañeras artesanas se inspiraron las dos y como son ejemplo para mi, acá estoy. jajja

Ojala lo difruten. Les mando un abrazo. Denle mucho amor.


Susana






Una muñeca para abrazar ( por Susana)

     Llegaba el tiempo del olor a jazmines, la navidad flotaba en todas partes como un regalo anual a nuestra ternura y nuestra solidaridad. Estaba presente en las vidrieras, en las calles, en los medios de comunicación y en los ojos de los más pequeños que esperaban ansiosos ver el trineo de papa Noel en el cielo, atravesándolo con sus renos para traerles lo imposible. ¡Vaya que era imposible para mí traer a papá Noel aquel año!

     Sin trabajo, sin un plato de comida que poner en la mesa, pero mi niña esperaba con los ojos ávidos de ilusión. Ella quería abrazar una muñeca especial. No había pedido marcas, ni tamaño, ni color. Solo una muñeca para abrazar.

     Los días pasaban y las soluciones no llegaban. Por momentos pensaba en decirle la verdad y que viera que nada es regalado porque sí, que todo tiene un precio. Pero quién era yo para robarle el corazón de esa manera. Así que seguí rezando para que los ángeles del cielo me socorrieran porque solamente ellos iban a poder cumplir el sueño.

     Iba caminando por la calle, después de atenderme en aquel hospital que me veía cada mes y allí estaba. Era especial, pero le faltaba una pierna. Como haría para poder convertirla en la muñeca para abrazar.

     Me volví hacia un montón de basura que había muy cerca y sin pensarlo comencé a buscar. ¿Pueden creer que encontré el tesoro que buscaba?

     Corrí a casa, la lavé varias veces, le corté el cabello y cosí con mis propias manos un vestido de princesa. La envolví y la puse bajo el árbol.

     Esa noche fue mágica para mi nena hermosa, pudo abrazar a su muñeca, pudo proclamarla la princesa de su reino. Y yo pude sonreír, aunque sea unos instantes…


jueves, 29 de agosto de 2024

Justicia (por Rosana)

Cómo va amig@s Bloguer@s. El siguiente relato lo escribí para el reto juevero que nosotras mismas propusimos. Sé que van a pensar que la consigna pedía que pudiese ser escuchado por niños, pero les quiero aclarar, que no estrictamente debe ser un relato fantástico, sino que pueda ser escuchado y este, aunque horrorice, puede ser escuchado perfectamente. Tal vez no muy comprendido, pero escuchado, si. Tal vez, alguna criatura en las mismas condiciones entienda, que debe confesar y pedir ayuda, siempre, para que la justicia pueda actuar.

El relato es la pura realidad decorada con imágenes sensoriales y algún otro recurso  para darle el toque literario necesario para ser un relato, pero así, tal cual fue. Este es uno de los tantos que siguen aconteciendo.

Justicia  (por Rosana)

 La palabra justicia,  de acuerdo al diccionario de la RAE, proviene del latín iustitia, que a su vez, viene de ius - derecho- y significa en su acepción propia "lo justo", pero fue creada por los hombres, por nosotros mismos, y como cada creación humana, fue creada para el beneficio e interés de un sector de la humanidad.

¿Justicia para quién? ¿Cómo sabe el mortal que la imparte lo que es justo realmente?

Eran don bellas hermanas, rubias y de unos ojitos verde mar que solían concurrir al turno tarde. Una, la mayor, ya no recuerdo su nombre, sólo un poco entre neblinas, su rostro, una gran sonrisa y  su mano agarrada siempre a la de su hermana menor.

Se separaban solamente para entrar a los distintos salones, por cuestiones obvias: una iba a sexto grado de primaria y la otra, a tercero.

Los niños de ocho años no saben mentir, salvo que se les  ofrezca la mentira sistemática como medicina diaria, son francos, transparentes y cuentan absolutamente todo lo que se les viene a la cabeza. Por momentos, una hasta debe pedirle que callen porque no tenemos ganas de ser cómplices de las intimidades de mamá y papá o de las intimidades de quienes sean que pasen por sus casas, o de las atrocidades que se hablan durante las cenas,o los almuerzos; o de los horrores que viven ellas mismas con sus propios padres o familiares. 



Los niños de ocho años cuentan como pueden que fueron ultrajados, de la forma que fuere, o cuentan, o dibujan y ahí sí que tenemos la obligacion de abrir los ojos y los oídos  muy grandes. 

Los niños de 11 años, ya tienen su comportamiento infectado por los vicios de los adultos; ya conocen el valor de una amenaza, ya entienden el peligro que proviene de la misma mirada que por la mañana se levanta y se va a trabajar y luego trae el pan para comer y la compulsión de que ese esfuerzo le sea agradecido con cariños extremos poco descriptibles. Mientras que la de ocho dibujaba su propio holocausto, la de once seguía sonriendo y negando y diciendo que su hermanita era muy fantasiosa.

Se hicieron  las denunias pertinentes y la grade continuó negando. Sabía tal vez, que su destino no tenía certezas y en su mente aún infantil, prefería elegir la tortura que se había normalizado a colaborar con la destrucción de la mosntruosidad.

Las llevaron al hospital Argerich. Allí, funciona un apartado que se dedica a la salud de niños y adolescentes. Nos turnábamos para visitarlas. Cada día, una de nosotras, en el turno tarde, iba y le llevaba algo que habíamos recolectado en el colegio. Nunca voy a olvidar esa escena. Me empoderé, subí las escaleras, tomé el ascensor y bajé: niños y niñas por todas partes. Caños y agujas colgantes, camas con criaturas que iban desde los meses a los años y casi ningún adulto cuidándolos, sólo los médicos y las enfermeras. Todos y todas esperaban el veredicto de la justicia. 

La señora Justicia, tan ansiada y apetecida por muchos. Cuando el daño está hecho, no hay justicia que valga, siempre llega tarde: si han matado a alguien, que el victimario vaya preso no le devuelve la vida; si lo matan también a él, tampoco le devuelven la vida al otro. En este caso puntual, el daño estaba más que hecho. Dos niñas, habían sido ultrajadas y habían conocido la adultez antes de tiempo y sin consultar. Separarlas del victimario ¿sería justo? Seguro que ustedes van a decir: Si, obviamente, pero no le devolverían su infancia quemada por la atrocidad de un monstruo humano.

La más grande, arrastraba por el pasillo una muñeca nueva, una que le habíamos llevado uno de los días, uno cualquiera. En nuestra pobre mente desesperada surgió el pensamiento de que la muñeca pudiese llenar el espacio que le había sido quitado. Ella sonrió al recibirla y comenzó a arrastrarla por el piso. Lentamente, tanta pulcritud en el aspecto del juguete, su cuerpecito blanco y perfecto, el parlante que repetía: mamá, mamá, fue creciendo y tomando formas bestiales. Tal vez ella también, alguna vez gritó mamá tantas veces, en un grito sordo y ahogado.

La justicia dictaminó que lo mejor que les podía pasar era quedarse con su familia. La justicia necesitaba la confesión y ella no pudo dárselas. La señora justicia la arrojó a los brazos de la quimera. Ella, tomó a su intacta muñeca, esa que se jactaba de su niñez y frescura, de su cabello peinado con amor por una madre tierna,  y poco a poco, tal vez sin querer, tal vez de tanto arrastrarla por el piso manifestando su propio arrastre, sus gritos mudos, su inocencia perdida, ella, también hizo justicia.

Rosana

miércoles, 28 de agosto de 2024

Lista de participantes.


Lista de participantes


Hola amigos aquí debajo se encuentra la lista de participantes de nuestra propuesta juevera, muchas gracias por sumarse con sus historias.


















































                                                                                



                                                                     



                                                                            

lunes, 26 de agosto de 2024

Alma de muñeca. (Por Patricia F.)

 

Hola amigos, esta semana que nos toca a nosotras anfitrionar el desafío juevero, voy a contarles un cuento real, vivido en mi infancia. Esa imagen me ha inspirado muchas historias, algunas tristes, pero quise contar esta que durante mucho tiempo permaneció en el baúl de los recuerdos olvidada.

Este es mi aporte.




Alma de muñeca (Por Patricia F.) 


Iba caminando apurada por la avenida y al cruzar por una plaza para acortar camino, me crucé con una muñeca rota tirada en la vereda. 

Me detuve un minuto a contemplarla, por alguna razón sentí pena por ella, la tomé entre mis manos, me senté en un banco y me quedé mirándola. 

En ese momento llegaron a mi mente viejos recuerdos... 

Cuando era niña, íbamos con mi familia a pasar el día a una playa del Río de la Plata, rodeada de un monte de sauces y lirios, allí entre los árboles había una casa de madera, sobre pilotes para evitar que se le inundara en las frecuentes crecidas, que era de "alguien” y digo así, porque nunca vimos quien era la persona que allí vivía; lo cierto es que quien sea que fuese había colgado sogas alrededor de su casa y de allí pendían, muñecas rotas, autitos sin ruedas, pelotas pinchadas y otras partes de juguetes que el río arrastraba hasta allí y que eran recogidas y colgadas como trofeos, creando un mundo entre mágico y misterioso. Una mano piadosa que recogía esos restos abandonados y les daba una nueva oportunidad como custodios del sitio, como si fueran soldados vigilando su castillo. 

Era un poco terrorífico ver esos restos de juguetes así expuestos, colgando, adornando los derredores de la humilde morada. 

Si las muñecas tienen un alma, estas rondaban el lugar, un halo mágico se percibía al acercarse, el silencio reinante solo era interrumpido por los pájaros y la danza de las ramas de los sauces llorones al compás del viento. 

Nunca supe quién era el coleccionista de esos cadáveres de juguetes, nadie lo supo jamás.  

Lo cierto es que esta muñeca rota me recordó a aquellas y me la llevé a mi casa, quizá tuviera un alma, rota, por el abandono y yo que nunca tiré una muñeca, las quise a pesar de estar tuertas o medio peladas, sin un brazo o pierna, quise darle a ésta una segunda oportunidad.

Por un momento me sentí niña otra vez y curé sus heridas, la lavé, le hice un vestido, até sus entreverados cabellos con un moño, ahora descansa sentada en un estante esperando que un día alguien quiera jugar con ella. 



Foto de mi autoría, allá donde ocurrió la historia aquellos años.

 


Foto sacada de internet, a modo ilustrativo de los sauces llorones a orillas del río.

domingo, 25 de agosto de 2024

Hola relato juevero en Artesanas de la Palabra

 Esta semana estamos previstas nosotras para el relato juevero.¡Vaya previsión y sorpresa!  Para nosotras un verdadero honor comenzar a formar parte del staff que inventa las propuestas jueveras. 

Ya se habrán dado cuenta de que no somos sencillas ni muy normales, así que tendrán que atenerse a las consecuencias si no se cumplen los requisitos. JAJAJAJAJA.

Hace varios días que Buenos Aires está húmedo y gris, frío y nuboso y habitado por seres extraños como la de la foto que parece haber sido: abandonada, arrojada, despojada, soltada, dejada o se encuentra descansada en medio de la acera frente al hospital Argerich (cada quien encontrará el Ada que más le plazca)

Obviamenteeeeeeee deberá ser la protagonista de nuestro relato, que tratará de tener una extensión no mayor a las 350 palabras y que deberán escribir con el propósito de poder ser narrado a las criaturas de hasta 12 añitos. Ojo, no porque puedan escucharlo los niños, debe de ser para niños.

Esta condición sine qua non persigue el objetivo de lograr que vosotros desplegueis vuestra sana imaginación y demostréis que os podeis ajustar a cualquier género y formato literario.

Con ustedes la fulana en cuestión 





Obviamente el uso de la foto está permitido porque es de nuestra autoría

Les deseamos de corazón que se diviertan y estamos ávidas por leerlos y ver todas vuestras participaciones, no se olviden de dejar los enlaces de sus participaciones en los comentarios, para comenzar a armar el listado. Muchas gracias.

Asombrosamente asombradas

  Asombrosamente asombradas Buenos días queridísim@s amig@s, vengo a contar una situación que cuando finalice de relatarla, espero que usted...