Cómo va amig@s Bloguer@s. El siguiente relato lo escribí para el reto juevero que nosotras mismas propusimos. Sé que van a pensar que la consigna pedía que pudiese ser escuchado por niños, pero les quiero aclarar, que no estrictamente debe ser un relato fantástico, sino que pueda ser escuchado y este, aunque horrorice, puede ser escuchado perfectamente. Tal vez no muy comprendido, pero escuchado, si. Tal vez, alguna criatura en las mismas condiciones entienda, que debe confesar y pedir ayuda, siempre, para que la justicia pueda actuar.
El relato es la pura realidad decorada con imágenes sensoriales y algún otro recurso para darle el toque literario necesario para ser un relato, pero así, tal cual fue. Este es uno de los tantos que siguen aconteciendo.
Justicia (por Rosana)
La palabra justicia, de acuerdo al diccionario de la RAE, proviene del latín iustitia, que a su vez, viene de ius - derecho- y significa en su acepción propia "lo justo", pero fue creada por los hombres, por nosotros mismos, y como cada creación humana, fue creada para el beneficio e interés de un sector de la humanidad.
¿Justicia para quién? ¿Cómo sabe el mortal que la imparte lo que es justo realmente?
Eran don bellas hermanas, rubias y de unos ojitos verde mar que solían concurrir al turno tarde. Una, la mayor, ya no recuerdo su nombre, sólo un poco entre neblinas, su rostro, una gran sonrisa y su mano agarrada siempre a la de su hermana menor.
Se separaban solamente para entrar a los distintos salones, por cuestiones obvias: una iba a sexto grado de primaria y la otra, a tercero.
Los niños de ocho años no saben mentir, salvo que se les ofrezca la mentira sistemática como medicina diaria, son francos, transparentes y cuentan absolutamente todo lo que se les viene a la cabeza. Por momentos, una hasta debe pedirle que callen porque no tenemos ganas de ser cómplices de las intimidades de mamá y papá o de las intimidades de quienes sean que pasen por sus casas, o de las atrocidades que se hablan durante las cenas,o los almuerzos; o de los horrores que viven ellas mismas con sus propios padres o familiares.
Los niños de ocho años cuentan como pueden que fueron ultrajados, de la forma que fuere, o cuentan, o dibujan y ahí sí que tenemos la obligacion de abrir los ojos y los oídos muy grandes.
Los niños de 11 años, ya tienen su comportamiento infectado por los vicios de los adultos; ya conocen el valor de una amenaza, ya entienden el peligro que proviene de la misma mirada que por la mañana se levanta y se va a trabajar y luego trae el pan para comer y la compulsión de que ese esfuerzo le sea agradecido con cariños extremos poco descriptibles. Mientras que la de ocho dibujaba su propio holocausto, la de once seguía sonriendo y negando y diciendo que su hermanita era muy fantasiosa.
Se hicieron las denunias pertinentes y la grade continuó negando. Sabía tal vez, que su destino no tenía certezas y en su mente aún infantil, prefería elegir la tortura que se había normalizado a colaborar con la destrucción de la mosntruosidad.
Las llevaron al hospital Argerich. Allí, funciona un apartado que se dedica a la salud de niños y adolescentes. Nos turnábamos para visitarlas. Cada día, una de nosotras, en el turno tarde, iba y le llevaba algo que habíamos recolectado en el colegio. Nunca voy a olvidar esa escena. Me empoderé, subí las escaleras, tomé el ascensor y bajé: niños y niñas por todas partes. Caños y agujas colgantes, camas con criaturas que iban desde los meses a los años y casi ningún adulto cuidándolos, sólo los médicos y las enfermeras. Todos y todas esperaban el veredicto de la justicia.
La señora Justicia, tan ansiada y apetecida por muchos. Cuando el daño está hecho, no hay justicia que valga, siempre llega tarde: si han matado a alguien, que el victimario vaya preso no le devuelve la vida; si lo matan también a él, tampoco le devuelven la vida al otro. En este caso puntual, el daño estaba más que hecho. Dos niñas, habían sido ultrajadas y habían conocido la adultez antes de tiempo y sin consultar. Separarlas del victimario ¿sería justo? Seguro que ustedes van a decir: Si, obviamente, pero no le devolverían su infancia quemada por la atrocidad de un monstruo humano.
La más grande, arrastraba por el pasillo una muñeca nueva, una que le habíamos llevado uno de los días, uno cualquiera. En nuestra pobre mente desesperada surgió el pensamiento de que la muñeca pudiese llenar el espacio que le había sido quitado. Ella sonrió al recibirla y comenzó a arrastrarla por el piso. Lentamente, tanta pulcritud en el aspecto del juguete, su cuerpecito blanco y perfecto, el parlante que repetía: mamá, mamá, fue creciendo y tomando formas bestiales. Tal vez ella también, alguna vez gritó mamá tantas veces, en un grito sordo y ahogado.
La justicia dictaminó que lo mejor que les podía pasar era quedarse con su familia. La justicia necesitaba la confesión y ella no pudo dárselas. La señora justicia la arrojó a los brazos de la quimera. Ella, tomó a su intacta muñeca, esa que se jactaba de su niñez y frescura, de su cabello peinado con amor por una madre tierna, y poco a poco, tal vez sin querer, tal vez de tanto arrastrarla por el piso manifestando su propio arrastre, sus gritos mudos, su inocencia perdida, ella, también hizo justicia.
Rosana
Sin duda nos dejas un relato muy crudo, donde se siente la inocencia, pero también la maldad y crueldad.
ResponderBorrarA veces la justicia tarda en manifestarse, pero llega tarde o temprano
Reflexión en tus letras.
Un fuerte abrazo, muy feliz día.
Hola Campirella, mis escritos se rehusan a separarse de la realidad, es mi estilo y preferencia. Gracias por pasar, leer y comprometerte siempre en tus devoluciones. Un abrazo
BorrarDuro relato que deja entrever la crueldad de la no justicia, esa que demora en llegar o que tantas veces ni llega. Un abrazo
ResponderBorrarCreo que no llega la mayoría de las veces. Otro abrazo Neogéminis.
BorrarEs terrible pero pasa más seguido de lo que pensamos, y esos niños a veces no tienen una voz que los ampare...Muy buen texto, para reflexionar... Besos por ahí!!!
ResponderBorrarA veces sobran las voces y faltan oídos. La realidad siempre supera la ficción. Besos para vos tb.
BorrarTiene mala solución este cáncer. ¿ cómo se alecciona a la de 11 para que denuncia, aunque sea en la escuel, si la i formación llega filtrada por los padres. Anda que la madre ¡ Vaya elemento. ni me digas que no lo sabía... Se acepta el precio de mantener la familia unida? Familia, por decir algo.
ResponderBorrarAbrZooo
Las madres, tan defendidas siempre y amparadas, a veces producen pánico. Es la realidad humana. Abrazo
BorrarEstremecedor el relato sería decir poco.
ResponderBorrarPodría decirse que, como en los mitos, la justicia, llamese Dike o Astrea, se espantó de los hombres y huyó hacia otros lugares. O que en más de una ocasión, le ponen una mordaza, para que no hable.
Un abrrazo.
Tantas historias ahogadas tengo, tantas. Todo lo que acontece en las escuelas y la gente desconoce. Parece increíble. Un abrazo
BorrarHmmmm, nop, esto no creo que pueda ser leído para niños, pero sí para adolescentes de 12 años, qué bueno ver a otra persona que rompe los esquemas de lo que se piensa los chicos hacen o se comportan a los 12 años. Además no me puedo quejar mucho de las reglas rotas, mi relato es también hecho libremente y me paso las reglas por el arco del triunfo. Salud.
ResponderBorrarLa consigna buscaba hacer descansar los ojos de algunos relatos un tanto subidos de tono y recurrentes. Tal vez lo de los niños fue una excusa para que todos y todas podamos desplegar nuestro verdadero talento literario y creo que lo estamos logrando. Abrazo
BorrarMuchas veces protegemos a nuestros niños de la maldad de la gente que se encuentra a nuestro alrededor, pensando equivocadamente, que la protección la brinda el hogar. Y no lo digo yo...
ResponderBorrar(El país, España): El peligro acecha a los menores en el propio entorno de confianza. Casi la mitad de los abusos sexuales a niños y adolescentes son cometidos por un familiar; de ellos, los agresores más frecuentes son el padre (23,3%), la pareja de la madre (5,4%) y el tío (5,4%).
(Ministerio Tutelar de Argentina): El 80% de los casos de maltrato y abuso hacia niñas, niños y adolescentes se llevan a cabo en el seno familiar,
(Alianza Global, Perú): El 51% de los agresores
de Niños, niñas y adolescentes víctimas de violencia sexual eran del entorno familiar (tío, padrastro, padre, primo,
hermano y abuelo) y en el 59.4% de los casos ocurrió más de una vez....
Y lo mismo ocurre alrededor del mundo..sean países desarrollados o no...Por eso es que los padres tenemos la responsabilidad de cuidar bien a nuestros niños y velar que puedan tener la misma infancia bonita que tuvimos..que para dramas ya les tocará crecer...bsssss
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Es tal cual como lo describes, así de crudo, así de real. Por eso hay que darlo a conocer. Un abrazo
BorrarCuando los niños caen en los juegos de los adultos siempre salen perdiendo. Es horrible salir de la infancia antes de tiempo.
ResponderBorrarHay tantos, pero tantos casos. Se nota en la sociedad que tenemos, esos niños luego, no pueden ser adultos felices. Saludos.
BorrarUn relato tan real, tan cierto y a la vez crudo, doloroso porque muchas veces es difícil darnos cuenta de lo que le sucede a un niño y muchas veces las manos de la justicia o de quienes deben actuar en consecuencia están atadas, muy buen relato me gusta Ro.
ResponderBorrarUn abrazo, Patricia
Gracias Patri, vos sabés que a mi, la realidad me puede. Abrazo!!!
BorrarPero que le vamos a contar este cuento a un niño?... dios... nos fuimos del tema.
ResponderBorrarHola Gustab, lamento tu dificultad para haber comprendido la consigna, no era nuestra intención provocarte tal desajuste. Te copio textual lo que decía la entrada: "que deberán escribir con el propósito de poder ser narrado a las criaturas de hasta 12 añitos. Ojo, no porque puedan escucharlo los niños, debe de ser para niños." La idea no era escribir un cuento fantasioso, propio de la literatura infantil, sino, poder urgar en nuestro interior escritor y jugarnos a aceptar la incomodida de un desafío que tal vez, hubiese logrado la maravillosa experiencia de no hacernos caer siempre en el tedio que pueden provocar nuestros relatos llenos de recursos recurrentes que aburren al público lector. Esa, era mi intención y utilizo el pronombre personal de primera persona porque no quiero que quede involucrada Patricia, ya que fue mi idea, ese afán mío de estar enseñando siempre. En mis talleres literarios, siempre busco la forma de mis alumnos se corran de los lugares comunes, los acompaño a que descubran nuevas posibilidades. Yo te invito a vivir la experiencia, es única. Un saludo cariñoso desde el otro lado de la cordillera.
BorrarUn relato inquietante, triste y doloroso. Los niños solo deberían ser niños que se dedican a jugar, pero hay mayores qué... Un abrazo
ResponderBorrarGracias Nuria, dar a conocer las diferentes realidades sociales, es uno de los fines primeros de la literatura. Así pues, es el objetivo que más me gusta de este arte milenario. Un abrazo enorme.
BorrarEs muy oscuro y bueno. Los niños pueden hacer con muñecos lo que les han hecho a ellos, o enseñar su experiencia. Quedan tocados y hundidos
ResponderBorrarUn abrazo
Hola Albada, o tal vez muy luminoso, ya que alumbra la mente de aquellos que desconocen o meten la cabeza debajo de la almohada, creyendo que el mundo escolar es blanco y lleno de paz. Depende cómo se lo mire. Un abrazo y gracias por tus palabras, como siempre.
ResponderBorrarMe parece que cada vez mas a edad temprana los medicos comienzan a diagnosticar problemas mentales en niños y adoslescentes, ve uno chicos de 12 años tomando medicinas que antes solo tomaban los abuelos....
ResponderBorrar6 o 7 pastillas para un chico, porque el medico le ha diagnosticado algun desorden mental....
y asi miles desde la pandemia.
¿nos volvimos locos?
Hace rato que estamos muy locos, o tal vez lo fuimos siempre. En otras épocas se incluía a los niños en las fábricas, hoy , se los silencia con pastillas. Rara especie la humana. Un abrazo
BorrarQué relato más duro, se me ha puesto el vello de punta, pero la justicia siempre hace su aparición, aunque a veces tarda.
ResponderBorrarEs que la realidad pone los pelos de punta, en todas partes del mundo. Cuanto más conozcamos de ella, más podremos cambiar algunas cosas. Gracias por pasar
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