Este mes de junio participo del reto de escritura de Alianzara :"Escribiendo desde la realidad", este reto consiste en convertir una noticia de un suceso, en un relato literario.
Para ello hay que realizar una búsqueda de noticias que nos llamen la atención, luego se seleccionará una de ellas y luego se realizará nuestro relato, que puede ser un mero informe periodístico o contener algunos elementos del mismo o crear una historia.
Arte moderno. (Por Patricia F.)
Esa mañana de un sábado cualquiera de invierno, con el diario recién comprado bajo el brazo, entré a un café a desayunar e informarme de las últimas noticias, sobre todo las de espectáculos, pues sinceramente la política no me interesa y tampoco entiendo mucho, los crímenes los paso por alto, en definitiva, leo la página de chistes, espectáculos y viajes.
Que soy raro, si pues lo soy, o no. La realidad es que me gusta todo lo clásico, en pintura y escultura, en las óperas prefiero las puestas clásicas y no las sacadas de contexto, en fin, no me gusta ni el arte tan moderno ni tan raro, soy un tipo clásico y como dije de política no hablo, no es lo mío, pero el arte.... ahhhh, el arte.
Mis gustos siempre fueron bien definidos por ciertas cosas: mientras mojaba una medialuna en mi café con leche, vi una noticia que me llamó la atención:
“EL ARTE COMO DOCUMENTO VIVO Y ARCHIVO SENSIBLE DE LA MEMORIA”, en la sala Cronopios del Centro Cultural Recoleta.
Pensé que sería un interesante paseo para realizar esa tarde con mi amigo Joaquín y así tendríamos una nueva oportunidad de discutir sobre arte en una cena.
Le mandé un mensaje a su WhatsApp y quedamos en encontrarnos en la puerta del museo a las 16 horas.
Aunque Juan nunca llegó, ni tampoco atendió mis mensajes y llamados, lo cual me preocupó, decidí que como ya estaba allí, aprovecharía a entrar y ver la muestra.
Ya hablaría con mi amigo en otro momento, seguramente algo importante lo retuvo o se quedó sin batería. Lo cierto es que al ingresar se desplegó ante mis ojos un pasillo angosto teñido de azul noche con pequeñas luces de led a modo de las estrellas del firmamento nocturno, fue avanzando por el largo pasillo, pensando de qué iría eso y cuando finalizaría, lentamente se fue ensanchando ese camino oscuro a la vez que las luces se iban espaciando y creciendo en tamaño, dentro de diferentes cubículos había una obra, bueno, me pregunté ¿eran obras?, pue en una había un pescado medio seco en un soporte de metal y el título de la obra era "contaminación”, al verla pensé menos mal que un vidrio nos separa, pues no imagino el aroma nauseabundo que se desprende de allí.
Así se fueron sucediendo especímenes de todo tipo con títulos tan locos como lo expuesto dentro de cada cubículo, por fin accedí a una gran sala perfectamente iluminada donde destacaban en una inmensa pared blanca, enormes salpicaduras de variados colores, algunas teñidas de rojo sangre bien marcadas las manos, como si alguien en su desesperación hubiese deseado escapar sin lograrlo. Al mirar en detalle la imagen en el fondo de carmesíes y negros estaba una pequeña figura de Joaquín, una imagen allí estampada y su cuerpo semidesnudo salpicado de ¿sangre?
¿Acaso mi amigo estaba muerto?... mi boca abierta tan grande como el pez seco del cubículo y mis pulsaciones a mil, ahogando un grito.
Ahogué un grito desesperado y sentí que el corazón se me saltaba de la boca, casi me desmayo, tuve miedo de que esa pintura fuera un mensaje premonitorio, en esos pensamientos estaba cuando escucho la voz de Joaquín:
Hola Juan, ¿estás bien?, reacciona hombre...
Esa noche en la cena mi amigo me explicaría que lo sucedido me serviría de lección para no desestimar el arte moderno, que lo moderno también es arte, pues si me movió todos esos sentimientos era por algo.
Que él era amigo de ese artista y se había ofrecido voluntariamente a posar para esa obra con la idea de hacerme cambiar de opinión con respecto a las obras modernas.