martes, 15 de octubre de 2024

Los tres cerditos y el Lobo... ¿feroz? (Por Patricia F.)

 

Hola a todos, para este jueves el desafío lo hace Nuria en su blog Bitácora Literaria nos propone escribir sobre: ¡El Lobo Feroz!, pero reimaginando a este personaje, que puede ser víctima o un héroe.

Así que me fui a revolver mis archivos, pues en el 2021 cuando aún estábamos encerrados por culpa de la pandemia, hice un taller literario online y justamente el tema era reversionar un cuento infantil donde el villano no fuera tal, ni los buenos tampoco lo fueran tanto.

Aquí abajo les dejo mi versión de los tres cerditos y el lobo, infantil y diferente.

Por otro lado, les comento que no voy a leerlos en estos días, porque voy a estar ausente, pero cuando vuelva iré a visitarlos y leer sus historias y comentar, sepan disculpar, no quería dejar de participar.






Los tres cerditos y el Lobo... ¿feroz? (Por Patricia F.)

Aunque todos crean que nadie está viendo lo que pueda llegar a suceder, siempre hay alguien que pasa desapercibido, fiel testigo de la historia, por eso nadie contaba con la presencia de Pío, un pequeño pajarito que había construido su nido en la copa de los árboles que se encontraban en el jardín de los tres cerditos. 

Pajita va, pajita viene, mientras el pequeñín hacía su tarea, en varias oportunidades vio como el Lobo Feroz, fue maltratado por estos tres pequeños y regordetes hermanos, él solo quería tener amigos para jugar, cantar y bailar con ellos.  Pero claro, eso no estaba en los planes de los cerditos, que pretendían divertirse a costa del pobre lobo; se burlaban de su cuerpo peludo, de su larga y fina trompa de colmillos afilados asomando y, en definitiva, porque cuando cantaba en lugar de una melodía le salía un aullido. 

A pesar de sentirse triste, el lobo, seguía intentando conseguir su amistad, les ayudaba a construir sus casas, corría por todo el campo juntando paja y madera, cargaba ladrillos, hacía el pastón de cemento, se ocupaba de todos los trabajos pesados; era flaco, pero fuerte. 

Así es que pronto, las tres casitas estuvieron construidas, aunque ninguno de ellos invitó al lobo a pasar, ni le convidó un té o mate o unas galletitas, nada... 

Ni siquiera un poco de agua fresca, directamente lo mandaron a beber al río. 

Organizaron una comida para festejar la culminación de la tarea, mientras tanto, Pío observaba llevándose de vez en cuando alguna pajita perdida a su nido o juntando miguitas que iban cayendo, entre tanto el Lobo Feroz, sentado en un rincón solo miraba cómo se divertían, cuando empezaron a cantar quiso sumarse y ante el primer aullido los cerditos se descostillaron de la risa... 

Entonces, ya cansado de tanta burla, comenzó a soplar, soplar y soplar y derribó la casita de paja, seguida de la de madera, claro que con la de ladrillos no pudo.  Allí se metieron los tres maleducados hermanos, bien apretados y temblando; prometiendo no volver a burlarse de nadie. 

Satisfecho el Lobo Feroz se fue bailado y aullando como sabía, nunca más volvió a acercarse por esos lados. Dicen, quienes por allí pasan, que así lo contó un pajarito. 

 






lunes, 14 de octubre de 2024

Ni tan feroz, ni tan temible - por Rosana

 


Me encanta la propuesta juevera de NURIA, tal vez porque me permite hacer justicia, un acto que me encanta y pongo en práctica cada vez que puedo. 

Aquí les dejo mi versión de este lobo al que le hacía falta que alguien saliera en su rescate. 




Ni tan feroz, ni tan temible (por Rosana)

Estimada:

Hace un tiempo que no veo movimiento en la pequeña casa del bosque en donde tuvimos aquel amargo altercado que nos distanció por varias generaciones.

Observo con algo de tristeza y algunas dosis de esperanza - sabrá disculpar - que los pastos del jardín del frente están demasiado altos, los árboles no han sido podados durante el otoño, a pesar de que el jardinero y sus ayudantes - creo que debe de ser él - han olvidado la pala, el rastrillo y demás herramientas para poner en condiciones el bello jardín de la casa de nuestra querida y anciana, raro que cave y cave todos los días. ¿Será que hay algo por ahí que te pertenece y me pertenece?

Es por esto que me atrevo a pedirte una reunión urgente en el despacho del escribano que tal vez tú desconozcas, pero que yo tuve la desgracia de conocer el día que tuve que hacer el ridículo y tomar el lugar de tu creativa  abuela.

Al llegar allí, no voy a negarte que todas mis intenciones no eran del todo cristianas, pero al encontrarme con la bondad y belleza del rostro maduro de esa mujer que fueron enterneciendo mi voraz corazón, ablandándolo de tal modo,  caí a sus pies rendido y permití ser humillado al punto de tener que disimular mi vieja y bien ponderada hombría. Hoy pido disculpas por haber enredado las puntillas de algodón de su camisón con mis pezuñas.

Supongo que a estas alturas, la tierna abuela está practicando sus astutos movimientos rítmicos del vientre con cuanto hombre se vaya topando  en el infierno, es por eso que hago mi legal reclamo de lo que me pertenece. Tú ya no usas caperuza, ni recolectas flores de colores en tu canasta, no, por lo que sé, has embolsado varios millones dado que el cuento que inventaste, se dio a conocer en todo el mundo, en todos los idiomas y en todas las versiones, haciendo uso y abuso de mi buen nombre.

La realidad, querida niña convertida en mujer, es que tu abuela ni estaba enferma, ni esperaba quietecita tus pastelitos metida en la camita, no, que va, ella y el cazador, hacía años que tenían un asuntito, así que al verme llegar, ambos, en lugar de hacerme trizas y cazarme, llamaron al escribano para que labrara un documento en donde aceptaba hacerme pasar por la pícara viejecita y así poder irse de jaujas juntos a andar de fiestas por los bosques y vaya a saber qué otros lugares...

Creo que han pasado tantos años que el documento seguramente haya prescripto, así que lo único que te queda por hacer, es juntar ya mismo la mitad de todo lo que embolsaste durante estos años, haciéndole creer a los niños y niñas que yo era por poco un monstruo; o sea, preparás el dinero urgentemente o publico la versión real y te juro, te juro que nadie te querrá ver ya, ni en los disfraces de carnaval.

Sin otro particular, tu abuelo,

            El lobo.

Laberinto de piedra. (Por Patricia F.)

  Hola a todos, este jueves 3 de abril el desafío está a cargo de Campirela : ¿Qué secretos guarda el Manuscrito Voynich?, no se sabe cuándo...