Hola, cómo va queridísimos y queridísimas bloguer@s. Una vez más nos hemos propuesto para ser anfitrionas de los retos jueveros.
Por este lado del mundo estamos gozando de fuertes temperaturas cuestión que nos obliga a encender cuanto aparato y adminículo haya creado la humanidad para lograr que algo se parezca a una suave brisa que pasa y nos da un poco de aire, así que espero que el ventilador de techo no se lleve las pocas ideas que el calor permite que tengamos.
Voy a confesar las dificultades por las que he pasado hasta poder lograr comprender un poco a nuestro querido e insuperable Borges. Supe siempre que entenderlo es privilegio de ser muy letrado así que en la última feria del libro, compré un maravilloso librito que explica como para niños, algunos giros de su maravillosa obra.
¿A qué viene esto? A que un sábado cualquiera de no hace mucho, llevé a mi hermosa nieta a acrobacia y esto queda cerca de un gran parque en el que encontré un banco vacío a la sombra de un frondoso palo borracho, su follaje impedía que el sol de las tres de la tarde me derritiese, así que mientras me predispuse a esperar la hora que tarda su clase, me apuré a tomar prestado como mío ese banco y a sacar el librito que me haría comprender con más precisión a George.
Casi bajo los efectos de la hipnosis literaria, logré bloquear todos los sonidos que provenían de aquí y de acullá; sólo me interrumpía la lectura un palomo que iba de fracaso en fracaso intentando encontrar con quien dejar descendencia - hasta las palomas están en la movida del feminismo.
De pronto, cuando el palomo se rindió y mi mirada observaba con pena la derrota, un extremo de mi ojo derecho percibió la figura de un, digamos, no sé, una especie de señor que cansado de haber corrido para estar en forma por alrededor del parque, decidió sentarse a mi lado y no sólo descansó sino que se quitó las medias - todo a quince centímetros de mi presencia - cambió zapatillas por ojotas y partió vaya a saber para dónde el muy cochino, pero antes de partir, me dejó este perfumado souvenir.
No te rias, nada de IA, la foto es bien real |
Bueno queridísim@s, de esto se trata el reto esta vez, cada cual relatará alguna anécdota en donde le hayan dejado un souvenir tan curioso como el mío, o también, puede que traten de imaginar quién fue que hizo la cochinada y por qué o como les plazca, pero que el souvenir esté presente y tan sucio y desagradable como el mío. jajajaj.
Pero qué cochino el desgraciado! qué asquete! Bueno esperemos que las musas sean tolerantes a las altas temperaturas y vengan en mi socorro. Mientras tanto les doy las gracias chicas por arrimarse pata llevar la batuta juevera en esta oportunidad. Un abrazo
ResponderBorrarHola Mónica muchas gracias, realmente un cochino pero cuando Rosana me contó su experiencia, yo no pude más que reírme y decirle que salía del tema propuesta juevera, jajajaja. Veremos si las musas inspiran a nuestros amigos de los desafíos de los jueves, un abrazo.
BorrarPATRICIA F.
Muy buenos días, chicas, vaya con el corredor, un poco marranete jaja. Vamos a ver que se me ocurre y si no me acuerdo me lo invento ajaj. Un besote, feliz semana y disfrutar del solecito, aquí del frío.
ResponderBorrarHola Campirela, está perfecto que inventes una historia, seguro que algo se te va a ocurrir y por acá esperamos con muchas ganas de leerte.
BorrarUn abrazo.
PATRICIA F.
Lo mismo era de alguna prueba remota y eso era una petición de matrimonio. O, peor, un reto para batirte en duelo el próximo día, un duelo a calcetinazo sudado... no olvides llevarte el tuyo ;)
ResponderBorrarJajajajaaj, muy buena esa reflexión Beauséant, habrá que averiguarlo.
BorrarUn abrazo.
PATRICIA F.
Sin duda un marrano en toda regla. A ver qué surge para el reto. Un abrazo
ResponderBorrarHola Nuria, esperamos tu historia con muchas ganas de leerte, un abrazo.
BorrarPATRICIA F.
Borgeana anécdota para una gran convocatoria...
ResponderBorrarAbrazo hasta ambas!!
Muchas gracias Carlos, veremos qué historias surgen, sin dudas todas buenas lecturas, un abrazo.
BorrarPATRICIA F.
Una situación que podría haber inspirados versos de Borges, de los que no se editaban en libros. Sino que eran partes de anécdotas, con rimas atrevidas, que podrían haberse referido a algún cochino.
ResponderBorrarAbrazos.
Hola Demiurgo, hubiera sido interesante saber qué le hubiese inspirado a Borges, pero bueno esperamos ver que nos inspira a nosotros este asunto, un abrazo.
BorrarPATRICIA F.