martes, 5 de agosto de 2025

Un antes y un después. (Por Patricia F.)

 

Hola a todos, esta es mi participación para nuestro reto "El Sacudón",

en mi caso hubo muchos sacudones en la vida, pero el último, el que sucedió hace cuatro meses, es el que me movió todas las estanterías como un terremoto, sepan disculpar ser reiterativa con este tema, me estoy amoldando a la situación.

Como siempre trato de acompañar mis publicaciones con algún tema musical, muchas veces necesite luz en este proceso.




Un antes y un después. (Por Patricia F.) 


Un antes y un después en la vida... 

Mi cerebro estalló ante ese sacudón, no podía creer que algo así me estaba pasando; 

Una caída muy tonta, la triple fractura de tobillo, la inmovilidad, la angustia, el enojo, la incredulidad, la negación, todos las sensaciones y sentimientos juntos. 

El por qué, el ya no poder por un largo tiempo, al no poder ir hacia afuera volverme hacia adentro, replantearme la vida, el volver a soñar, a creer, a proponerme nuevas metas y que mi cuerpo y mente las acepten, que puedan cumplirlas. 

El tiempo me puso un límite, este desafío ha sido y es uno de los más difíciles hasta ahora. 

Entender que soy de carne y hueso, que soy falible y que esos huesos, mis huesos se pueden quebrar y que puedo quedar tirada en el suelo como una muñeca de trapo, a merced de que alguien me ayude a salir, me levante, me cuide, me cure. Yo que siempre cuidé, intenté curar, escuchar, ayudar, de repente me quedé indefensa ante las circunstancias. Aceptar ser cuidada fue difícil, mostrar fragilidad aún más. 

Mi mente sufrió una fuerte conmoción, no ha sido tanto lo físico, lo emocional me sacudió hasta decir basta, sentimientos encontrados en permanente ebullición, me cambiaron la manera de pensar, de sentir, de vivir. 

El cuerpo manifestó a su manera, le mente a la suya y entré en un torbellino, un tremendo remolino de sensaciones, algunas inexplicables otras muy claras. 

Se qué y quién soy a partir de esta situación, qué quiero y cómo quiero, porque sin quererlo o esperarlo la vida te sorprende a la vuelta de cualquier esquina, modificando todos tus esquemas preestablecidos. 

Un antes y un después en mi vida... 





 

9 comentarios:

  1. Hola!Segun mi experiencia,creo que a todos los que vamos por la vida muy seguros,somos capaces de ayudar a medio mundo pero la vida se encarga del stop!,si no lo haces pensando,la vida te dorprende y lo hace.Entiendo bien tu accidente y entiendo el torbellio de emociones diferentes,lo entiendo porque tambien tuve un sacudon tremendo,tambien cai en esa desolacion el primer tiempo,despues de llorar mucho,el buen humor en mi me devolvio la sonrisa-risa por el mismo sacudon,nada es eterno,asi que paciencia que pronto sera un mal recuerdo del que seguro sacas alguna enseñanza.Un gran abrazo!

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    1. Hola Menta, muchas gracias por tus palabras y por contarme tu experiencia, a mi también el buen humor me ayudo a salir sobre todo en el mes que estuve internada, hacer bromas sobre mi accidente y mi estado, me hicieron bien y también al personal médico que me atendía, no es fácil, con el paso del tiempo aparecieron esos otros cambios y como bien decis la vida continúa y de todo se aprende.
      Un abrazo grande.
      PATRICIA F.

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  2. un esquema prestablecido sigue siendo y será una negación.

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  3. Una gran reflexión, asusta comprender lo poquita cosa que somos, la fragilidad de ese montón de huesos y carne, pero eso, además de asustarnos, debe ayudarnos a ver la vida de otra manera, como ha sido en tu caso.

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  4. Un torbellino que alcanza a todos los que conforman la familia. Si lo sabré, pero vas a salir airosa, porque se aprende a valorar todo de otro modo, se cambia la perspectiva y seguramente, con el tiempo, hasta vas a disfrutar de los logros de todo esto. Ni vos sospechabas que podías ser tan fuerte. Abrazo. Rosana

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  5. Enfrentar a la propia fragilidad, por una caída que podría parecer inofensiva, es todo un desafío.
    Será la vida que a veces nos pega un poco, cito a Los Piojos, otras veces mucho.
    Un abrazo.

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  6. Una historia muy bonita y sentida. Hacernos conscientes de nuestra propia debilidad y admitirla obliga a un cambio drástico, se rompen nuestros hábitos y parece que tenemos que estar pendientes de una luz roja que, cuando se enciende, nos dice ¡Cuidado!
    Lo que más me gusta de este reto es que las historias me están haciendo reflexionar más de lo normal.
    Un saludo.

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