"Mujeres de mi vida" (por Rosana)
Seguramente ustedes no las ven, pero detrás de esas sábanas al viento están las mujeres de mi vida. Miren con detenimiento, allí están las manos cobrizas de ni nonna, con un gesto triunfal porque el lino se blanqueó al sol. Había estado refregando con espuma de jabón blanco, las manchas amarillas que el encierro en el baúl durante la travesía por el Atlántico, provocó.
Quitar las manchas, obtener la pulcritud a fuerza de lavar y lavar a mano, tenía para ella el tono del triunfo. Estoy segura que al apreciar el fruto del esfuerzo, sus oídos escuchaban la música de "Carrozas de Fuego".
Sigan observando, yo la veo, ustedes ¿no?. Los brazos estirados de mi madre, colgando los pañales de gasa. Sogas y sogas de pañales blancos como la nieve, cuanto más blancos, más madre se sentía, porque ser madre tenía que hacer doler hasta las manos.
Más pequeña y tímida, sale por detrás de un lienzo libre, mi tía, que escondía su infancia y su tristeza, que temerosa pensaba en la tierra que no volvería a ver.
Me gustaba decir y pensar de chica que tenía tres madres, todas para mí. Cada una de ellas se eleva hacia el sol y yo las miro volar entre esas nubes que juegan con las telas de lino, las hace llegar hasta el cielo, las secan y las devuelven.
Que belleza...me hizo recordar mi provincia Santa fe...y eso días que mi ma colgaba la ropa...
ResponderBorrarGracias Caro, qué bueno haberte traído esos recuerdos.
BorrarQue hermosa composición, evocando con dulce estilo aquellos momentos que la memoria no olvida y que se atesoran en el corazón. Obviamente una época distinta, donde las madres dejaban el pulso en cada prenda, pues no existía la comodidad que hoy puede ofrecer la modernidad y entonces la “profesión de madre” se ejercía ofrendando sangre sudor y lágrimas para bien criar y educar a los hijos.
ResponderBorrarY dichosa tú, pues tuviste (en tu nona, mamá y tía) tres madres. Fuiste bendecida tres veces y disfrutaste por ellas y con ellas de un amor tan grande que hicieron enorme tu corazón y hoy tu escrito así lo demuestra.
Autora, en el cielo hay tres estrellas y son tuyas, guiándote como siempre y por siempre, por el buen camino.
Gracias por compartir tus letras divinas.
¡Saludos!
Mil gracias Juan Carlos. Por suerte a mi tía aún la tengo y disfruto, sólo que al escribir, no pude separarla de mi nonna y de mi madre. Muchas gracias otra vez por tan hermoso comentario.
Borrar¡Saludos!
Entrañable relato, es tan bonito no olvidar que si se hace en voz alta casi se revive, leo que aun tienes a tu tia, seguro que leerte le emocionará. Gracias por las emociones. Abrazucos
ResponderBorrarGracias Ester. Por eso sostengo que el mejor homenaje a quienes tanto queremos es mantenerlos intactos en la memoria.
BorrarGracias otra vez. (Rosana)
Precioso y tierno relato. Leyendo me han venido a la memoria Las mujeres
ResponderBorrarQue me dejaron tan buenos ejemplos que me ayudaron a vivir mi vida, Pensando en ellas. Entre ellas mi madre ejemplo de humildad y ternura.
Un abrazo . Me encantó pasar por aquí.
Hola Josefa, bienvenida a esta nuestra casa. Entra todas las veces que quieras sin llamar. Mil gracias otra vez.
BorrarNo es difícil imaginarlas... Pues sábanas como éstas muchos tenemos en el recuerdo de la niñez!
ResponderBorrarAbrazo Rosana.
Gracias Ernesto. Sé que todos los de mi generación deben tener en el corazón estos recuerdos, marcan una época, una época en la que no sólo estas cosas se vivían, sino que se escuchaban.
BorrarAbrazo.
Me hiciste emocionar y como, allí veo también las manos de mi Nona, de mi tía y de mi madre, los recuerdos afloraron y junto a ellos la alegría de haberlos vivido, tus palabras y la bella imagen, todo está ahi, gracias, un abrazo Ro.
ResponderBorrarGracias Patri, sé que por nuestras crianzas compartimos costumbres semejantes. Qué bueno haberte llevado a esos tiempos.
BorrarCariños
Hermosa composición Rosana, llena de una ternura impresionante.
ResponderBorrarLas manos de las mujeres queridas...
Te dejo un beso grande y que tengas un excelente fin de semana.
Graaaacias Paula. Las mujeres marcan siempre, y las manos de las mías hicieron tantas buenas cosas.
ResponderBorrarAbrazo.