Mamá (Por Silvy)
Me habitué a su ausencia como quien debe acostumbrarse al dolor persistente que sabe que nunca se irá. Dejé de esperar la llamada de la mañana, el reto de la noche por no haberme comunicado, la invitación de los domingos.
Sin embargo la escucho, a veces de forma imperceptible. Aparece en lo cotidiano, en la cama mal tendida, en el desorden involuntario, en el olor de la comida casera. Allí está, hablándome en mi cabeza pidiéndome que no me descuide, que mejor ordene antes de salir si total no cuesta nada. "Llévate un saquito por si refresca"- repite cuando abro la puerta de calle.
Nunca se fue. Trajo su ausencia de abrazos y besos ruidosos, de paso veloz inalcanzable para mi niñez. Yo limpio mis recuerdos penosos cada día, les saco lustre y los devuelvo al estante de atrás de mis tristezas. Y ella se acomoda siempre en el primero, donde está el amor infinito, donde lo que duele se transforma en risa al recordarla.
Por suerte se quedó dentro mío y sigo contestándole con paciencia. Y me olvido de sus olvidos, de su partida anticipada. Me olvido de sus ganas de no estar por no tener ganas de nada.
Fuimos madre-hija-madre, así, de ida y vuelta. Y se convirtió en la niña que no supe cuidar ni ayudar a crecer.
Me habitué a su ausencia antes de que se fuera, porque eligió irse sin cuerpo. Pero su amor fue tan poderoso que me acompaña hoy, ayer, mañana, después.
Seguí hablando, mami... seguí hablando en mi cabeza. No dejes que salga sin abrigarme porque el frío de la orfandad me cala los huesos y me siento tan niña sin querer crecer.
Precioso y al mismo tiempo triste relato.
ResponderBorrarMe gustó mucho. Enhorabuena.
Besazo.
¡Muchas gracias, Paula.!
BorrarHola Silvia, lamentablemente en alguna etapa de nuestra vida debemos acostumbrarnos a esa ausencia que tanto duele, lo bueno es sentirla siempre, que no se fue del todo, y creo que mientras uno la recuerde con tanto amor siempre están, de alguna manera no nos dejan, abrazo, ¡feliz día de la madre!
ResponderBorrarGracias, Patri. Así es, lo importante es lo recibido y seguir sintiendo ese amor infinito siempre
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ResponderBorrarSentido recuerdo y dedicatoria a quien no quiso seguir por no tener ganas de nada.
ResponderBorrarRealidad, respetable y necesaria, que suele darse mucho más a menudo de lo que se está dispuesto a aceptar...
Que hoy siga comunicándose, bienvenida!
La niña, en todo su derecho, debiera pensar... si el "no querer crecer" es la herencia que a ella le hubiese gustado dejarle.
Abrazo Silvia.
Hola, Ernesto: Me dejaron pensando tus últimas palabras.. y mucho. Gracias por compartir (Silvy)
BorrarQué bonito, es una preciosidad ese recuerdo, ese homenaje. Yo perdí a mi padre, hace ya un año y medio. Pronto sería su cumpleaños, y lo cierto es que sigue tan presente como el primer día. Besos :D
ResponderBorrarGracias, Margarita
BorrarHola Silvia, conocí a esa madre que se fue antes de partir y tengo bellísimos recuerdos. Tardes compartidas, cumpleaños, nacimientos de vuestros hijos. Bellísima mujer. Merece este homenaje y muchos más, abrazo.
ResponderBorrarGracias, Mari Carmen. Nos acostumbramos hasta a lo que nos duele porque es la única forma de seguir adelante frente a lo inevitable. Bendiciones para tu madre.
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