Contando las semanas con SINDEL
Para esta semana, la palabra elegida por Sindel es AROMA
Deberé cambiar de AROMA - (por Rosana)
Recién salgo de la oficina del abogado. Bajé temblando la
escalera, un solo piso para enfrentarme a la puerta de salida que me hará ver
el atardecer en Plaza de Mayo. Llevo el celular en la mano y en la mochila…
Envío a mi amiga un audio mientras las típicas palomas se arremolinan alrededor
de los canteros. En tanto que lo voy enviando, fijo la vista en el Cabildo…sueño con que
soy parte de la colonia y que estoy en el siglo XIX.
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Tengo el telegrama en el bolso, lo voy a enviar
mañana porque ya es tarde
Giro hacia la izquierda, ese lugar me fascina cada vez que
lo piso. La Iglesia de San Ignacio está allí desde que Buenos Aires era una
aldea muy pequeña y al lado, El Colegio Nacional de Buenos Aires. Sé con
certeza que anduve por esas escaleras de mármol en otra época, tal vez peleando
para poder estudiar y enfrentándome a los hombres de ese momento porque como
mujer, no podía ni pisar.
Tengo el telegrama en el bolso. Un papel que marca el límite
entre mi situación activa, y mi situación pasiva
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¿Por qué te convertiste en docente? – Rezó la
capacitadora los otros días, el lunes precisamente, intentando dar comienzo a
esas tediosas sesiones de más de lo mismo
No llegué a responder porque mis colegas tardaron muchísimo
en determinar por qué se habían convertido en docentes, escuché de todo y todo
me asqueó un poco: porque era una salida fácil, porque la universidad era
inalcanzable, porque no logré hacer el ingreso a la UBA. Los por qué eran como
un juego completo de cuchillas tramontina serruchándome el alma.
Mi por qué lo pensé y no lo dije, no quise compartirlo, no
lo hubiesen entendido: por el AROMA a escuela. El aroma a escuela es irreproducible,
muy difícil de describir, porque no se puede acercar al olfato de nadie y decirle:
olés, te gusta. Obvio que no, porque no se huele, se siente. Es un conjunto de aromas concentrados en un
frasquito pequeño que se porta en el corazón, es como el batido de muchas esencias juntas: el polvo de la tiza
que al volar, al atardecer, deja entrever el sol del invierno que se va
poniendo mientras todavía estamos en la escuela; el viejo borrador que cumple
su labor hace añares, va borrando las letras que cientos de docentes escribieron
diariamente; los cuadernos nuevos y los libros recién salidos de las
editoriales con un mundo nuevo por descubrir; los viejos libros, esos que no le
prestarías a nadie, pero que serías capaz de tomarlos sin pedir permiso; ese
perfume a guardapolvo recién lavado y a colonia, pasada por todos lados, que
traen esos alumnos que pareciera que de la tabla de planchar aterrizaron en el
aula y también aquellos a los que no los acaricia ni la plancha, ni la mano de
nadie…El aroma a escuela, ese que tanto amaba en la niñez, me llevó a querer
continuar olerlo cada día de mi vida…
Tengo el telegrama en el bolso, hoy iré al correo. Dicen que
tal vez en menos de un año, deberé elegir otros aromas para continuar el
camino, pero este que me acompaña todavía, se me habrá metido en las fosas
nasales e incrustado en las vías respiratorias de tal forma, porque será por
siempre mi preferido.
Hola! Hay aromas que nos marcan la vida. Esa mezcla de aromas de la escuela que determina la pasión de los docentes de cuna será difícil de olvidar. Gracias por unirte! Un beso
ResponderBorrarUn gran abrazo Sindel! Gracias por la propuesta
BorrarEl aroma es algo que siempre nos trae recuerdos de nuestra niñez, así como de aquella persona que por su olor nos deja fascinado. Un bonito texto . Besotes.
ResponderBorrarExacto, el aroma despierta la memoria. Gracias Campirela por estar siempre presente.
BorrarNo extraña que uno se decida por una profesión por el aroma. Entrañable que fuera el aroma a escuela, el que decidiera la vida docente. Los aromas nos definen. Un abrazo. Carlos
ResponderBorrarTotalmente de acuerdo. Así lo siento y así lo escribí. Un abrazo
BorrarAy amiga!!! Son aromas que no nos vamos a olvidar incluyendo el de bizcochuelo en el horno o a pasto recién cortado. Abrazo de guardapolvo a guardapolvo.
ResponderBorrarAmiga del alma. Recién me vino a la mente tu imagen con las trenzas entrando al normal 5. Esa imagen me acompaña desde hace más de veinte años. No puedo creerlo. Abrazo
Borraresos aromas que siempre estan en nuestra memoria, que nos trasladan a otros momentos y que muchas veces nos hacen sonreír al recordarlos. Un abrazo
ResponderBorrarUn abrazo Ester. Espero que me quede un puñado de ese aroma para atesorar los instantes.
BorrarMe gustó mucho este relato que pone de manifiesto una historia de fidelidad al lugar y a todos los momentos vividos en él.
ResponderBorrarMuchas gracias por el regalo, es todo un detalle artístico, por añadidura. Enhorabuena por la iniciativa.
Gracias Franziska. Qué bueno que te haya gustado nuestro regalo, realmente disfrutamos entregándolo a cada uno de ustedes!!!
BorrarMe gusta la época en la que has situado el texto porque la infancia es donde mejor se guardan los aromas que nos han de durar toda la vida.
ResponderBorrarBesos
Muchísimas gracias Tracy. Gracias por leerme.
BorrarAbrazo
Hermoso relato, escrito a puro sentimiento, emociona.
ResponderBorrarmariarosa
Es un elogio para mi que te emocione, pues lo escribí súmamente emocionada. Gracias Mariarosa
BorrarQué gusto leerte Mari Carmen. Un verdadero placer. Gracias por tus elogios.
ResponderBorrarAbrazo
La vida va cambiando al igual que los aromas, y solo quedan recuerdos de ellos, ante una nueva situación pueden volver, pero todo se va modificando y nos esperan nuevas experiencias en el camino, muy buen relato, un abrazo!
ResponderBorrarAromas inolvidables que se hacen eternos en la memoria.
ResponderBorrarPreciosa aportación.
Hola Musa, muchísimas gracias!!! Son los aromas de mi cotidianeidad, tendré que ver cuáles son los aromas que me esperan en el futuro.
BorrarAbrazo
Para mí siempre es un aroma evocador. Saludos
ResponderBorrarHola Mascab, yo creo que en el alma de muchos el aroma a escuela se impregna para siempre.
BorrarAbrazos.