Hoy contamos el día 13 con SINDEL quien nos invita a utilizar la palabra CORAZA
Escarabajo Pelotero |
Todo estaba muy oscuro. Los colores tierra le atraían, pero entremezcladas con la tierra podía palpar pequeñas piedras que se iban desarmando al tacto. El día era sofocante: la tierra y las piedras ardían, pero ese ardor era el que la invitaba a salir a la superficie. En eso comenzó a hacer andar la bola que giraba y giraba y a la vez que lo hacía, avanzaba. El esfuerzo era demasiado, inhumano…es más, ningún humano que conociese había podido hacer andar doscientas veces su propio peso sin la ayuda de nadie. Desconocía su clase, su especie.
“Nunca desees mucho algo sin pensar el costo de lo que estás deseando”
Le pareció recordar esas palabras. Las recordaba sin dejar de empujar la bola enorme. Le ponía garras. Una sombra gigantesca comenzó a seguirla. No presintió su final porque los presentimientos eran cosas que ya no podía poseer.
Muchos eran los insectos con los que se cruzaba; la galería tenía siete metros de largo, pero sentía que eran siete kilómetros. Había soñado habitar ahí para siempre y se lo habían concedido. Había pedido lo que quería, no cómo lo quería.
Intentó evadirse del mundo, los seres que años antes la habían rodeado ya no le atraían. Una mañana se sintió por completo fuera de esa atmósfera humana: querían que fuese de uno o de otro bando y se había pasado la vida queriendo ser diferente.
Ser distinto cuesta horrores: se ganan enemigos, caras de incomprensión, ojos muy abiertos observando cómo puede uno correrse de las masas; sonrisas irónicas que para colmo creen que se llevan el título de gente inteligente.
De pequeña odió la tibieza: si había sol debía de quemar, si hacía frío: que valiese la pena abrigarse; si había que jugarse por algo o por alguien, que se inflamase la yugular hasta quedar afónica. La ironía fue su herramienta predilecta: era lo que la defendía y diferenciaba. Luego de haber servido a la sociedad más de veinte años, sintió que esa misma sociedad la estaba corriendo.
Comenzó a sentir que la tierra la atraía, demasiado: su color, su perfume después de la lluvia, e imploró poder envolverse súbitamente en una coraza que la cubriera por completo.
“Nunca desees mucho algo sin pensar el costo de lo que estás deseando”. Un duro caparazón le aprisionó la espalda. Pensó que era el agobio por esa rutina y esos seres que tanto le fastidiaban, pero cuando el aroma del estiércol comenzó a parecerle el placer más placentero, la duda comenzó a invadirla.
Una vez le dijeron que la involución no existía, que por el contrario, siempre se evoluciona a pesar de que se puede, tal vez, cambiar de especie. No vio llegar la suela del zapato que se había empeñado en aplastarla y otra vez, comenzó a preguntarse ¿por qué? ¿Por qué el hombre se empeña en destrozar lo que tenga por delante? ¿Cuál sería el motivo por el cual consideraba necesario pisotear su caparazón? Justo ahora que le faltaba tan poco para que la bola entrase al nido? Por un instante recordó lo aberrante que le resultaban esos humanos ignorantes con un poco de poder ¿en el pie?, recordó lo infelices que le resultaban aquellos que jugaban a aplastar a los que trabajaban, porque habían nacido impedidos para trabajar, y muy eficaces para aplastar.
Su coraza crujió y una sonrisa irónica se dibujó en la boca del tipo que sintió satisfacción por haber destruido una vez una vida, sin sentido alguno.
Qué belleza de relato. Sentí la impotencia y la tristeza. Muy buena alegoría. Me encanta el contenido de su blog ♡
ResponderBorrarHola Romi, mil gracias por llegarte hasta acá. Un abrazo
BorrarDeja lecturas este cuento. Quizás cada uno nos vayamos con una diferente. He ahí, la riqueza de este cuento, metafórico, connotativo en el escarabajo y su bola de excremento icónica del otro, del diferente que debe ser aplastado, porque para el que lo aplasta no vale nada.
ResponderBorrarUN abrazo. Carlos
O tal vez para el que lo aplasta resulta peligroso, vaya uno a saber!!! Gracias Carlos
BorrarAbrazos.
Muy bueno Ro, ese escarabajo pelotero es una excelente metáfora de quién con su esfuerzo y trabajo, intenta crecer en la vida y el disconforme, el que nada logra por su esfuerzo, lo aplasta así sin más, me gustó mucho, Patricia.
ResponderBorrarO la metáfora de quien decide apartarse de esta sociedad que se traga a bocanadas a los seres pensantes.
BorrarUn abrazo.
Ah, me ha sorprendido este cuento! Cuando ya no queda donde esconderse de la ignorancia y el poder que le dan los que viven de la misma. Mis aplausos Rosana. Saludos desde Uruguay.
ResponderBorrarGracias Lyliam porque has interpretado a la perfección lo que quise transmitir.
BorrarUn abrazo desde Buenos Aires.
Un relato con tintes kafkianos que me ha gustado muchísimo, has transmitido muy bien emociones a través de esa atmósfera a ras de suelo.
ResponderBorrarBesos.
GRacias Noelia, un honor que lo hayas notado, muchísimas gracias.
BorrarNos dejastes metáforas con mucho en que pensar. Un abrazo.
ResponderBorrarAsí son mis escritos y mis intenciones Campirela. Un abrazo enorme
BorrarEs un animalillo estupendo, y a recordar más de una vez. Porque son muy hábiles.
ResponderBorrarUn abrazo
Gracias por pasar.
BorrarHermoso relato!!!! Mucho para pensar!!!
ResponderBorrarGracias Andrea, un abrazo
BorrarUn relato que deja pensando, tantas veces los humanos se creen dueños de la vida de los demás, incluyendo a todos los seres y especies que tenemos en el planeta.
ResponderBorrarUn beso.
GRacias por tu consigna, como siempre. Este humano no sabía que el escarabajo escondía a un ser superior. Un abrazo.
BorrarQué te puedo decir
ResponderBorrarDicen que la ociosidad es madre de las tonteras.
Que tengas un día perfecto. Gusto de leer tu publicación. 📗
Tu dices que el pie pertenecía a un ocioso? Qué interpretación diferente, jamás lo hubiese pensado.
BorrarAbrazo
Gracias por tu visita.
ResponderBorrarLa primera vez que me encontré con un Escarabajo Pelotero, fue cuando uno de mis hijos lo traía metido en un frasco desde la Universidad...
Me ha gustado tu blog,
Hola María de los Angeles, gracias por pasar por aquí. Un gran abrazo.
BorrarMuy bueno, deja pensando ♥️
ResponderBorrarEso es muy bueno, las buenas lecturas deben dejar pensando. Un abrazo
BorrarBuena metáfora que nos lleva a todo lo que somos capaces de destruir a nuestro paso sin fijarnos siquiera en ello. Abrazo
ResponderBorrarExacto, hasta el ser humano se cansa de serlo y prefiere mutar a ver si es más feliz por otros planos.
BorrarAbrazo.
Un hermosísimo reato del que podemos sacar toda una lección de vida.
ResponderBorrarMuchísimas gracias Tracy. Eso intento cada vez que enciendo a las palabras. Un abrazo
BorrarEs una gran historia, con sus mensajes...
ResponderBorrarUn abrazo.
Bueno, muchísimas gracias a ti por pasar por aquí. Abrazos.
BorrarMuy buen relato para reflexionar.
ResponderBorrarTe felicito.
Abrazos
ES la literatura que me gusta consumir y la que trato de escribir, así que muchas gracias!!! Abrazo
BorrarMe encantan esos escarabajos y tu en tu relato les has dado un toque magistral. Y los humanos quedamos a la altura de los zapatos. Besos.
ResponderBorrarMuchas gracias Moli, gracias por tu comentario y por pasar por aquí.
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