lunes, 15 de agosto de 2022

Indignación

 Mi cuerpo se traslada de lado a lado como siempre. Creo que no da muestras de todo lo vivido - salvo por sus formas, que jamás han sido perfectas y que llevan el peso de los años - continúa el viaje que habitualmente realiza: trabajo, más trabajo y más trabajo, familia, amigos, responsabilidades. Se sonríe a menudo, ironiza cuanto encuentra y logra socavar risas y sonrisas de quienes lo conocen. En apariencias es bien recibido, querido podría decirse, aceptado y muchas veces buscado como compañía, para charlar, para hablar de todo lo que se pueda, filosofar y todavía, tener la esperanza de que tal vez, podría construirse algo nuevo y mejor para continuar viviendo, trasladándolo de un lugar a otro, soñando, haciendo proyectos.

Les presento a mi ojo

En mi cuerpo habita mi ojo. Mi ojo es muy curioso, tiene una vida totalmente independiente, rebelde. Ese o esos ojos tienen vida propia.
Hace añares, allá por l990 y pico una mañana en que debían demostrar que sabían mucho ante una mesa de examen, decidieron jugarle una apuesta a mi cuerpo que erguido se paró frente a la profe de psicología y ambos, ambos ojos, explotaron derramando todo el cagaso que me corría por las venas. Desde ese momento, se independizaron de mi y cuando ya el caos los desborda, despiertan al monstruo rojo que los recorre y manifiestan todo el dolor que sienten por la situación que acontece.
Todo se va cayendo: el país que amo, la sociedad en la que me encuentro, la educación en la que creía fervientemente y para colmo de males, cual ovejas obedientes estamos siendo cómplices de la educación de una juventud que también se cae, se desparrama por un piso que flota, se hunde en los mares de la falta de respeto, desconoce el significado de la responsabilidad, no tiene la menor idea de lo que es ser un estudiante formado para convertirse en un ciudadano constructor de este país que como se hunde, va a necesitarlos para colocar los ladrillos huecos que - tal vez - formen las nuevas paredes que, obviamente no voy a ver.
Entonces...A la pregunta ¿Profe qué le pasa en el ojo?, no me queda más que responder: UNA TRISTEZA INMENSA que mi cuerpo no demuestra porque sigue y sigue, pero mis ojos se rebelan...
Creo que escribiría hasta que "cara libro" no me permitiese más caracteres, porque es tanto lo que mis ojos anhelan vomitar que las manos se mueven rítmicamente sobre el teclado.
¿Es acaso culpa de esos jóvenes que no posean ni la más mínima característica de un estudiante con todas las letras? Por supuesto que no.
¿Es acaso culpa de sus padres? Obviamente que no
¿Es acaso culpa nuestra? Yo creo que en parte sí, una gran parte, la parte que acepta todo cuanto venga por escrito en documentos que redactan varios delincuentes juntos que confabulan para obtener cientos de vidas analfabetas y nosotros obedecemos y cumplimos.
Cuando la respuesta es NO HAY VUELTA ATRÁS, mi ojo explota, así de simple.

15 comentarios:

  1. Un relato original que llega al corazón y por la forma de hablar del ojo como algo ajeno, en tercera persona, me ha recordado a ciertos relatos de Poe.
    Besos.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Confieso que me encanta "El corazón delator" de Poe, puede que influya bastante en mi forma de expresarme. Gracias Noelia

      Borrar
  2. Me encanta el cuento que se atreve a contar desde el cuerpo, y la rebeldía de los ojos. Un abrazo. Carlos

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Qué bueno que te suene a cuento, me encantaría que así lo fuera, pero no, es una forma poética de expresar la pura realidad. Un abrazo Carlos

      Borrar
  3. El cuerpo manifiesta de diferentes formas su incomodidad, su enojo, y pasa factura, lo importante es reconocer esas formas y tratar de mejorar para no castigarlo, un abrazo Ro, (Patricia)

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Todo lo detallado me rodea diariamente, tal vez si pudiese vivir en una Isla y no ver la realidad, vaya uno a saber, por ahí, lograría la cura; pero viviendo en este mundo y siendo consiente de lo que acontece, no veo la forma. No soy de los que se encierran en su mundo para hacer de cuenta que no pasa nada... Abrazo

      Borrar
  4. Pues cuida tus ojos, que de los tres que tenemos, dos son para ver, y son para toda la vida. Bueno, el otro también.

    ResponderBorrar
  5. Yo los cuido, el tema es que responden así, no tiene remedio. Ya consulté muchas veces. Abrazo

    ResponderBorrar
  6. Me ha encantado, me ha llevado en cada línea y me ha parecido súper original. Besos :D

    ResponderBorrar
  7. Hay una frase que me gusta mucho y que dice: se puede perder la vista, pero nunca la mirada...

    Entiendo lo que escribes y en el fondo creo que tienes razón, pero también me he cansado de arrastrar esa culpabilidad por todo lo que no funciona. Esta claro que las cosas, así en general, no funcionan, pero cansa pensar que todo es culpa mía, que yo tenga que hacerme responsable de las desgracias universales que nos asolan.

    Es un tema complicado en el que no puedo entrar sin caer en muchas contradicciones, así que no me hagas mucho caso :)

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Está muy bien, comprendo todo lo que has escrito. Gracias por reflexionar gracias a mis escritos. Un abrazo.

      Borrar
  8. Hola querida amiga!
    te entiendo tanto..! pero ojo con el ojo, porque al mundo no lo arregla nadie (y si alguien lo llegara a arreglar, mucho me temo que no lo vamos a llegar a ver nosotras) pero el cuerpo lleva la cuenta de la mala sangre, de la indignacion y de todo en general, solo que lo que nos hace daño es lo malo. Por suerte, vos podes canalizarlo todo escribiendo como una diosa.
    Muchos abrazos y besos.

    ResponderBorrar
  9. Ese es mi objetivo siempre, así que piense nomás!!!

    ResponderBorrar

Uno entre miles. (Por Patricia F.)

  Este jueves la propuesta vuelve de la mano de Neogéminis.  Mónica nos desafía a escribir un relato titulado: 1 entre 1000, después de much...