Hoy mi historia está relacionada a este sapo, para mí hermoso, aunque sé que muchos le tienen miedo, asco, en fin...
Hace unas pocas semanas hice un taller literario online, donde los textos que se leyeron eran historias de animales, narradas por ellos mismos. La actividad final era escribir una historia de una animal contada justamente por él.
Yo me inspiré en este sapito que habita en mi jardín, la historia es real, pues como él la cuenta es rescatado de una muerte segura por mi.
Hola, aquí me presento, soy Pedro “el Gris”, ¿por qué soy “el Gris” ?:
Porque ese es el color de mi rugosa piel, como el cemento de la vereda de dónde me rescataron o el de la fresca tierra donde ahora vivo...
Un día, unas manos crueles me cubrieron con sal gruesa y me depositaron en el ángulo recto que se forma entre la pared y vereda de una casa, expuesto al impiadoso sol del verano. Seguramente con todas las intenciones de matarme, una muerte lenta y cruel, la sal me iría deshidratando poco a poco por el efecto solar, hasta quedar como un cuero duro, inerte.
No dejo de preguntarme, porqué hay humanos tan malvados que por las razones que sea, brujería, odio, miedo hacen tanto daño a la naturaleza y más a un ser indefenso como yo. -¡¡¡Qué mal puede hacer un sapo a un “humano”!!!
Quiso el destino que en mi camino se cruzaran unas personas con buen corazón, al verme una de ellas dijo:
¡¡¡Pero qué hijos de puta!!! Pobre animal mira lo que le hicieron...
Escuché un diálogo breve entre ellas, una sacó una bolsita de nylon de su cartera mientras la otra me tomaba con sus manos, eran tan suaves cuando me recogieron y pusieron en la bolsa, apiadándose de mí.
Luego, entraron en un bar y mientras pedían un café, fueron al baño de damas y me lavaron en el lavamanos, limpiando toda la sal de mi cuerpo, me metieron nuevamente en la bolsa, bebieron su café mientras conversaban un rato, entre tanto yo estaba allí quietecito, al final pagaron la cuenta y se fueron cargando su preciada bolsa.
Sin rastros de sal ya me sentía mejor y dormité un poco con el leve movimiento, la dura experiencia no me dejó muchas fuerzas para intentar escapar, además a dónde iría entre tanto cemento, probablemente terminaría aplastado por un auto u otra vez tapado de sal.
Por lo tanto, me quedé inmóvil esperando ver qué me esperaba, sabía que me estaban llevando a algún sitio, pero nada podía ver porque no era una bolsa transparente.
Para mi alegría y sorpresa, al cabo de un largo rato, mi transporte plástico se abrió, liberándome en un fresco y verde césped, rodeado de plantas y flores ¡si hasta me dieron una piscina para mí solito! una profunda palangana azul para refrescar allí mi cuerpo.
Tuve suerte, una mujer que ama a los animales me adoptó y hasta me puso un nombre: Pedro.
Yo en retribución limpio su jardín de insectos y bichos dañinos para sus plantas, canto cuando va a llover o ella riega y a veces hasta una caricia recibo y yo alegro el lugar croando.
Nota: el de la foto es uno de los tres sapos que viven en mi jardín, todos rescatados de lugares donde no hubieran sobrevivido, si es verdad que hay gente que les tiene repulsión, en mi jardín conviven con mis dos gatos, mi perra y cuánto pájaro quiera anidar allí.
La naturaleza es sabia sin dudas, en mi patio tengo un pequeño oasis, en medio de la ciudad, si el ser humano entendiera lo importante que es cuidar y respetar la naturaleza, nuestro planeta no estaría tan mal.
Patricia F.
Excelente...
ResponderBorrarMuchas gracias.
BorrarPATRICIA F.
Una bella historia, impecablemente narrada (redondita por donde la mires) y con noble mensaje que, además, pinta a su autora... Para enmarcar Patricia. Te felicito de corazon.
ResponderBorrarMuchas gracias Carlos por tus palabras, son un mimo al alma, un abrazo.
BorrarPATRICIA F.
Historias que se repiten, puede que no te gusten los animales pero la crueldad con ellos te convierte en una mal persona que las otras personas rechazamos. Muy bien narrada y a disfrutar de tu jardín y sus habitantes.Un abrazo
ResponderBorrarHola Ester muchas gracias por tus palabras, mi jardín es mi cable a tierra, trato de tener un pequeño universo aislado de las tristezas del mundo, un abrazo.
BorrarPATRICIA F.
Buena historia, pobres sapos, que dejan abandonados donde no pueden sobrevivir, qué bonito gesto el tuyo
ResponderBorrarUn abrazo
Muchas gracias Albada, soy una amante de la naturaleza en general y trato de protegerla lo más posible.
BorrarUn abrazo.
PATRICIA F.
Me encanta Patricia, y oye, olé por ti. Pedro tiene un buen hogar 😍
ResponderBorrarMuchas gracias Margarita, un abrazo.
BorrarPATRICIA F
No me gusta el sapo, pero he de decir que tu historia es tan hermosa que aceptaría tenerle por un rato ajja. Gracias Patricia. Un placer leerte.
ResponderBorrarBesos.
Muchas gracias Campirela, a muchas de mis amigas las impresionan, pero no los dañan.
BorrarEs comprensible que a todos no les gusten, pero no por eso deben lastimarlos, son animales totalmente inofensivos y como dije en el texto se alimentan de los insectos dañinos del jardín.
Un abrazo.
PATRICIA F.
Siempre me sorprenden, para mal, esas personas que son selectivas con los animales. Los que son bonitos merecen respeto, los que no, puedes hacerle lo que quieras...
ResponderBorrarMe alegro por Pedro y por tu jardín, un sapo alegre es mucho mejor que cualquier insecticida ;)
Es verdad, los animalitos todos son lindos y cada uno tiene sus virtudes, si el ser humano entendiera que todos los animales tienen su encanto, son nobles y si son bien tratados te brindan amor.
BorrarMuchas gracias Beauséant por tus palabras, un abrazo.
PATRICIA F.
Hola Patricia! Conmovedora tu historia. Pero más linda aún es la sensibilidad que reflejas por la naturaleza y todos los animales. Yo creo que todo animal ha sido creado con un propósito dentro de la armonía del universo. Está en cada uno descubrirlo....Felicitaciones!!!Me gustó mucho.Un abrazo agradecido por compartirlo!!!
ResponderBorrarMuchas gracias Marta por tus palabras, me alegra mucho que te haya gustado, los animales son maravillosos, al igual que todas las plantas y flores, un fuerte abrazo.
BorrarPATRICIA F.
Hola Patry: me encantó esta historia. qué bueno que todavía quedan personas que se preocupan por los animales. Hay tanto imberbe dando vueltas. Abrazotes. Susana
ResponderBorrarHola Susana, muchas gracias, yo los adoro como a toda la naturaleza, y si coincido con vos, un abrazo enorme, Patricia
BorrarEste Pedrito es como mi sapito Crocki, dos dulzuras que cuidan el jardin!
ResponderBorrarUn besito para Patricia y para el amoroso Pedrito.
Hola Hada de las Rosas, qué bueno que tengas un sapito también, cariños a Crocki, un abrazo.
BorrarPATRICIA F.
Que buena historia, la verdad es que me dan un poco de repelux, pero bueno el cuento me encantó. Un abrazo.
ResponderBorrarMuchas gracias Tinta en las olas, es verdad que a muchos le dan un poco de "cosa", lo importante es que no los dañen, me alegra que te haya gustado, un abrazo.
BorrarPATRICIA F.
Patricia: comparto tu amor por los animales y en especial por los sapos. Hay gente ignorante que piensan que los sapos tienen algo malo en ellos. Cuando yo era chica, jugaba con los pequeñitos, claro era en pleno campo y los sapos crecian por todos lados, era normal verlos saltar por el jardin.
ResponderBorrarMe gusto tu relato en nombre de Pedro y creo que él aprobaría tu escrito.
Saludos.
Muchas gracias Mariarosa, cuando yo era chica también jugaba con ellos, en los campos se llenaba y los pequeñitos andaban saltando por todos lados entre los pies.
BorrarLos tres que tengo ahora andan felices en mi jardín y yo adoro verlos así.
Un abrazo y buen fin de semana.
PATRICIA F.