En estos días que la inspiración me escapa y juega a las escondidas en mi cerebro, surgió este texto, producto de una reflexión solitaria en una tarde de mate y calor.
En estos terribles calurosos días que estamos soportando por estos lares, trato de cumplir mis obligaciones fuera de casa en horarios tempranos para regresar lo más rápido posible a mi oasis y encerrarme en la fresca burbuja de casa. Siempre que no corten la luz es un paraíso.
Aprovecho el auto encierro para hacer cosas que normalmente no hago, la cuestión que revisando papeles viejos encontré un par de cartas que escribí hace treinta años, nada más ni nada menos que treinta... Uf, sí que pasó rápido el tiempo.
Me agarró un ataque de nostalgia.
Llevábamos menos de un año de casados con mi esposo y el mismo tiempo viviendo en Venezuela por razones laborales, en esas cartas dirigidas a la familia les contábamos situaciones cotidianas que a esta altura uno ya ni recuerda. Mientras las leía pensaba en que son fieles testigos de una parte de nuestra historia, que gracias a ellas hemos podido rememorar situaciones, momentos que se van quedando perdidos en el camino de la memoria.
Si parece que fue ayer cuando emprendimos este recorrido, como dirían algunos, pasó mucha agua bajo el puente... Me propuse buscar otras cartas, tengo tantas que he recibido de amigas, familia, la idea es reconstruir parte de la historia según sucedió en esos años de intensa correspondencia y no como la recuerda la mente en la actualidad con los giros y vericuetos de la misma.
Recordar anécdotas, momentos, escribirlos, aunque nunca lleguen a ser libros, pero serán parte de la historia de los hijos, nietos.
Ahora es todo tan “tecnológico” que los diálogos, las historias se borran tan rápido, como los mensajes de WhatsApp porque llenan la memoria del teléfono.
Me emociona leer esas viejas cartas, tanto no cambió mi letra desde entonces, aunque ahora trato de volver a hacerla caligráfica, en ese tiempo (quizá por rebeldía a las monjas del colegio) dejé de escribir prolijo y lo mío era casi ilegible.
Disculpen tanta cháchara a la que me llevaron estas esquelas, aunque a esta hora me pregunto si fueron ellas o el infierno de calor que me está quemando el cerebro estos días por Buenos Aires.
Patricia F.
Buenos días, Patricia, tú entre el calor y aqui entre el frío para más seguridad estamos a las nueve y media de la mañana a -1 grado...
ResponderBorrarLa vid misma siempre entre dos aguas, como diria, Pao de Lucia ajaja.
Muy emotiva entrada, y es cierto que cuando se leen cartas del pasado la nostalgia es inevitable, en ellas hay pasajes de nuestra vida.
Como bien dices la letra a ees cambia , al menos la mia , si miro cuadernos de mi infancia nada tiene que ver como la letra de ahora , antes la entendía , ahora ni yo misma soy capaz de entenderla ajjaja, comienzo bien, pero a los dos renglones ya se desfigura, tan bien es cierto que no escribo mucho a mano.
Con esta charla, me despido con un abrazo deseándote un feliz sábado.
Hola Campirela, es verdad que el clima nos tiene mal y nos afecta, pero si me dan a elegir prefiero el frío, porque con el frío me abrigo y salgo, hago de todo en cambio el calor me hace mal, me saca las ganas de hacer cosas.
BorrarCon la letra me pasa igual que a ti, comienzo escribiendo prolijo y luego ni yo me entiendo, creo que el apuro me lleva a hacer eso, buen fin de semana, un abrazo.
PATRICIA F.
Con el calor las neuronas parecen derretirse. Qué bueno que guardaste las cartas.
ResponderBorrarUn abrazo
Es verdad Albada, yo no funciono bien con el calor, un abrazo.
BorrarPATRICIA F.
A mi también me gusta leer viejas cartas, de aquellas que se recibían con tanta ilusión. Un abrazo.
ResponderBorrarRealmente es una hermosa costumbre, me alegra que también te guste, un abrazo.
BorrarPATRICIA F.
Hola Patri, que tal!
ResponderBorrarque bonita esta entrada, es tan nostalgica..! cartas que no se olvidan...las palabras que se sellaron en el corazon, situaciones que se guardaron en la mente vuelven a recobrar vida, te hablan de la vida pasada... del amor , de alguna lucha o preocupacion o saludos simplemente.
Se despierta un deseo de seguir descubriendo el hilo conductor de las memorias.. que linda nostalgia!
Te dejo un beso y un abrazo y te deseo una bonita semana por delante.
Hola Hada de las Rosas, muchas gracias, me alegra que te guste este tema de las cartas, ellas encierran muchos recuerdos, parte de la historia de nuestras vidas.
BorrarQue sea una excelente semana para vos, un abrazo.
PATRICIA F.