Domingo. (por Patricia F.)

 

Este jueves el desafío está a cargo de AlmaLeonor quien nos propone: CINCO PERSONAJES, abajo dejo las consignas a seguir:

Pueden ser de cualquier sexo y condición y en cualquier combinación, pero:

-Al menos uno ha de ser un niño/a (de cualquier edad menor de 18 años).

-Al menos uno ha de ser un anciano/a.

-Y, al menos, uno ha de ser padre/madre (no necesariamente de un personaje).

La temática, el tiempo y el lugar donde transcurre y el estilo son libres. La duración, creo que podría seguir siendo de 350 palabras como máximo.

La fotografía del final es de mi autoría y quise representar el recuerdo de la olla con el tuco humeante de mi nona, al ver los personajes pedidos en la consigna, me inspiró ese recuerdo, el porqué del sobrenombre "Lili", no lo sé, pero así me llamaban de chica. Los cuentos son reales también, Beto, fue mi tío abuelo, el que hizo las veces de abuelo y él nos inventaba historias donde mi hermano y yo, éramos los personajes. 

Domingo. (Por Patricia F.)

Sus arrugadas manos forman un hueco en el volcán de harina donde se estrellan los huevos, el agua y el chorrito de aceite, empiezan a batir desde el centro hacia los bordes sumando de a poco la harina, amasan y amasan hasta formar el bollo, amarillo, terso, lo cubren con un repasador para que descanse. 

Mientras revuelve el tuco que hierve en la olla, desde temprano en la cocina económica, es domingo y los domingos hay pasta, amasada por la nona. Yo voy detrás de ella por la cocina con mis ojos curiosos y mi delantal improvisado mientras el tío Beto descansa al calor de la leña con mi hermano a upa inventando uno de sus cuentos, donde nosotros los niños pequeños de la familia somos los protagonistas de las aventuras. El tío Beto tiene una inventiva tremenda y nosotros los dos niños siempre somos los héroes de sus historias.  

Ante una carcajada de mi hermano me acerco, sentándome a su lado, dispuesta a escuchar: 

• - Cuando el Lobo Viejo vino a buscar su ayuda, tenía una pata lastimada, porque un cazador le disparó, quería matarlo, pero él pudo escapar. Entonces ustedes dos agarraron la motoneta de su papá y salieron a perseguirlo... (Contaba tío Beto) 

• - ¿Y yo manejaba la motoneta? Preguntó mi hermano. 

Y así continuó la historia, entre risas y preguntas. 

Es domingo, mis padres salieron temprano a comprar el pan al pueblo. 

En la calidez de esa cocina de madera estamos los cinco, pues me había olvidado de nombrar al “Negro”, el perro, guardián y viejo compañero de la familia. 

Mi abuela destapa la olla y un exquisito aroma a tuco invade la cocina, introduce un pedazo de pan fresco y crujiente, lo saca rebosante del rojo jugo de la salsa, lo sopla y me lo da: 

• - Probalo y decime si esta rico, con cuidado que está caliente. 

• - Mmmmm, está muy rico nona, ya quiero comer. 

• - En unos minutos Lili, en cuánto se cocinen los fideos. 

Es domingo, esos fideos caseros, costados a cuchillo por las manos de mi nona con el tuco de gallina, son lo más rico que comí en mi vida. 

Es domingo... los recuerdos de aquellos otros domingos se hacen presentes hoy. 

Foto de mi autoría.