martes, 21 de enero de 2025

Aterrado. (Por Patricia F.)

 

 Esta semana el desafío de los jueves lo dirige Nuria en su blog Bitácora Literaria, el tema elegido es: MIEDO A LA OSCURIDAD, hay que escribir un relato que no supere las 350 palabras y se puede elegir una de las imágenes propuestas por Nuria.






De las imágenes propuestas esta es la que elegí.





Aterrado. (Por Patricia F.)


Soy Juan, siempre tuve miedo a la oscuridad, desde muy pequeño. 

Cuando era niño vivíamos en las afueras del pueblo y siempre contaban historias aterradoras, sobre aparecidos y desaparecidos. 

Lo cierto es que llegada la noche no se nos permitía a los niños ni siquiera salir al jardín, según contaban las más ancianas esas eran las horas en las brujas andaban buscando a sus víctimas. 

Muy temprano nos mandaban a la cama a dormir y nosotros por miedo tratábamos de dormirnos rápidamente. Ahora que lo pienso mejor, quizá era una treta de los mayores para hacernos dormir rápidamente y los dejáramos en paz por un momento. 

Recuerdo como si fuera hoy, que ese día en el colegio un chico mayor nos contó a los más pequeños que esa noche de luna llena de agosto, salían las brujas más malvadas en busca de pequeños desprevenidos, para llevárselos a sus cuevas y transformarlos en pequeños y deformados seres, sus esclavos y si no obedecían sus órdenes terminaban matándolos, comiéndolos, convirtiendo sus almas en espectros por toda la eternidad. 

Esa noche no quise comer y me fui a la cama rápidamente, tal era mi miedo. Me cubrí hasta la cabeza y me dormí. 

Me desperté de madrugada transpirado y agitado por mis pesadillas, al mirar a la pared una luz blanca la iluminaba y la sombra de unas garras se reflejaban en ella, grité muy fuerte y me hice pis del susto. 

Mi madre acudió rápidamente, me abrazó y me explicó que era el reflejo de la luna a través de las ventanas y que esas no eran garras, sino las siluetas de las ramas de los árboles del jardín reflejándose. 

Cuando logré tranquilizarme, sentí mucha vergüenza por lo sucedido, mi madre me abrazó nuevamente, muy fuerte, sentí la seguridad de sus brazos. 

Mientras me cambiaba los calzoncillos mojados, mi madre cambiaba mis sábanas y me decía que no había nada que temer, ella me tranquilizaba. 

Hoy, muchos años pasaron, la oscuridad sigue sin gustarme y tal vez sea por esos temores inculcados en la niñez, tal vez soy un caso de diván. 

 

 


41 comentarios:

  1. Los terrores nocturnos de la infancia son acontecimientos banales, pero que son de una intensidad que dejan al niño hecho polvo.

    No temamos al miedo. Un abrazo

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    1. Hola Albada, sin dudas lo son, pero los niños lo padecen y si no tienen una buena base de apoyo en su casa con sus familias, pueden dejar huellas difíciles de borrar luego.
      Coincido contigo en no temer al miedo, en realidad dicen los entendidos que el miedo te mantiene en estado de alerta ante situaciones peligrosas.
      Muchas gracias por tus palabras, un abrazo.
      PATRICIA F.

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  2. ¡Hola!

    ¡Buen relato! Me has recordado al terror que le tenía a la oscuridad de pequeña, menos mal que desapareció según fui creciendo...

    Nos vemos entre páginas
    La vida de mi silencio

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    1. Muchas gracias por tu visita, por leer y comentar, un abrazo.
      PATRICIA F.

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  3. Vas a encontrar muchos que compartan ese miedo, a mi no me preocupa, por la noche si me levanto no enciendo ninguna luz, la oscuridad no hace nada jaja. El relato está genial, nos has hecho visualizar el miedo y el consuelo. Abrazos

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    1. Hola Ester, a mi tampoco me da miedo, de hecho, si me levanto de noche tampoco enciendo la luz, voy caminando por la casa sin problemas es que si la enciendo me desvelo, jajaja.
      Muchas gracias por tus palabras, un abrazo.
      PATRICIA F.

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  4. Casos de diván hay mucho porque en nuestra infancia nos los inculcaron. Por eso es tan importante no meter a los niños miedos con el hombre del saco , dejarles a oscuras si temen la oscuridad, en fin , el miedo es libre y cuando afecta hay que respetarlo.
    Un besote Patricia, feliz semana.

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    1. Muchas gracias Campirela, es verdad, no hay que inculcar a los niños miedos inútiles, pero en aquellas épocas era una manera que tenían muchos adultos de manejar la educación de los niños.
      Un abrazo grande desde la calurosa Buenos Aires.
      PATRICIA F.

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  5. Sí, recuerdo esas mentiras recurrentes de los mayores para que los dejáramos en paz. No sé ahora, pero antes se educaba mucho con la mentira y el miedo.

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    1. Muchas gracias Cabrónidas por tus palabras, es verdad que antes se educaba de esa manera, ahora los tiempos han cambiado.
      Un abrazo.
      PATRICIA F.

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  6. Los padres mintieron, claro, querían proteger a su hijo de todos los horrores que habitaban en el mundo real. Los padres siempre hacen eso, hasta que un día y no están a nuestro lado y el mundo real nos devora.

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    1. Claro que sí Beauséant, coincido con tus palabras. El mundo real es el monstruo cuando los padres ya no están.
      Un abrazo.
      PATRICIA F.

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  7. Hola Patricia, me recordaste mi niñez cuando los mayores te decían... A dormir que viene el hombre del saco... Cuando me iba a la cama el terror me invadía, sentía tanto miedo que veía en la pared garras y monstruos que intentaban atraparme, lo pasaba francamente mal, me cubría la cabeza y era incapaz de ir incluso al baño...
    No recuerdo con exactitud a qué edad lo superé, pero desde luego nunca le dije a mis hijos esas palabras que quedaron clavadas en mi mente, cuando eres un crío todo lo que te dicen se intensifica.
    Muy bien reflejado con tu excelente relato ese pánico que se siente.
    Gracias y un abrazo grande

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    1. Muchas gracias Nuria por tus palabras, me alegra mucho que te haya gustado.
      A ese hombre del saco, mi abuela le decía el hombre de la bolsa, pero nunca nos metió miedo de noche, siempre nos decía eso en la hora de la siesta, porque los adultos necesitaban descansar un rato luego del almuerzo, para luego continuar con su tarea en el campo.
      De noche con mi hermano no teníamos miedo, nos gustaba mucho cuando había tormenta y se cortaba la luz, jugábamos a las escondidas por la casa y nos divertíamos mucho.
      Un abrazo, ha sido un placer participar.
      PATRICIA F.

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  8. Cierto. Con muchos de nosotros intentaron educarnos en base al miedo. Con el tiempo entendí que lo monstruoso existe sólo en el corazón humano.
    Abrazo hasta vos, Patricia.
    Y perdona la demora (pronto te avisó cuándo participás junto a Olivia del Gaterío)
    Abrazos y más abrazos!!

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    1. Hola Carlos, era moneda corriente en nuestra infancia, yo agradezco que mi familia no lo hiciera con mi hermano y conmigo, más bien nos enseñaban a no tener miedo, si ser cuidadosos.
      De hecho, mis terrores siempre fueron hacia las arañas y no porque me metieran miedo los adultos, sino porque vivía en zona de quintas y las veía.
      Muchas gracias amigo por tus palabras, una abrazo.
      PATRICIA F.

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    2. El 7 de febrero estás en el Gaterío. Con tu permiso, claro...

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    3. Perfecto, muchas gracias por avisarme, si claro que te permito publicarlo, no sé si lo veré ese día o al siguiente porque justo voy a estar regresando de un viaje.

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  9. Es muy dañino lo que metemos en la cabeza de los niños con la intención de controlarlos. A veces hasta los padres lo hacen por "diversión" y después, cuando crecen, nos quejamos de sus conductas reprochable e inmaduras. Para pensar. Un abrazo, Patricia.

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    1. Claro que sí Mónica, hay que ser muy cuidadosos con los niños, pero antes la ignorancia en estos temas hacía que se cometieran este tipo de errores, como esa época donde los padres castigaban a sus hijos con el cinturón o en la escuela los hacían arrodillar sobre maíz, en fin, otras épocas, otros tiempos.
      Muchas gracias por tus palabras.
      Un abrazo.
      PATRICIA F.

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  10. Tuve la gran suerte de que mis padres no me han educado contándome historias del coco o del hombre lobo, pero sí recuerdo que la cuidadora que teníamos nos metía miedo si no le obedecíamos.
    Hoy en día sigue sin gustarme la oscuridad, pero te felicito por tu relato que me ha enganchado hasta el final.
    En cuanto a tu comentario, puedo añadir que también en España el bacalao suele venir conservado en sal, yo creo que gran parte del éxito a la hora de prepararlo, radica en que se desale correctamente, si te interesa como lo hago yo, no tienes más que preguntar y te lo diré encantada.
    Cariños y buen fin de semana.

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    1. Hola Kasioles, muchas gracias por tus palabras, me alegra que te haya gustado mi relato, como también me alegra que tus padres no te hayan metido temores en la cabeza, lástima que tu cuidadora sí lo haya hecho.
      En cuanto al bacalao si, pásame la receta cuando puedas, no hay apuro, aquí solo se consigue para semana Santa, el resto del año, no.
      Muchas gracias por tu visita, un abrazo grande y buen fin de semana.
      PATRICIA F.

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  11. La mayor parte de las veces ,esos miedos son originados por las patrañas que nos contaban nuestros mayores ara tenernos quietos y que no anduviéramos por donde no debíamos. Los pobres no sabían que de mayores íbamos a arrastrar las consecuencias.

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    1. Hola Tracy, es verdad, sin dudas ellos nunca imaginaron las consecuencias, pero tenemos que pensar que eran otros tiempos y otras costumbres.
      Muchas gracias por tus palabras, un abrazo.
      PATRICIA F.

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  12. A veces pienso que si se hicieran realidad los miedos que teníamos de pequeños, moriríamos en el acto atrapados por esa oscuridad que siempre nos persigue.
    Un saludo. Buen texto

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    1. Hola Buscador, no lo había pensado, pero sin dudas podría suceder eso que dices.
      Muchas gracias por leer y comentar.
      Un abrazo
      PATRICIA F.

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  13. Les gustaba escribirme pero cuando se dieron cuenta quie ea yo
    dejaron de hacerlo Es mejor creer en la mentira

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    1. Hay un dicho que dice que la mentira tiene patas cortas y tarde o temprano todo cae por su propio peso.
      PATRICIA F.

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  14. Por tu relato se podría pensar que, más que que la oscuridad, lo que realmente causa miedo es el juego entre luz y oscuridad, que proyecta sombras. Sombras que la imaginación puede convertir en siniestras.
    Está claro que fue una mala idea que le contarán semejantes historias. Que un compañero de escuela aumentó, con detalles.
    Besos.

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    1. Hola Demiurgo, claro, así es, los juegos de luces y de sombras hacen lo suyo, pero la oscuridad total también.
      Muchas gracias por leer y comentar.
      Un abrazo.
      PATRICIA F.

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  15. He llegado a pensar que muchas historias de miedo que circulaban de pequeña no eran sino una excusa para mandarnos pronto a la cama. La oscuridad crea un ambiente propicio para que el subconsciente nos traicione y nos engañe. Buena aportación Patri. Un abrazo!

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    1. Muchas gracias Lady_p, me alegra que te guste, sin dudas muchos adultos han usado el miedo para eso.
      Aunque mi hermano y yo nos divertíamos jugando en la oscuridad y asustándonos, jajaja, lo tomábamos como un juego.
      Un abrazo.
      PATRICIA F.

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  16. "quizá era una treta de los mayores para hacernos dormir rápidamente y los dejáramos en paz por un momento".
    Va a ser que ese era el objetivo.
    Aparte, también es cierto que, aunque no se les diga nada, los niños acaban teniendo miedo a la oscuridad en una edad muy concreta, entre los 3 y los 7 u 8 años porque ven películas de dibujos animados (por ejemplo) con brujas, esqueletos, etc.
    El protagonista de tu historia lo pasó muy mal, gracias a su madre que le consoló y le quitó los miedos.
    Un abrazo.

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    1. Hola Mercedes, muchas gracias por tus palabras, sin dudas hay niños que lo pasan muy mal con ese tema, algo que a mi hermano y a mí no nos afectó ya que nosotros dos nos divertíamos jugando en la oscuridad y cuando se cortaba la luz en alguna tormenta nos encantaba jugar a las escondidas, jajajaj.
      Un abrazo.
      PATRICIA F.

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  17. Cuando somos muy pequeños, las historias de miedo y los terrores nocturnos son todo un problema. A pocas personas conozco que no les haya ocurrido algo parecido a lo que nos cuentas en tu relato.
    Muy buena historia, Patricia!
    Un abrazo

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    1. Muchas gracias Sckyw_712 por tus palabras, me alegra mucho que te haya gustado mi relato, un abrazo.
      PATRICIA F.

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  18. la oscuridad nos acompaña, siempre está ahi, cada noche, pero unas veces nos inquieta y las más no, somos nosotros los causantes de los miedos. Un abrazo

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    1. Exactamente Rodolfo, es así tal cual lo dices, nosotros somos los que permitimos que nos afecte o no, muchas gracias por tus palabras.
      Un abrazo.
      PATRICIA F.

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  19. Al igual que en ese relato, yo desarrolle miedo a dormir con la espalda de lado opuesto de la pared...creía que al estar mi espalda de ese lado de la pared, no podia aparecer nada y con mi cara al frente, podia estar pendiente de lo que podia acercarse...como si no me fuera a quedar dormida....lo cierto es que aún de grande..y bastanteeee grande, no podia dormir mirando hacia la pared...y tenia miedo de mirar lo que habia debajo de la cama si sentia un ruido..Aún todavía, siendo ya abuela de 6..por las noches tengo miedo a ir a revisar si escucho algún sonido en la noche ..de mi cama no me muevo...cobarde?? siiiii y mucho.....jejje besos

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    1. Hola Diva, tremendo ese miedo, la realidad es quete paraliza, por suerte no soy tan temerosa.
      Igual tengo adentro a mi perra que ante cualquier ruido extraño ladra alertando y pongo las cámaras desde el celular y puedo ver exterior e interior de mi casa, aquí hace tiempo que hemos tomado todo tipo de medidas de seguridad y aunque nunca es suficiente por lo menos de alguna manera tranquiliza.
      Un abrazo y muchas gracias por leer y comentar
      PATRICIA F.

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  20. Cuando era chica yo tambien le tenia miedo a la oscuridad, despues fui creciendo y, no se que me paso, no le tuve mas miedo; es mas me encanta. Me gusta la noche, quizas mas q un hada me volvi una bruja :D
    Besos, querida Patricia. Feliz final de Enero.

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