Tiempo de tilos y de jacarandas
por Rosana
Cuando aún no pensaba en los nombres de los árboles, ni me fascinaban sus pelucas verdes, ni sembraba semillas año a año intentando tener cuanto ejemplar me encontrara en el camino, solía ir los días martes a la casa de mi abuela paterna.
Este hábito que a mi me fascinaba, paradójicamente fastidiaba a mi madre, (cuestiones de suegra y nuera que jamás deberían de enterarse los niños que existen). Para mí, los martes eran mágicos: iba a la escuela ya sabiendo que al medio día, el micro escolar me dejaría en su casa, en donde me esperaba, me cocinaba, mirábamos juntas novelas y además, allí, vivía una prima muy querida con la cual jugaba, hija de la hermana mayor de mi papá.
El tiempo aquel pasó cual ventarrón, pero cada primavera, el aroma de los tilos en Buenos Aires, logra encogerme a un metro veinte de altura, hace que mis cachetes exploten, tome mis útiles, los acomode en el portafolios y parta a vivir ese día tan particular con mi abuela paterna. Los tilos logran el milagro de ganarle al tiempo, el imposible milagro de poder vivir otra vez esos momentos.
En mi barrio natal no había jacarandas, eso es parte de esta vida que voy transitando, es parte de la adultez. Los visualicé cuando me mudé a Capital, y empecé a notar que en primavera, Buenos Aires se tiñe de violeta. Le encanta colorearse por entera, calle a calle, arteria a arteria. Se pinta de ese tono y desparrama pinceladas por las veredas. Ver el espectáculo engrandece el alma y devuelve las ganas de continuar caminando hacia adelante.
Con el tiempo, valga la redundancia, el tiempo tiene eso de las fragancias, los colores, las cosas que queremos que queden fotografiadas en la memoria. Después de todo, es lo único que vamos a llevarnos a donde vayamos.
Muy lindo relato, ese recuerdo de infancia, en aquellas épocas que te pellizcaban los cachetes, cómo me enojaba eso, y ahora las jacarandas de Buenos Aires, en esta época son la gloria, un abrazo Ro.
ResponderBorrarSiiiii, los cachetes eran sinónimo de salud y se probaba dejándose pellizcar!!! jajaja. Abrazo
BorrarRosana
Los recuerdos de la niñez hay que airearlo para que no se olviden y para que nos hagan recordar los nuestros. Un abrazo
ResponderBorrarHola Ester, en realidad el perfume de los tilos, cada año, no permite que me olvide de esas historias.
BorrarUn abrazo enorme
Esos recuerdos, tan bien narrados de los martes, están enteritos en tu mente
ResponderBorrarY regresan con los aromas. Preioso post. Un abrazo
Muchísimas gracias Albada Dos. Lo que gusta, jamás se olvida. Abrazo
BorrarQué hermosos recuerdos, y que imágenes más hermosas. Yo siempre estuve enamorada de la Jacaranda. Besos :D
ResponderBorrarSi, realmente cuando se pueden visualizar varios juntos, enamoran
BorrarAbrazo
Que bonito tener esos recuerdos de esos martes diferentes, parecen poca cosa y sin embargo ahí están volviendo cuando un aroma aparece. Un abrazo.
ResponderBorrarSon las cosas que la mente y el corazón rescatan para seguir para adelante.
BorrarAbrazo
Hermosas líneas inspiradas en aromas del pasado, que al recordarlas se convierten en deliciosa fragancia del corazón.
ResponderBorrarTu obra posee una narrativa tan dulce y bella que, tus palabras traslucen toda la felicidad que sentiste cuando eras pequeña y que aún hoy, te siguen haciendo feliz de solo recordar.
La dulce nena de los martes mágicos en casa de la abuela, la de los paseos por la Plaza José Hernández, sigue presente y vigente en los latidos de tu corazón, porque sin importar los años transcurridos, aquella niña sigue viva en ti.
Me encantó leerte. Gracias por ello.
Hermosísimo comentario Juan Carlos, muy sentido. Gracias por leerme
BorrarAbrazo
Cuando somo niños vemos el mundo de otro modo al de los adultos. Es una pena que eso se acabe. Tuve una experiencia en referencia a los cachetes... no sé muy bien cómo definirlo. https://lamadredelpatonegro.blogspot.com/2021/04/22-la-cajera.html
ResponderBorrarHola Cabronidas, bienvenido por aquí. Graaaacias. Me encantaría conocer tu experiencia. Abrazo
ResponderBorrarAy, si! cuanta belleza y preciosos recuerdos! los jacarandaes son una caricia lila para el alma de la Ciudad ೋღ 🌺 ღೋ
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