Sed de esclavitud (por Rosana Colombo)
Nos sumamos una vez más a los desafíos de los jueves. Esta vez "CAMPIRELLA" nos invitó a escribir sobre la esclavitud y aquí les dejo qué salió.
Extraído de la web |
Alguna vez leí de qué forma nacieron los pueblos que finalmente fueron potencias y de qué forma fueron creciendo a expensas del sometimiento de otros que hoy, tal vez, siguen siendo sometidos
Por ende, la ambición y el lujo desmedido obtenido manipulando a otros, serían inherentes al ser humano desde los inicios de la vida en las cavernas.
Finalizada la etapa cavernícola y habiendo creado eso que nos distingue totalmente del resto de los animales: la palabra oral y escrita, el hombre inició el camino de la escritura placentera y ficcional y dio vida a un sin fin de personajes que son íconos de estereotipos que causan temor, asco, horror, aberración, rechazo. Tal es el caso del Minotauro o de Frankenstein, dos emblemas de la literatura clásica que se nos sirven entre los menúes que consumimos durante la escuela secundaria.
Ambos fueron condenados por sus autores a ser eternamente odiados por la humanidad letrada. Ambos, esclavos de su condición: una vida que no eligieron sino que adquirieron por obra y gracia de sus creadores que se vieron tentados por las infinitas posibilidades que da la imaginación y les dieron vida para ser temidos eternamente.
Me uno a la propuesta de escribir sobre la esclavitud y me rehuso a pensar y escribir sobre ese tipo de esclavitud tan manoseada por la costumbre, esa de la que todo el mundo habla y decido ponerme a pensar qué mecanismo perverso será el que hace que no le baste con el sufrimiento real, al ser humano, sino que además, necesite crear personajes esclavos de su condición, como una necesidad constante de que haya sometidos hasta en las letras.
Me encantaría saber qué me diría el Minotauro, una tarde cualquiera si le abriera las puertas del Laberinto para decirle que el rey Minos - su padrastro - ha muerto, que puede comenzar a disfrutar de su libre orfandad. Si le mostrara los campos sembrados o las verdes planicies de algún rincón de Creta y lo invitara a olfatear el aroma del rocío de la mañana y así, pastar un rato y tenderse al sol.
Hemos sido redundantes esclavizando lo que sea por años, tan reincidentes que no nos alcanza con el sometimiento de los seres de carne y hueso, sino que además, vamos creando ficciones para continuar con el vicio.
Has hecho una buena critica de la esclavitud de personajes que han creado el ser humano para su fama y por ende en esta ocasión los dos que mencionas para su rechazo de la humanidad., muy bueno, es otra manera de ser esclavos de algo que no se ha pedido.
ResponderBorrarMuchas gracias por participar en la convocatoria,os lo agradezco muchísimo. Un besote.
Gracias a vos porque tus propuestas encienden mi imaginación. Abrazo
BorrarEl mundo te condena a vagar entre cadenas, cadenas pesadas como las más vibrantes de la vida, Dicen que las argollas se marcan en nuestras piernas haciendo , a veces , más doloroso el viaje... Vas dejando gotas de sangre en el camino, gotas que algunos empujados por la curiosidad , las van siguiendo sin preguntarse para qué.
ResponderBorrarNunca encontraran el origen, porque en algún momento el polvo de vida las van borrando como tinta indeleble.
No se que hago aquí, nunca encontré esas guellas de las que hablan los poetas, sólo un loco como yo las seguiría si no las ve.
Gustab
huellas...huellas.... hurañas como la g.
ResponderBorrarHola Gustab, vienvenido. Qué bueno que estés leyéndonos. Te cuento que somos tres damas que escribimos, y que intentamos comunicar a través de la palabra nuestras ideas y sentimientos. Un gusto leerte.
BorrarLa esclavitud no tiene fin, permanecerá mientras queden dos humanos en pie, podemos censurarla y podemos rebatirla, luchar por su abolición pero nuestra lucha tendrá poco recorrido. Tu aporte es original porque te has salido de lo corriente y te has metido en la literatura. Abrazos
ResponderBorrarHola Esther, es que a vece me aburre siempre leer y escribir sobre una idea que tal vez no vaya a cambiar jamás, entonces busco innovar sin perder la línea. Gracias por tu comentario.
BorrarUna reflexión/crítica muy original, a mi me gusta. Hablamos, escribimos , sobre la esclavitud, y después los que la sufren se desvanecen de nuestras mentes, regresando a nuestra zona de comfort.
ResponderBorrarAbrazos.
Hola Berta, tal cual, pasa como muchos de los temas que son debate mundial. Se habla, se protesta, se lanzan proyectos, pero la base sigue estando y destruyendo. Un abrazo.
BorrarMe gustó tu escrito, tan culto y diferente.
ResponderBorrarUn abrazo.
Gracias Noelia. Estaba dando ese mito en mis clases y me puse a pensar en esa cuestión. Abrazo
Borrar¡Genial! ¡Genial! ¡Genial! No agregaría ni quitaría nada de lo que has escrito.
ResponderBorrarMe conmueve el entusiasmo que leo a través de tus palabras. Mil gracias por lo que transmitís.
BorrarAbrazo
Me ha encantado leerte, qué buena entrada. Decirte además que precisamente ahora estoy leyendo Ariadna, sobre la historia del Minotauro. Besos :D
ResponderBorrarQué bueno Margarita. Es un libro, una novela? Pasame la data por favor. Abrazo.
BorrarRealmente Rosana, me encantó, es muy bueno, felicitaciones!
ResponderBorrarGracias Patri, a vos te torturo dos veces: con el borrador y con la entrada. Muchas gracias por acompañarme en esto.
BorrarUn gusto acompañarte y leerte.
BorrarEsa tendencia ancestral de creer que el otro es menos, diferente y sujeto de ser explotado nos viene de lejos. Incomprensible es que todavía se siga pensando de esa forma retrógrada
ResponderBorrarMientras haya esclavitud, habrá dos clases bien marcadas: sometidos y déspotas que someten. Imposible que esto desaparezca.
BorrarAbrazos.
Excelente, Ro. Es tan cierto que aquello que nos esclaviza lo llevamos hasta en nuestra imaginación. Tal vez sea una forma de exorcizarlo.
ResponderBorrarGracias Silvy. Y hay muchos más casos. Mejor no analizar a Frankestein. Tan esclavo del deseo de ser Dios de su creador. Abrazo.
BorrarHola buenas tarde , muy buen relato
ResponderBorrary muy buena reflexión , yo pienso que mientras
haya seres humanos pobres , sin papeles o más frágiles
haya donde haya un ser despreciable ,hará lo posible para aprovecharse de estas personas , y de alguna manera acaban esclavizadas , te deseo una feliz tarde , saludos de flor.
Muchas gracias Flor. Y si así es, está en manos de la humanidad que permanezca o desaparezca, así que entonces...
BorrarAbrazo.
¡Seguro que el Minotauro se sentiría feliz con esa libertad adquirida!.
ResponderBorrarQuizás ese mecanismo perverso que mencionas es el que trae a la conciencia y muestra la perversidad de la esclavitud al nombrarla y ponerla en letras. A partir de ahí, recién puede tomarse conciencia del fenómeno y podrían o podrán implementarse los pasos para realizar los cambios pertinentes. La literatura denuncia, muestra, señala, releva, enseña, etc. por ello, también son importantes los foros y discusiones que se formen en torno a un determinado tema ya sea sobre un libro o artículo, creo yo.
Saludos
Tal cual Myriam. La literatura es todo eso y mucho más. Enseñada asi, es maravillosa y logra milagros.
BorrarAbrazos
Mi aplauso,Rosana. Rompes con todo lo que se escribe, como tu bien dices tan manoseado, sobre la esclavitud. Un sorbo de agua fresca en ese mar tan manido. Hasta ahí llegamos las personas, a crear ficciones literarias esclavas del personaje asignado.
ResponderBorrarMuy, muy bueno y original.
Un abrazo.
Mil gracias José Luis. Es un verdadero elogio el que me haces y me pone muy feliz leerlo.
BorrarAbrazos.
Hola Rosana, excelente relato. Piensa en la normalización de la crueldad (de la mentira) para que esté bien cimentada debe de naturalizarse y darse en todas las esferas, también en la fantástica y todos nos creemos el horror, c´est la vie!!!
ResponderBorrarUn abrazo.
Y todos somos cómplices para atacarlo. Menos mal que hoy hay toda una corriente que piensa otras visiones para esos personajes monstruosos y logra transformar un poco los pensamientos.
BorrarAbrazos.
Interesante tu reflexión sobre la esclavitud.
ResponderBorrarUn abrazo.
Muchas gracias María, bienvenida por aquí!!!
BorrarInteresante tu relato y a la conclusión que has llegado escribiendo mitos esclavizados por los autores a los que no les parece suficiente las diferentes maneras de esclavizarnos con las que contamos los seres humanos,
ResponderBorrarQué bueno que te haya gustado Tracy. Un abrazo grande!!!
Borrar"Por ende, la ambición y el lujo desmedido obtenido manipulando a otros, serían inherentes al ser humano desde los inicios de la vida en las cavernas" creo que es una idea totalmente acertada *.*
ResponderBorrarNunca me había planteado nuestra afición por hacer sufrir a nuestros personajes. Una vez leí que si en las novelas todo fuera bien, a nadie le gustaría leerlas porque no se sentirían identificados. Eso sí: creo que no todo el mundo odia al Minotauro o al monstruo de Frankenstein.
Un besazo juevero
Estoy totalmente de acuerdo. Pero aquellos que no lo odiamos, es porque aprendimos a comprenderlos leyendo, haciendo cursos o rodeándonos de gente con la mente abierta. La mayoría de los mortales no tiene una visión amplia porque no se dedica a la literatura. Eso quise expresar. Abrazos.
Borrartras una creación sea lietaria mitologica o de otro tipo hay un ser que prescribe la vida de sus actores. Siempre me viene a la mente la novela de Unamuno " Niebla " en la que el personaje se rebela contra su creador. Un abrazo
ResponderBorrarSiiii, la leí hace mucho. Excelente ejemplo. Gracias por tu comentario Rodolfo.
ResponderBorrarYo creo que si la esclavitud existe, y produce tanto dolor, es inevitable wue se escriba sobre ello, y que se creen paradigmas del sufrimiento, igual que del amor y odio y la venganza. Al fin y sl cabo sexescribe para transmitir sentimientos, opiniones para denunciar y en definitiva para sacudir al lector para divertido, para entretenernos para turbarlo.
ResponderBorrarAdemás, según el tratamiento , el autor personifica al monstruo (monstruosa es la diferencia), precisamente lo contrario de cosificar, y hace al lector simpatizar con él, a pesar de su condición.
En esto discrepo, pero para gustos los colores
Abrazooo a las tres