Todas las hojas son del viento... esa frase me da vueltas en la cabeza. Tal vez porque muchas veces me siento hoja desprendida del árbol, sin rumbo elegido; bailando a merced del invisible destino. ¿El otoño debería ser mi enemigo o mi salvador? Porque caer también es liberarse, dejar de estar amarrado a una raíz que me obliga a quedarme quieta. Pero, alejada del tronco, me marchito inexorablemente mientras no soy dueña de mi andar.
¿Quién sería el viento si soy hoja? ¿Acaso ese Dios del que todos hablan y pocos conocen? ¿O son mis pensamientos y acciones pasadas las que me llevan a caer donde hoy no quiero?
Las hojas podrán ser del viento... yo, no.
Me gusta creerme gaviota o marea. Volar sin prisa ni pausa o acariciar playas doradas.
Claro... también necesito del viento.
Todas las hojas, las gaviotas y el mar son del viento.
El mundo es del viento, mi pelo alborotado, mi pollera suelta, las notas que canto... todo se lo puede llevar el viento.
Solo hay una cosa que él no podrá sacarme si no quiero, no podrá mover si no lo dejo: mis pensamientos y sueños, mis deseos y amores. Mis ganas, mi locura, mis pasiones.
Todo será del viento menos lo que llevo dentro. Hasta que sea cenizas, solo en ese momento, cuando él sople y yo desaparezca, me entregaré a su encuentro.
El viento a llevado tus palabras lejos, tan lejos, que han entrado entre los barrotes. Mi cuarto esta lleno de hojas, las trae el viento, pero por más que las pongo cerca de mi oido, suelen no decir nada, pero a veces susrran mientras entran por la ventana.... silvan como gaviotas , pero siguen siendo hojas sueltas que arrebato el otoño sin preguntar a donde querían ir.
ResponderBorrarSólo son hojas que las trae el viento.
Gustab, su otoño entró por mi ventana.
Muchhas gracias Berta. Seguiré compartiendo (Silvy)
BorrarEspero que continues compartiendo mucho de eso que llevas dentro.
ResponderBorrarUn placer leerte.
Las hojas en otoño me encantan, cuentan historias, el viento a veces me da miedo, muy lindo texto, un abrazo.
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