jueves, 24 de febrero de 2022

"Te quiero ma" - por Rosana

Hola a todos, me uno nuevamente a los relatos jueveros. Esta vez con la consigna que viene de "LA TRASTIENDA DEL PECADO", quien nos reta a hablar de EL BESO"
Jamás había sido muy besuquera. Como que expresar sus sentimientos la dotaban de una cierta fragilidad que se empeñaba en combatir. Las demostraciones de cariño no eran lo suyo, por ende, el BESO, no estaba dentro de ese repertorio que se desea para una madre. Sostenia que la demostración de amor o cariño se lograba a través de los hechos y vivía intentando imponer esa forma: - De los hijos no se habla tan bien, ni se los alaba. Queda feo que una madre diga que sus hijos son lindos e inteligentes. Todo apuntaba a impermeabilizar a sus descendientes contra la autoestima, porque quien mucho se estima, logra adquirir un escudo importante. Un escudo que lo convierte en superhéroe de su propia vida, en un ser discutidor y defensor de sus propios derechos. La distancia carnal, la ausencia de abrazos, besos y palabras que hicieran que cualquiera se hiciese fuerte y valiente, jugaba en contra: ese ser tan firme y autonomo, algún día, dejaría de necesitar esas indicaciones varias, como que descartaría el GPS que ella pretendía ponerle a su vida. Hasta que la vida va aplancando a esos espíritus tan poco necesitados de afecto - o que recitan no necesitarlos, pero vaya uno a saber a solas cuántas lágrimas habrán volcado -. La vida golpea sobre el ring de la rutina y hace que todo el valor se retuerza y se destruya y deja a todos por igual indefensos: valientes y no tanto, al desnudo. En ese ir y venir de años de quimioterapia, ese ser que había criado distanciado de caricias, fue quien estuvo a su lado hasta el final, pero hacía lo que había aprendido: acciones tras acciones, corridas y ocupaciones, turnos, médicos y muchísima compañía. Internaciones a granel y toma de decisiones, todo eso debía de transmitirle que la amaba en profundidad...pero. Pero ella sentía que debía de decirle algo que no se había atrevido durante toda la vida. Alguien tenía que tomar la decisión y enseñarle a esa mujer que estaba ya casi de paso por la tierra, debía enseñarle que el afecto también pasa por el cuerpo, por el roce de una mano que acaricia a la que tiene tantas agujas clavadas, que el afecto pasa por las caricias en la frente, por el "ya va a pasar" y entonces se atrevió, tomó coraje, se acercó, arrimó su boca a la mejilla de su madre - o lo que estaba quedando de ella - la besó y le dijo: "Te quiero ma, sabé que te quiero muchísimo" y esa mujer que alguna vez habrá hecho la promesa quién sabe a quién, de demostrar que estaba hecha de acero, que pensaba que era invencible, la miró, dejó rodar las lágrimas que le salían de los ojos sin secarlar y respondió: ya lo sé.

38 comentarios:

  1. Duro relato, pero muy humano. Los de temple de acero, también necesitan del beso. Un abrazo. Carlos

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    1. Por supuesto Carlos, todos lo necesitan, todos somos humanos. Relato duro si, pero muy realista.
      Abrazo

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  2. ¡Hola!
    ¡Muchísimas gracias por pasaros por mi blog! Me ha encantado el relato, la verdad. Muy duro, pero cercano. Lo he sentido como un abrazo.
    Un abrazo,
    María

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    1. Entonces retribuímos el abrazo y agradecemos que hayas pasado a leernos.
      Besos

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  3. A veces nos queda la impresión que no dimos los suficientes mimos y caricias a la pesona que se fue.

    Abrazo para las tres.

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  4. Los besos guardados se apolillan y luego duelen, el arrepentimiento de no haberlos usado es muy duro de cargar. Me ha encantado tu modo de defender la consigna. Abrazos

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    1. Gracias Ester, a veces pienso y pienso para ver cómo haré esta vez para escribir, y siempre surge algo.
      Un abrazo.

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  5. En la época que nuestras madres fueron niñas no se les enseñaba a demostrar cariño con besos, carisias y abrazos, siento que en mi caso mi madre lo demostraba de otra manera, haciendo cosas, como llevarme un mate a la cama, por ejemplo, pero agradezco con los años haber aprendido y antes de que ella partiera a otro plano la abracé mucho, la llené de besos y le dije que la quería al igual que a mi padre; y por supuesto a mis hijos jamás le faltaron abrazos y besos, soy una mamá pesada, un relato muy humano, con todo el sentimiento que encierra, me encantó.

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    1. Hola Patri, hacés muy bien en ser una mamá pesada. Te abrazo fuerte yo también.

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  6. Que historia tierna pero triste le faltaba el roce físico y más cuando se esta con la persona. Esa caricia dice tanto. Aunque el amor tiene sus maneras de darse, no solo en un beso o muestra de afecto. Lágrimas que eran el reflejo de haberse perdido los besos a sus hijos.
    Te mando un beso no, ciento de ellos.

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    1. A veces la gente así, tan introvertida se lleva secretos que jamás sabremos. Pero es parte de la vida.
      Abrazos.

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  7. ¡Qué terrible historia de una madre dura como una piedra! y sé que hay casos así en la vida real. Pero desgraciadamente esas madres crían hijos que nunca aprenden a amar, porque nadie les enseñó a dar una caricia, porque no tuvieron una madre que supiera abrazarlos, y les negó lo más importante. Felicito tus letras, Rosana. (Gracias por visitar uno de mis blogs). Un saludo en la distancia.

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    1. Muchísimas Gracias Ingrid, gracias a vos por venir por acá, nos estaremos viendo seguido!!!
      Abrazo

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  8. Sin apego, sin ternura, las madres son de pedernal.

    Pero son madres. Un abrazo

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  9. Una historia triste, pues de una madre se esperan siempre los mejores besos, aquellos que llevan prendidos todo el amor del mundo. Precioso :D

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    1. Esas cosas se ven a la distancia y sobre todo cuando ya nos convertimos en madres...pero bueno, esa así nomás
      Besos

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  10. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  11. No siempre se saben expresar los sentimientos. Unas veces porque los han anulado desde pequeños. Otras, porque, culturalmente, han inculcado cierta frialdad y desdicha...

    Un relato crudo pero no excusado de realidades.

    Mil gracias por sumarte a la convocatoria, Rosana.
    Un beso enorme.

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    1. siempre me es grato participar de los desafíos. Es verdad lo que dices Mag, a veces se actúa como te han inculcado y a veces se puede superar y seguir adelante.
      Abrazo

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  12. UUU. Lágrimas que no pude dejar de derramar pensando en esa mama.Es duro cuando las personas se fabrican corazas porque a veces no se las sacan jamás. Mi mama, que vos conociste muy bien, también se ha´cía corazas pero yo la descolocaba a cada rato con besos abrazos y apretujones cuando aprendí que había que decir te quiero, y dar besos y dar mimos. A mis hijos no le faltan. Me convierto en una pesada, pero lo prefiero. Gracias por compartir esta historia. Bestoes, amoga del alma. Susi

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    1. Si conocí a tu mamá, supe saber que era recta, pero era una rectitud diferente. Pero bueno, la cuestión es que en algún momento yo también pude descolocar a la mía...
      Abrazos amiga del alma

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  13. Cada persona es un mundo y nadie sabe, ni los propios hijos, qué circunstancias la han llevado a ser así. Hay que aptarlos pero me parece que tu prota eligió la forma mejor de aceptación, darle muestras de ternura que fue lo que derritió su apariencia de acero-
    Besos

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    1. Gracias Tracy, si, mi protagonista necesitó demostrar ese amor carnal que tanta falta hace.
      Abrazos.

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  14. Que duró!y sé que hay madres así con un inmenso caparazón. Todo lo que tiene de dureza lo tiene de belleza. Besos.

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    1. Es verdad Molí. Esta es una madre que mucho había sufrido en la vida... Un abrazo Artesano

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  15. "Te quiero"... "Ya lo sé"
    Un relato muy emotivo, Rosana. Genial para esta convocatoria.
    Un besazo juevero

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  16. Un relato muy duro, pero como ya han comentado antes, habría que conocer las causas para que las madres lleguen a actuar así con sus hijos. Supongo que muchas no lo tuvieron fácil en su niñez .

    Un placer leer tus letras.

    Un beso de tarde de sábado.

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    1. Por supuesto, siempre hay que escuchar todas las voces, sería maravilloso poder escuchar a mi protagonista, a ver qué opina.
      Besos Artesanos

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  17. Un relato que emociona, una historia triste y real.

    Un abrazo.

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  18. Alguna vez hay que demostrar las emociones.
    Un abrazo.

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  19. Como en la vida real, no solo puede ser relato, muy emotivo, me ha encantado.

    Besos.

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