Más participaciones, qué bueno
Van llegando más anécdotas a este desafío de los desayunos domingueros y queremos compartirlas y agradecer a los que se van atreviendo a participar.
La primera nos llegó vía facebook por Ainhoa Alaiza, en nuestro grupo de Artesanas de la Palabra:
"El recuerdo de la época escolar que recuerdo con mas cariño es el de mi tutora de primero la señorita Paz que en solia quedarse en el recreo en clase y yo solía venir antes de la hora para conversar con ella sobre la lectura y los libros. Fue un aliciente para que ahora me dedique a escribir y a mi afición por la lectura."
Y luego, nuestra amiga Chelo en su blog Pasatiempo, una ventana al mundo
Vayan a darle mucho amor a las dos. Genial que vayamos creciendo en estos desafíos que nos gusta tanto preparar. Un placer leerlos y disfrutarlos. Los seguimos esperando hasta la proxima semana donde publicaremos el siguiente de la mano de Rosana que es la hacedora de estas maravillosas entradas.
También tuvimos el gusto de leer a nuestra amiga Mascab. Nos dejó su anécdota en su blog La rebeldía de una cincuentañera. Corran a leerla, disfrutenla como lo hicimos nosotras. Abrazos. Hasta la próxima entrada.
Todavía no me ha dado tiempo chicas, perdón, perdón. ¡Estoy a tope! Besos :D
ResponderBorrarHola Margarita, ojalá puedas contarnos tu anécdota, pero es verdad, a esta altura del año ya estamos todos bastante ocupados y a veces cuesta hacerse los tiempos, abrazo.
Borrar¡Qué bonitos recuerdos!, voy a leerlas y si me da tiempo, contaré algunos míos...es que ando de vacaciones con mi familia, en mi tierra.
ResponderBorrarBesos.
Hola Noelia, gracias, ojalá puedas contarnos alguna anécdota, disfruta de tus vacaciones, un abrazo.
BorrarPues hay muchas anécdotas, quizás no todas para recordar con una sonrisa.
ResponderBorrarUn abrazo
Hola Albada, es verdad, muchas veces algunas son para olvidar, pero forman parte de nuestra vida, saludos.
BorrarMuchísimas gracias a todos los que se están sumando. Muchas, muchas gracias.
ResponderBorrar¡Hola, Rosana! Estupendo reto, nada engancha más que alguien contando anécdotas. No sé si calificarla como anécdota, pero te dejo una aquí, dado que en El Tintero no es un blog de autor. Tendría unos doce o trece años y con unos amigos fui a un parque de la gran ciudad. Allí, al finalizar la tarde, encontramos una gata con sus cachorros. Preciosos gatitos negros como el tizón. Por esa época ansiaba contar con una mascota, algo que no coincidía con el gusto de mis padres. Al verlos allí no pude resistirme a coger uno de los cachorros y llevármelo a casa. Pensé que ante un hecho consumado, como era entrar con un gatito precioso, mis padres no tendrían más remedio que dejar que viviera con nosotros.
ResponderBorrarMe equivoqué.
Pese a recurrir a todas las formas de persuasión que cuenta un niño, mi madre se mostró imperturbable. Así que bajé al gatito al portal, en una caja de cartón y con un platito de leche.
Ya en la cama no podía de dejar de pensar en que había separado a ese cachorro de su madre para dejarlo abandonado en la calle, de noche, condenado a una muerte segura.
Pasados muchos minutos o tal vez alguna hora logré dormirme.
Un niño de doce años suele despertarse tarde, pero no sé cómo, a eso de las ocho de la mañana abrí los ojos, justo cuando desde la calle, vivía en un entresuelo, escuché a un adulto exclamar ¡Pero si es un gato! Pobrecico, me lo llevo a casa.
Sonreí de oreja a oreja al escucharlo, noté como el pecho se libraba de un enorme peso y me volví a dormir ahora sí a pierna suelta.
Cuando bajé a la calle, y para asegurarme de que no lo hubiera soñado, fui donde dejé la caja de cartón. Esta seguía allí, pero el gatito, afortunadamente, ya no.
Un abrazo!!
Hola David, un honor que tú que eres especialista en retos creativos, vengas a visitarnos y a dejarnos tu aporte. Realmente te estamos muy agradecidas. Qué bueno lo que nos contás. Qué gran aventura vivió ese gatito. Te agradecemos nuevamente!!!! Que tengas un hermoso finde. (Rosana)
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