Molí nos reta a relatar sobre los 60, y aquí va mi aporte y mis recuerdos. Todos no entrarían en una sola entrada.
Luis Armstrong comió polenta (por Rosana)
Nos sentamos todos alrededor de la mesa. Jamás almorzábamos en mi cocina. La cocina que estaba en el primer piso del departamento que era mi casa y años más tarde, se convertiría en la habitación de mis abuelos porque el río había ya entrado varias veces y dejaba sus huellas por toda la planta baja, firmando cada baldosa y las paredes con el alquitrán que quedaba depositado una vez que se retiraba, pero ese, ese día era especial y la tele estaba ahí y no en otra parte de la casa, estaba en mi cocina.
Cierro los ojos y tengo recuerdos en blanco y negro, tal cual era esa época. Corría 1969 y a mis casi siete años, el televisor lleno de grises esfumados se había convertido en mi mejor amigo. Había llegado al pais en 1951, pero a mi casa, después de 1963. Tenía lámparas que se agotaban o se quemaban bastante seguido y cada vez que ocurría, mis lágrimas inundaban la superficie que ocupara en ese momento; mis lágrimas o mis gritos siempre fueron muy convincentes y con tal de no escucharme más, mi padre volaba hasta Avellaneda a comprar el foco que le devolvería la vida a mi amiga predilecta: la televisión. Confieso que sigue siéndolo, pero por favor, no lo cuenten.
Retomemos porque me voy por las ramas o por las lámparas y no terminaré de contar que ese 20 de julio de 1969, el Apolo 11 alunizó y Luis Armstrong salió por la puertecita y se metió en mi cocina para almorzar con todos nosotros la gran polenta que la nonna había hecho para la ocasión: para ver con la boca muy abierta, mientras salpicábamos polenta entre nosotros, porque estábamos tan asombrados que las exclamaciones eran con la boca llena de maiz con tuco.
Los famosos colores blanco, azul y rojo llenos de estrellitas (varias menos que ahora), se veían blancos y negros. Esa vez, no lograron provocar la contaminación visual que provocan en cada serie o película de su origen.
Qué bueno haber tenido casi siete...Qué bueno que en esas épocas nos creíamos todo. Qué triste entender después de muchos años, muchos, que hasta con la redondez de la luna pudo haberse especulado y enfrentado a los rusos...Qué raza rara somos no? Jamás nos alcanza con lo que tenemos, somos capaces, o mejor dicho, son capaces de montar escenarios teatrales hasta por afuera de las órbitas.
Qué bonito recuerdo con ese momento de estar tomando polenta y ver algo tan emocionante.
ResponderBorrarBesos.
Cariños Noelia
BorrarUn recuerdo al que ahora das vida sintiendo que el astronauta entraba en tu cocina.
ResponderBorrarMuy chulo tu texto. Un abrazo
Siempre recuerdo mucho ese momento, no sé por qué. Un abrazo Albada
BorrarMe he sentido en ese momento con vosotros, en vuestra cocina. Buenísimo. Besos :D
ResponderBorrarRecuerdos y dudas, tiempo pasado que solo rememoramos de vez en cuando. Un abrazo
ResponderBorrarSi, estas ocasiones son buenas para rememorar lo que está muy escondido detrás de la memoria
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ResponderBorrarEse recuerdo es de todo el mundo que vivió aquel acontecimiento en directo, unos se lo creen otros no tanto, pero que algo hubo eso es innegable. Un bonito relato. Besos.
BorrarSi obviamente que algo hubo, pero no puede dejarse de pensar en los intereses que movieron los hilos. Un abrazo enorme!!!
BorrarEl hecho existió y la duda es si se filmó en el momento o se hizo el montaje después. Es una posibilidad. Bueno, no lo dudamos la mayoría y aquello fue un gran impacto en nuestras vidas de terrícolas asombrados. He disfrutado mucho con el comentario. Un abrazo.
ResponderBorrarLo bueno es que todos los días aprendemos más de las opiniones que intercambiamos por este medio. Un abrazo Franziska.
Borrarcuesta creer que llegara nada menos que EEUU antes que los rusos a la luna, aquello fue el disparo de salida que terminaría arruinando una sociedad de trampantojo sin moral ni dios. Con la caída del Muro desnudo el rey y todos lo vieron, se reta a Occidente con guerra en Ucrania y no con progreso
ResponderBorrarCoincido plenamente Rodolfo contigo, cada vez vamos un poco más hacia atrás.
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ResponderBorrarMe gustó como describes todas esas emociones y excitación ante un evento tan trascendente. Supongo que te refieres al astronauta Neil Armstrong y no a Luis Armstrong y su fabuloso jazz :-) aunque bien podrían haber entrado ambos a tu cocina. Me pareció súper tierno lo de la polenta y tu visión de niña, Besos, Rosana.
ResponderBorrarAl leerte me tapé el rostro de vergüenza. Si, si me equivoqué de personaje, pero lo hice estando muy cansada. Gracias Myriam por avisarme.
BorrarEra Neil, pero tan fantástico en lo suyo como aquel otro, Louis soplando su trompeta. A todos nos marcó aquella hazaña. Un abrazo
ResponderBorrarSisis Neogeminis, cometí el error, me equivoqué. Un abrazo gigante!!!
BorrarMe has llevado al momento de lleno y a la polenta de la nona, precioso relato. Besos
ResponderBorrarGracias Molí, creí que no iba a poder inspirarme con este desafío, pero así salió. Un abrazo.
BorrarUna entrada que nos lleva lejos, a momentos vividos con entusiasmo. Gracias.
ResponderBorrarUn abrazo.
Gracias Mara por venir y viajar conmigo y mis recuerdos. Un abrazo gigante.
Borrarbonito texto yo jamas voy al pasado ni siquiera podría escribir sobre el
ResponderBorrarUn abrazo
tu entrada muy buena
Gracias Mucha. El ejercicio de ir al pasado es terapéutico, a veces encuentras los motivos para perdonar ciertas acusaciones que les hacemos a los padres y bueno, están ahí escondidos los momentos y salen para ser parte de la vida presente. Dicen, que quien recurre a la historia puede mejorar el presente, vale tanto para la vida colectiva como para la individual.
BorrarMe encanto tu entrada, me hizo viajar a la infancia y eso me gusta, recordar el pasado para mí es maravilloso, es una muestra de que he vivido, con todo lo bueno y malo que eso guarde, porque es parte de la vida, un abrazo. PATRICIA
ResponderBorrarGracias Patry, yo sé que disfrutás mucho recordarno la infancia y es verdad, es muestra de haber vivido. Te abrazo fuerte.
ResponderBorrarHola guapa , una entrada muy amena y divertida , me hizo gracia , lo de que apeciese en tú cocina para almorzar.
ResponderBorrarBesos y feliz semana.
De flor la del baúl de los libros y juguetes