Aquí les dejo a mi personaje y su historia, el dibujo es una rápida imagen creada por mí para representarlo, si con los años la memoria no me falla, más o menos este dibujo lo muestra, con ustedes:
Por un tal “Iglesias”, así simplemente lo conocían, nadie sabía su nombre y suponían que ése era su apellido.
En sus tiempos mozos debió ser un hombre “pintón”, como se les solía decir a los hombres atractivos en aquellas épocas de mi infancia.
Vestía como los malevos de Buenos Aires (según el lunfardo así llamaban a los matones y pendencieros, que vivían en los arrabales de la ciudad). Así vestido siempre con un pantalón y saco marrón a rayas, camisa blanca y pañuelo al cuello, en su cabeza un chambergo y en la cintura un puñal, que no siempre el saco lograba disimular.
Alejado de los tiempos de arrabales, él vivía fuera de la ciudad capital, entre los quinteros inmigrantes italianos en la costa del Río de la Plata, en un rancho de madera, a orillas del canal.
Nadie sabía a ciencia cierta de dónde venía y porqué se quedó en el tiempo con su vestimenta tan particular, si por un amor perdido o deudas sin saldar, lo cierto es que todos le temían y nadie se animaba a contradecir, pues no sabían cómo podía reaccionar.
Contaban los mayores que cuando llegó a vivir a esa zona era bastante joven, educado y bien presentado, pero que con el tiempo la bebida lo fue cambiando, hasta el punto de que sus ojos inyectados de sangre asustaban hasta el más valiente de los vecinos; el alcohol era un poderoso veneno. Flaco, realmente muy delgado, pero con una fuerza descomunal; cuando se trenzaba a los puños entre dos no lo podían parar.
Le gustaba escuchar los tangos y alguna milonga a veces se le escuchaba silbar, era un guitarrista bastante bueno por eso al principio lo invitaban a alguna celebración para que tocara la guitarra y acompañara a otro músico que tocaba el bandoneón.
Al principio se mostraba bastante educado, saludando a las mujeres que pasaban con una leve inclinación de cabeza y levantando un poco su sombrero. Con el paso del tiempo las buenas costumbres se fueron perdiendo, a medida que el vino se apoderó de su sangre y por cierto que en las quintas había vino en abundancia, ya que la mayoría de los quinteros tenía sus vides de uva “chinche” y hacían sus propias bebidas alcohólicas, por lo tanto, Iglesias estaba bien provisto de lo contrario se iba al almacén de ramos generales y bar a tomarse unos tragos de ginebra o alguna grapa casera.
Tambaleándose por el camino de tierra, hablando con sus fantasmas y enojado con la vida misma se lo veía pasar y todos lo evitaban mientras los niños le temíamos, pues según las abuelas decían pasaba cómo “alma que llevaba el diablo” y obviamente nadie quería cruzarse con el diablo.
La gente lo miraba con recelo, pues un alma en pena con vaya a saber uno que tristezas albergaba, no era de fiar; dejó de andar pulcro y prolijo, ya ninguna flor adornaba su ojal.
Su ropa sucia y raída, el rostro sin afeitar y en su mente los mil demonios fueron a habitar hasta tal punto que una tarde lo vieron pasándose kerosene (el combustible que por entonces se usaba en los faroles de noche) por los zapatos, sus pantalones y sus manos repitiendo que así eliminaría los bichos que se le trepaban... sin dudas deliraba o su mente en una danza de locura perdió toda conexión con la realidad.
A los pocos días lo hallaron muerto a orillas de un zanjón, no fue el puñal de un contrincante sino su peor enemigo: el alcohol.
Si los vicios acaban la cordura del ser mas decente. Iglesias lo aprendio de manera directa y dura. nos queda de ejemplo para que no nos pase lo mismo
ResponderBorrarSin dudas Jose, igual un trago de vez en cuando no hace mal a nadie, el problema es cuando se transforma en vicio.
BorrarMuchas gracias , saludos, PATRICIA F.
Una vida perdida, cuando el alcohol entra la razón sale. Muy bien narrado y bonito dibujo. Abrazos
ResponderBorrarMuchas gracias Ester, sin dudas así es cuando el vicio se apodera de la razón no hay vuelta atrás o es muy difícil, abrazos.
BorrarPATRICIA F.
Un buen relato, he de decir que esa novela es una gran obra literaria, la he leído más de dos veces y siempre saco algo nuevo de su lectura Gran trabajo.
ResponderBorrarBesos.
Hola Campirela, muchas gracias, yo no la he leído aún, pero la leeré en cuanto pueda, ahora estoy con uno que empecé en mis vacaciones y me quedan pendientes tres más, un abrazo.
BorrarPATRICIA F.
Impecable semblanza de tan vívido personaje. Un texto que pinta a la par de entregar su certero mensaje, Patricia...
ResponderBorrarAbrazo más que grande.
Hola Carlos muchas gracias, un poco de alcohol no es malo el problema es cuando se transforma en vicio hasta perder la razón, un abrazo.
BorrarPATRICIA F.
Gracias, Patricia, por participar con este relato en el homenaje a John K. Toole y La conjura de los necios. Un abrazo y suerte!
ResponderBorrarHola David, muchas gracias, está muy buena la propuesta, un abrazo.
BorrarPATRICIA F.
Qué bonito, Patricia. Una historia triste con un punto de melancolía que le da un tono muy especial, casi poético. Muy buen relato.
ResponderBorrarHola Marta muchas gracias por tus palabras, un abrazo.
BorrarPATRICIA F.
Un gran texto, Patricia, moraleja incluida.
ResponderBorrarAbrazo.
Muchas gracias Franconetti, un abrazo.
BorrarPATRICIA F.
Bienvenida Patricia, me alegra volver a leerte!
ResponderBorrarbuena historia, interesante y que es remilveridica; que personaje ese Iglesias, hay varios que andan asi, mamma mia!
Ademas dibujas muy bien.
Te mando un besote y felicidades!
Hola Hada de las Rosas, muchas gracias por tus palabras, me alegra mucho que te haya gustado y que me leas, un abrazo.
BorrarPATRICIA F.
Una preciosidad de relato, que habiendo estado en BA quince días entendí en su total expresión.
ResponderBorrarLa locura también tiene raptos de equilibrio, pena que aquí no. Un abrazo
Qué bueno que hayas estado en Buenos Aires y hayas conocido, muchas gracias por tus palabras.
BorrarUn abrazo.
PATRICIA F.
Hola Patricia un excelente relato. La cordura y el alcohol son malos amigos. Un abrazo y feliz semana.
ResponderBorrarHola Ainhoa, muchas gracias , me alegra que te haya gustado, un abrazo, buen inicio de semana.
BorrarSaludos, PATRICIA F.
Hola, Patricia. Te tengo que felicitar por tan buen relato, donde has sabido dibujar a la perfección a tan singular personaje (tanto con tus letras como con tu pincel). Un abrazo!
ResponderBorrarMuchas gracias Beri por tus palabras, me alegra mucho que te haya gustado mi trabajo, un abrazo.
BorrarPATRICIA F.
Me encantó tu relato de este personaje mítico de tiempos de malebos y taitas de una Buenos Aires que ya fue. Un placer leerlo, Patricia!!!!
ResponderBorrarHola Marta muchas gracias, me alegra mucho que te haya gustado, un abrazo.
BorrarPATRICIA F.
Perfecto retrato de un personaje, al wue nos ayuda mucho a imaginar, tu dibujo.
ResponderBorrarUna evolución de vida, desde que eres joven y todo se aguanta, hasta wue ya no, y la vida te pasa la factura.
Agradezco que muriera de alcohol y no apuñalado por slgun aprove hado de su estado y que antes no se atrevió.
Abrazoo, Patriccia
Hola Gabiliante, muchas gracias , sin dudas los años pasan factura y el cuerpo la recibe, un abrazo.
BorrarPATRICIA F.
Menudo personaje, Patricia, y menudo en todos los sentidos; en el de pieza primero y en el de la buena construcción literaria. Mientras ibas describiéndolo iba formándoseme una imagen bien clara del tipejo. Y qué final, si es que se veía venir.
ResponderBorrarFenomenal relato, Patricia.
Un abrazo!
Hola Pepe, muchas gracias por tus palabras, un regalo para el alma realmente.
BorrarUn abrazo.
PATRICIA F.
"Tragedia en un rancho del arrabal porteño." Esa podía ser la noticia del diario del día siguiente, sin una nota amable para el ser que perdió su futuro en una botella. ¿Qué hubiera pasado si alguien se hubiera atrevido a interesarse por el protagonista, si le hubiera escuchado, si le hubiera ofrecido un trabajo? A veces, la sociedad construye las desigualdades y luego, las margina. Un saludo, Patricia.
ResponderBorrarEse podía haber sido sin dudas el titular del diario, en cuánto al protagonista no sé qué hubiera pasado, eran épocas dónde el orgullo masculino iba más allá de todo.
BorrarGracias por tus palabras, saludos.
PATRICIA F.
Estremece pensar que algunos se incineran como protesta o creencia religiosa. Mejor hacerlo por el alcohol, aunque el fin sea el mismo. El Señor lo acoja en su cálido seno.
ResponderBorrarHola Cabrónidas, es verdad, pero creo que cualquiera de las maneras de sacrificio es espantosa, en este caso Iglesias no tenía familia, pero hay tantos que arrastran detrás el sufrimiento de una familia.
BorrarGracias por tus palabras, saludos.
PATRICIA F.
Me encantan los personajes "esquinados", y al tal Iglesias lo has bordado, sin duda. Se le pilla cierta ternura.
ResponderBorrarMuy, pero que muy bien escrito, Patricia.
Muchas gracias Tara, realmente me alegra mucho que te haya gustado, un abrazo.
BorrarPATRICIA F.
Hola Patricia. Un personaje muy bien retratado, que podría haber podido explotar su encanto personal para labrarse un buen futuro, pero en algún momento erró el camino y se dio al olvido, pues recordar puede ser a veces terrible. Nadie acudió a sacarlo de su locura y así se perdió para siempre. Triste historia relatada de un modo poético. Un abrazo.
ResponderBorrarMuchas gracias Jorge por tus palabras, sin dudas así debió de haber sido y en aquellos tiempos quizá no existía el tipo de ayuda que ahora hay y cada quién vivía inmerso en sus propios problemas.
BorrarUn abrazo.
PATRICIA F.
Hola, Patricia;
ResponderBorrarUn relato atmosférico, que va ganando interés según avanzas en su lectura. Además, como usas un vocabulario fiel al lugar y momento en que trascurre la narración el cuento ganó en interactividad para mí (pararme, pensar y continuar).
Un abrazo, Patricia.
Hola Nino, muchas gracias por tus palabras, me alegra que te haya hecho parar y pensar, que hayas podido interactuar con el texto.
BorrarUn abrazo desde la tierra de los viejos arrabales.
PATRICIA F.
Me ha gustado mucho tu historia. Tan real y común, por desgracia. Y tan descriptiva la decadencia de la persona, por culpa de ese enemigo invisible que parece que es el alcohol! Enhorabuena por tu relato! Un abrazo Patricia!
ResponderBorrarHola Marifelita, sin dudas el alcohol hace estragos en algunas personas al igual que en otras lo hacen las drogas.
BorrarMuchas gracias por tus palabras.
Un fuerte abrazo.
PATRICIA F.
Hola Patricia, es toda una biografía con letras mayúsculas la de este Iglesias. El perfil del personaje me ha gustado y las descripciones. Un abrazote.
ResponderBorrarHola Emerencia, muchas gracias, me alegra mucho que te haya gustado mi relato, un abrazo.
BorrarPATRICIA F.
El alcohol trasforma a las personas en su peor versión, es un hecho. Nos has traído un relato realista, ya que todos conocemos un Iglesias. Me gustó mucho, Patri. Mucha suerte en el concurso.
ResponderBorrarMuchas gracias Cynthia por tus palabras, sin dudas el alcohol como adicción saca lo peor de las personas.
BorrarUn abrazo.
PATRICIA F.
Una buena narrativa que describe a un tipo educado y pintón que a causa de un vicio degenera en individuo temido y evitado.
ResponderBorrarAl final nuestros propios demonios son los que acaban minando toda cordura.
Abrazo.
Hola Francisco, muchas gracias por tus palabras, sin dudas que los propios demonios terminan destruyendo todo cuánto ese ser humano aprecia.
BorrarUn abrazo.
PATRICIA F.
Patricia has dibujado un personaje que por desgracia hay muchos por el mundo comienzan siendo galanes y terminan con unas conductas del alcohól que los sumen en la miseria. Suerte en el tintero. Un abrazo.
ResponderBorrarMuchas gracias Mamen por tus palabras, un abrazo.
BorrarPATRICIA F.
Hola, Patricia. Pobre hombre este Iglesias que nadie supo ni de dónde vino pero sí cómo poco a poco se dejó y se fue. Me ha gustado el estilo que has imprimido al relato , un tanto decadente y con el hablar de Buenos Aires que me ha encantado. Un abrazo.
ResponderBorrarHola Isan, muchas gracias, me alegra que te haya gustado, un abrazo.
BorrarPATRICIA F.
Nunca olvidaré los gritos de una mujer con delirium tremens que estaba en urgencias una noche que tuvimos un accidente de moto. El alcoholismo es terrible y tú, Patricia, has sabido retratarlo de maravilla. ¡Enhorabuena!
ResponderBorrar¡Y suerte con el reto del tintero!
Hola MJ, muchas gracias, imagino lo feo de la situación en ese momento, es muy feo ver a un ser humano en ese estado.
BorrarUn abrazo.
PATRICIA F.
Hola, Patricia. Hermoso retrato de este ser que lamentablemente perdió su vida por el alcohol. Me encantó.
ResponderBorrarUn abrazo
Hola Mirna, muchas gracias, un abrazo.
BorrarPATRICIA F.
Maravilloso relato, cuando el alcohol se hace dueño de la razón, ya no hay vida que vivir. Un abrazo.
ResponderBorrarMuchas gracias Tinta en las olas, eso es verdad, un abrazo, buen fin de semana.
BorrarPATRICIA F.
Hola Patricia! Me encanta vuestro blog y tus publicaciones!!!Me encanta que compartamos nuestro gusto por la expresión escrita!!!!Te dejo mi invitación para que visites mi blog donde comparto un relato que hice con motivo de la convocatoria juevera. Espero te agrade y me participes tu siempre edificante comentario. Abrazo grande!https://ellugardelmundodemarta.blogspot.com/2023/02/blog-post.html
ResponderBorrarHola Marta, muchas gracias por tus palabras.
BorrarMe alegra mucho encontrarte en este mundo de los blogs tan rico en textos para leer, un abrazo gigante.
PATRICIA F.
Hola, Patricia.
ResponderBorrarTodo, y en especial tu forma de narrarlo, parece indicar que se trata de una historia real. Sea como fuere, retratas perfectamente a un personaje muy especial a quien, por motivos desconocidos y muy personales, se dio al alcohol que, como bien dices, es el peor enemigo del hombre, pues lo convierte en un despojo de lo que fue.
Me ha gustado mucho la historia y, sobre todo, cómo la has contado.
Un abrazo y suerte en el concurso.
Hola Josep sin dudas eres muy perceptivo, así es, es una historia real con toques de mis recuerdos, pues este personaje vivía donde yo nací y me crié; con mi hermano le teníamos un poco de miedo y también despertaba nuestra curiosidad infantil.
BorrarLos recuerdos de mi infancia abundan en mi mente, porque a Dios gracias tuve una maravillosa infancia.
Muchas gracias, me alegra mucho que te haya gustado, un fuerte abrazo.
PATRICIA F.
Hola, es triste que en todos nuestros pueblos de antiguo siempre exista "un tal Iglesias" que, de alguna manera, parece formar parte de nuestras historias y nuestra idiosincrasia. Tus letras me han sumergido en la nostalgia y no pude evitar sumergirme en ella como en un tango de Gardel... Me ha encantado, ¡Saludos!
ResponderBorrarHola Octavio, muchas gracias por tus palabras, realmente, me alegra mucho que te haya gustado.
BorrarSaludos.
PATRICIA F.
Hola Patry, mientras leía me iba acordando de la novela "Malevo". Justamente siempre había un personaje que cruzaba desde el Docke a La Boca, por el Riachuelo. Muy buen relato, me gustó mucho. (Rosana)
ResponderBorrarHola Ro, mira vos, en esas épocas anda a saber si no se han cruzado estos personajes, este Iglesias realmente existió, era vecino, y lo recuerdo así vestido, lo del kerosene lo vi y nunca se me olvidó, porque me dio mucho miedo, yo era muy chica.
BorrarMuchas gracias, un abrazo
PATRICIA
Hola Patricia, gran relato con final triste, pero aleccionador. Muy bien argumentado. Un abrazo. :)
ResponderBorrarMuchas gracias Merche por tus palabras, me alegra que te haya gustado, un abrazo.
BorrarPATRICIA F.
Muy bueno.
ResponderBorrarMuchas gracias, saludos.
BorrarPATRICIA F.
Hola Patricia, una vida truncada por el abuso del alcohol es algo que por desgracia pasa mas de lo que nos imaginamos.
ResponderBorrarLo cuentas muy bien, como va poco a poco perdiendo todo lo que tenía y se sumerge en ese mundo negro sin salida y del que quiere salir y no es capaz.
Un abrazo
Puri
Hola Puri, muchas gracias por tus palabras y por leerlo, un abrazo.
BorrarPATRICIA F.
Nos presentas a un personaje retratándolo doblemente, tanto con palabras como con su dibujo. Felicidades.
ResponderBorrarMucha suerte en el concurso, Patricia.
Un abrazo.
Hola Estrella, muchas gracias, un abrazo.
BorrarPATRICIA F.
Alguien que estaba muy bien adaptado a su entorno, en el que se destacaba, vencido por el alcohol.
ResponderBorrarSospecho que debió de pasarle a más de un malevo.
Un abrazo.
Hola Demiurgo, sin dudas a muchos les habrá pasado y cuántos se habrán peleado y muerto a causa de ello.
BorrarUn abrazo.
PATRICIA F.
Lástima de como algunas personas se echan a perder por su mala cabeza.
ResponderBorrarHola de la Flor Ruiz, así es sin dudas, saludos.
BorrarPATRICIA F.
Una caída a los infiernos total. Tanto que a los niños les decían que venia el mismísimo diablo. Me gusta mucho el tono , con ese toque a leyenda de pueblo basada en hechos reales. Mucha suerte en el concurso, Patricia.
ResponderBorrarUn abrazo.
Muchas gracias Pedro por tus palabras, sin dudas que nosotros de niños le teníamos miedo hasta nos asustaba pasar frente a su casa.
BorrarUn abrazo.
PATRICIA F.
Hola, Patricia. Tu personaje, con su trágica historia, sería perfecto para una canción del maestro Sabina. El alcohol es el peor enemigo del hombre, por mucho que se esfuercen en decirnos que con moderación se doméstica. Tarde o temprano pasa factura y a Iglesias le llegó en forma de enajenación.
ResponderBorrarUn buen trabajo que será recompensado. Felicidades.
Muchas gracias Bruno por tus palabras, realmente es un placer lo que me decís, Sabina me encanta, realmente gracias.
BorrarUn abrazo.
PATRICIA F.
Hola patricia, me uní a la propuesta juevera, y te invito a pasar por mi blog para compartir mi relato.https://ellugardelmundodemarta.blogspot.com/2023/02/blog-post.html abrazo grande!!!
ResponderBorrarHola Marta, qué bueno, me alegra mucho, un abrazo.
BorrarPATRICIA F.
Hola, Patricia. Vaya personaje de tango que nos presentas con letra y todo. Una estrella errante de pasado tan desconocido como tormentoso; únicamente aplacado con la bebida hasta llegar a la embriaguez.
ResponderBorrarSaludos y suerte.
Hola JM Vanjav, muchas gracias por tus palabras, saludos.
BorrarPATRICIA F.