miércoles, 3 de abril de 2024

Incomodidades dolorosas.(Por Patricia F.)

 


La propuesta para este jueves, viene del blog de Mónica, NEOGEMINIS, el tema son las INCOMODIDADES.  Son muchas las que pasamos en la vida y esta que les cuento es real, me ha pasado a mi un par de años antes de la pandemia, como nunca olvidé el enojo de ese día, el costo de esa caminata, aquí se las dejo. Obviamente no puedo transmitir el enojo que me generó esa situación.






Incomodidades dolorosas. (Por Patricia F.) 

Esa noche iba a ser otra maravillosa velada de ópera en el Teatro Colón, como cada vez que tenían concierto, ella se vistió para la ocasión, maquilló, perfumó, eligió la cartera a tono con sus zapatos y se predispuso a disfrutar de otra hermosa noche en su querido teatro. 

El plan era tomar café juntos antes del concierto, luego disfrutar del espectáculo y cerrar la noche con una buena cena en su restaurant preferido, comentando la ópera. 

Pero ese día los astros o mejor dicho los hombres se alinearon para no permitir el paso y el consabido piquete interrumpía el tránsito, por lo tanto, era imposible llegar con el auto a destino y hubo que dejarlo a más de veinte cuadras del lugar. Armarse de paciencia y caminar. 

Claro que caminar con zapatillas no sería un problema, el asunto es que estaba con zapatos de tacos y para terminar de rematarla, se largó la lluvia y su paraguas no lograba protegerla del todo. Pero lo peor fueron las dolorosas ampollas que le provocó su calzado y no una, sino, varias. 

Desde ese día y por las dudas siempre lleva en el auto un par de zapatillas, “por si las moscas” dirían por allí. Es preferible caminar con ropa elegante y en zapatillas a las dolorosas ampollas. En la vida se aprende dicen, por la buenas o las malas, así que: al mal tiempo buena cara y a los piquetes caminata y zapatillas; tal vez un día con suerte volvamos a vivir normalmente. 

 

38 comentarios:

  1. Un buen texto con esa incursión a los piquetes que algún día serán historia, ojalá.
    No hay peor cosa que una rozadura y por supuesto es una muy buena idea llevar unas zapatillas cómodas en el bolso por si las moscas, Un besazo Patricia.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Muchas gracias Campirela, sin dudas como bien dicen mejor prevenir que curar, así que ahora, siempre llevo calzado cómodo extra por las dudas.
      Con respecto a los piquetes, ojalá como bien decis, un día sean solo historia.
      Un abrazo.
      PATRICIA F.

      Borrar
  2. Ese teatro, magnífico y que disfruté, bien merece unos zapatos de tacón, pero con la de manifestaciones que andarán cerrando calles, mejor unas zapatillas :-). Por si acaso.

    Muy bien hallado. Un abrazo.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Sin dudas coincido Albada, a veces es dificil llegar por los cortes.
      Me alegra mucho que hayas conocido el Teatro, realmente vale la pena.
      Muchas gracias por tus palabras.
      Un abrazo.
      PATRICIA F.

      Borrar
  3. Al menos disfruto de una buena velada operística, se supone.
    No hay zapatos ni piquetes, que puedan con eso.
    Un abrazo.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Sin dudas Alfred, así es, una vez dentro del teatro es como estar en otro mundo, un abrazo.
      PATRICIA F.

      Borrar
  4. Un horror tener que vestir para una ocasión especial zapatos de tacón, y, por un imprevisto así, acabar con ampollas. Es una de esas tantas situaciones que nadie ha librado experimentar, pero definitivamente, nadie repetiría. Buen remedio llevar en el coche unas zapatillas, por si acaso, que uno nunca sabe....
    Muy buen relato, Patricia. Un abrazo!

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Hola Sckyw_712, muchas gracias por tus palabras, sin dudas salir esperando disfrutar un momento agradable y terminar así es muy feo además de incómodo, doloroso.
      Un abrazo.
      PATRICIA F.

      Borrar
  5. Y para las bodas, tambien es bueno llevar unas bailarinas cómodas de recambio, como dices en tu historia vamos aprendiendo, aunque por un espectaculo en el Colon sacrifico todo. Abrazos

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Es verdad Ester, si uno desea bailar toda la noche en una fiesta, debe llevar un recambio cómodo, sino termina como mi hija y sus amigas cuando iban a los cumpleaños de 15, hace muchos años ya, bailando descalzas.
      El Colón sin dudas vale los sacrificios, un abrazo.
      PATRICIA F.

      Borrar
  6. Eso es algo que nunca haría un hombre, lo de tener un calzado más cómodo :) Irían directamente en zapatillas, lo de sufrir para lucir bien no va con la mayoría de ellos

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Hola Beauséant, sin dudas que no, muchos hombres no se fijan ni les importa, es verdad.
      Muchas gracias por leer y comentar, saludos.
      PATRICIA F.

      Borrar
  7. Antiguamente se decía " para presumir hay que sufrir" y algunas lo llevaban a rajatabla! Je, je! Por suerte los tiempos van cambiando en ese sentido a mejor buscando la comodidad ante todo! Un abrazote!

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Sin dudas Marifelita, por suerte los tiempos cambian y en mi caso con la edad, yo también cambio, ahora busco la comodidad por sobre todo, un abrazo.
      PATRICIA F.

      Borrar
  8. Texto testimonial de las insufribles incomodidades con las que aún tenemos que vérnoslas acá... Bien hecho, Patricia.
    Abrazo hasta vos!!

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Muchas gracias Carlos, ojalá que se vayan terminando estas incomodidades, pues poder circular libremente es nuestro derecho, un abrazo grande.
      PATRICIA F.

      Borrar
  9. Entiendo la frustración y el doloroso recuerdo! Jeje. Muy buen aporte para este jueves de incomodidades, Patricia. Un abrazo y gracias por participar

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Muchas gracias Mónica, ha sido un placer participar, cuando vi el tema en seguida me vino a mente ese episodio, un abrazo, buen fin de semana.
      PATRICIA F.

      Borrar
  10. Hola, Patricia. Cuántas ampollas habrán salido por culpa de unos tacones. Será por eso que nunca me han gustado demasiado. Muy bonitos a la vista y no tanto al uso.
    Tu relato deja una buenísima reflexión al respecto.
    Un beso.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Sin dudas cuando era joven usaba tacos muy altos, con los años los fui bajando y si bien eran tacos bajos, eran zapatos de vestir, que igual te destruyen los pies.
      Muchas gracias por tus palabras y por leer.
      Un abrazo.
      PATRICIA F.

      Borrar
  11. Muy buen relato, en cuanto al tema del calzado, como hombre no puedo opinar mucho al respecto. El nuestro es más sencillo.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, sin dudas, los hombres siempre andan más cómodos en cualquier ocasión, un saludo.
      PATRICIA F.

      Borrar
  12. Preferible aprender por las buenas que por las malas. Buen relato

    ResponderBorrar
  13. De todo se saca una enseñanza y de las cosas dolorosas , más. Y las ampollas es algo que duele a rabiar.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Sin dudas Tracy, si hay algo que detesto son las ampollas provocadas por un calzado ajustado, pero a veces es dificil salvarse de ellas.
      Un abrazo.
      PATRICIA F.

      Borrar
  14. Hola Patricia, con lo dolorosas que son las ampollas, por supuesto que mejor vestida y en zapatillas que sufrir las ampollas. Siempre habrá otra ocasión para el teatro. Un abrazo

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Hola Nuria, sin dudas que así es, nada más incomodo y doloroso, muchas gracias por leer y comentar, un abrazo.
      PATRICIA F.

      Borrar
  15. Un horror padecer ampollas en los pies y sí, es preferible ir elegante pero en zapatillas. Buena aportación. Un abrazo!
    lady_p

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Hola lady_p muchas gracias por tus palabras, sin dudas coincido las ampollas son horribles.
      Un abrazo.
      PATRICIA F.

      Borrar
  16. y lo que disfrutaste en la opera.. ¿ qué?
    y lo que disfrutaste en la cena .. ¿qué?
    Seguro que ambas te parecieron sun mejor de lo que fueron.
    Balance: si hubieras sabido lo que iba a pasar, ¿ habrías renunciado a,la salida? También habrías perdido la ópera y la cena, eh? Esa ópera era el último día que se hacía,y el restaurante se transformaba en un macdonalds al día siguiente. No vale decir que habrías cogido las zapatillas.
    que decides?
    Abrazooo

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. jajajajaja, obvio, en zapatillas o hasta descalza hubiera ido, amo la ópera e ir al Teatro Colón, me encanta y ese restaurant que vamos a cenar después me encanta, es un clásico de Buenos Aires tiene como cien años, excelente comida y variada y excelente atención, me muero si se transforma en una hamburguesería, nooooo, jajjajaja.
      Un abrazo grande y muchas gracias por tus palabras.
      PATRICIA F.

      Borrar
  17. Y es que a veces los planes se desbaratan por segundos, por suerte no puedo llevar tacos algo que ha evitado una gran dosis de sufrimiento. Buen relato, besos.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Muchas gracias Molí por tus palabras, sin dudas muchas veces nos sucede que las cosas van a contramano de lo que proyectamos y hay que adaptarse, un abrazo.
      PATRICIA F.

      Borrar
  18. Si a la incomodidad psicológica de una situación embarazosa le unes la derivada del daño físico, será el escenario perfecto para no olvidar nunca ese caminar entre los piquetes.
    Que pasen pronto a la historia.
    Felicidades por tu aportación, Patricia.
    Un abrazo.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Muchas gracias Marcos por tus palabras, ojalá que pronto esos famosos piquetes sean historia, pues no es vida para los que necesitamos circular por la ciudad.
      Un abrazo.
      PATRICIA F.

      Borrar
  19. Esa si que fue una incomoda noche...sin contar que no me entere si llego a suceder la cena..o algo mas....bss

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Hola Diva, si ha sido muy incómoda por suerte luego vino el disfrute de la obra en el teatro y luego la cena, eso fue el alivio al alma, un abrazo.
      PATRICIA F.

      Borrar

Uno entre miles. (Por Patricia F.)

  Este jueves la propuesta vuelve de la mano de Neogéminis.  Mónica nos desafía a escribir un relato titulado: 1 entre 1000, después de much...