En este mes de noviembre el VadeReto se une junto al blog de Cristina Rubio, Alianzara, donde nos proponen hacer un reto conjunto, el tema: El Espacio, el lugar donde sucede la historia, lugar que influye directamente en los personajes, en sus emociones, en la trama de la historia, pensamientos, patologías, etc. Un relato de terror, suspenso o misterio.
Por último, los relatos se pueden acompañar con la banda sonora de Danza Macabra de Camille Saint-Saens, eligiendo entre las tres versiones sugeridas.
Mi historia transcurre en una vieja casona, una mujer con el alma atormentada por sus propios fantasmas.
Debajo el video que elegí entre los tres propuestos.
La sombra de una vida. (Por Patricia F.)
(Fotografía de mi autoría)
Por la casa en penumbras se desplazaba en silencio, temía despertar a los espíritus que tras las paredes habitaban, guardianes de secretos tan oscuros como sus almas...
Tanto le deseó la muerte que esa mañana al despertar descubrió que su deseo se había hecho realidad y desde entonces su madre de eterno luto se convirtió en otra alma en pena habitando esa casa. Ella con sus escasos doce años obligada a vestir el eterno negro, igual que su madre, comenzó a sentir culpa ante las copiosas lágrimas de ella.
Tanto deseó su muerte que esa mañana no lloró la ausencia de su padre, lo odiaba, él era malo y abusivo con ella, nunca la quiso así que sonrió, en ese preciso momento fue feliz.
Sólo en ese instante...
Pero al ver ese cuerpo inerte dentro del ataúd se sintió culpable, después de todo su padre murió porque ella así lo deseaba y a partir de entonces la persiguió esa culpa, creía que él desde los mismos infiernos la observaba, se volvió taciturna y deambulaba por la casa como los mismos espectros que imaginaba no la dejaban sola. Era culpable y por lo tanto terminaría ardiendo en el averno junto a él, pues sin dudas era igual de despreciable y tan mala como él, sin dudas como su hija había heredado su perversidad.
En las noches cuando dormía, de repente sentía el corazón galopar en su pecho como un brioso caballo salvaje corriendo desbocado en una pradera, ante cualquier sonido extraño y se despertaba tan sobresaltada atajando a su corazón para que no se le escapara por la boca.
Vivía en penumbras, nunca pudo deshacerse de la angustia y la tristeza cuando su madre así cual una sombra un día desapareció, se desvaneció en ese mundo oscuro.
Quedó sola entre esas paredes, adulta ya, sentía el peso del tiempo y la locura en sus espaldas, su padre desde algún lugar oscuro la seguía castigando y su madre no paraba de llorar, sabía que siempre la estarían atormentando.
Caminaba por los pasillos sintiendo ese agobio, la falta de aire, pero no podía abandonar esa casona, un lazo invisible la ataba a ella, el aire se tornaba irrespirable cuando desde los retratos esos ojos la observaban, miradas vacías que desde el más allá le gritaban que ella era la culpable.
Su locura desataba los más locos pensamientos, arrojaba cosas a las paredes cuando sentía allí sus presencias, solo deseaba dormir, por una vez en la vida sentirse libre y tan solo poder descansar.
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