Convocatoria del jueves 6 de marzo a cargo de Nuria, en su blog Bitácora Literaria, siendo el 8 de marzo el Día internacional de la Mujer su propuesta es dar visibilidad a la mujer, sin superar las 350 palabras.
En mi caso dedico este escrito a las cuatro mujeres que fueron pilares y ejemplo en mi vida desde que nací.
La fotografía que acompaña mi texto es un collage de algunas fotos que conservo con mi madre, abuela y tía Chichi de bebé y con mi tía Tita de joven.
Mis mujeres. (Por Patricia F.)
Podría inventar muchas historias, pero no es necesario porque en mi vida hubo MUJERES, sí así con mayúscula que fueron mi ejemplo a seguir en muchos aspectos y que, gracias a sus enseñanzas, amor, paciencia y mucho, mucho más soy la mujer que soy.
Mi madre, mi nona, mis dos tías cada una a su manera me enseñaron, pero por sobre todas las cosas me dieron tiempo, buen tiempo, de charlas, de momentos compartidos.
La vida para ninguna de ellas fue fácil, las golpeó duro desde pequeñas, pero ellas supieron superar cualquier obstáculo y me transmitieron esa fuerza de superación.
Mi abuela, mi nona adorada, era puro amor y ternura, aunque la vida la vistió de luto muy joven y la siguió golpeando duro hasta su muerte, mucho aprendí a su lado.
Mi madre, tanto podría decir de ella, tantas cosas buenas tenía, pero lo resumo entres palabras: “era mi MAMÁ”, cuando partió se me desgarró el alma.
Mi tía Lucrecia o Chichí para los íntimos, mi madrina, mi compinche la que con palabras hacía magia y de su imaginación podía sacar bombones de unas simples remolachas hervidas o transformar la cocina en un escenario donde podíamos bailar ballet la que siempre me leía libros y hacía más fecunda mi imaginación.
Mi tía Andrea o Tita para todos, mi primer regalo de papá Noel llegó de sus manos, los mates en la cama y paseos cuando de adolescente me quedaba en su casa, fue la última de mis mujeres en abandonar este plano, muy viejita, largas charlas telefónicas manteníamos.
Salieron a pelearle a la vida, cada tristeza, cada dolor, cada temor que les presentó, a veces salieron airosas y otras no, yo aprendí de cada una de esas luchas, de cada tristeza y de cada alegría ser fuerte y a no aflojar.
Mucho más podría decir de ellas, pero las palabras permitidas en estos relatos son pocas, así que resumo:
Las amé y las amo.
Gracias a ellas soy.
Las extraño mucho.
Las recuerdo siempre.
Y sencillamente GRACIAS, por haber sido las mujeres de mi vida.
El video dedicado a todas las mujeres que pasan de visita por el blog, feliz día a todas.
El ejemplo que nos dejan es el que nos ayuda a decir caminos, a veces si dudamos el recuerdo de alguna no indica por dónde seguir. Las mujeres con las que crecemos son muy importantes y les debemos mucho. Les has dedicado un recuerdo precioso, un reconocimiento merecido. Abrazos
ResponderBorrarHola, Patricia.
ResponderBorrarPrecioso tributo que has escrito para las mujeres de tu vida. Y es verdad, somos quien somos gracias al amor, cariño y comprensión de todas ellas. Pero, sobre todo, a la tenacidad. A mi madre, ya que me has hecho recrearme en la vivencia, le agradeceré siempre que me enseñara a reír ante el abatimiento. Ese regalo es el mejor que ha podido darme.
Un abrazo.