El tuco de la Nonna. (Por Patricia F.)
Los domingos bien temprano por la mañana, se levantaba, ponía ramitas secas, papel y algunos coquitos de eucaliptus para perfumar la cocina, encendía el fuego, colocaba algunas leñas, la pava para calentar el agua para hacer el mate cocido.
Mientras picaba las cebollas, morrones, zanahorias, ajo, todas de la huerta propia, condimentaba y agregaba dos hojas de laurel de la planta que tenía al lado de la casa, trozaba el pollo, retiraba un par de aros de hierro de la cocina económica y ponía la olla donde se cocería su magia.
Mientras el tuco hervía al calor del fuego de leña, amasaba los fideos caseros, que quedaban con un hermoso color amarillo, por los huevos provenientes de sus gallinas alimentadas a maíz, libres comiendo bichitos y pasto; recuerdo sus manos sosteniendo la cuchilla y sus dedos en garra que ninguna escuela de gastronomía le enseñó, la escuela de la vida, el transmitir los aprendizajes de madres a hijas, de abuelas cariñosas.
Mientras estiraba la masa con el palote yo observaba, con qué agilidad la cortaba y aprendí.... Aprendía a meter las manos en la masa, a sentir la textura, ninguna máquina iguala eso. Cerca del mediodía la cocina se inundaba del aroma exquisito del tuco, entonces con su cuchara de madera, revolvía la olla y mojaba un pan en esa salsa, me lo daba y me preguntaba: ¿está rico?...
Sabía a gloria, a amor de Nonna, con los años trato de lograr esa salsa exquisita pero nunca llego a tanto, queda sabrosa, pero nunca como la de mi abuela Elena.
Hay sabores que también se graban en el alma, son los que van mezclados con el cariño que profesábamos a nuestras queridas abuelas, madres y abuelas son únicas.
ResponderBorrarNo te imaginas cómo te entiendo.
Cariños.
Kasioles
Hola Kasioles, sin dudas así es, ese cariño está grabado en el alma junto con los recuerdos, me imagino que en tu corazón también anidan esos bellos recuerdos y sin dudas se refleja en muchas de nuestras actividades, pero para mi en la cocina, sin dudas es donde se demuestra más ese cariño, un abrazo.
BorrarPATRICIA F.
Como la comida de la abuela no hay nada, esos aromas se nos graban para siempre, y dentro de unos años habrá alguien que piense lo mismo de nuestras comidas. Un abrazo
ResponderBorrarHola Ester, sin dudas así será, y las tradiciones van de boca en boca y en los corazones, recuerdos, todo va formando ese lazo invisible con nuestro pasado y con el futuro en algún descendiente,
BorrarUn abrazo.
PATRICIA F.
Cuando leí. Como agua para chocolate, de la mejicana Laura Esquivel, supe que el buen sabor de la cocina estaba en las fórmula o recetas de la comida de tradición, que se confirma con este texto sobre el plato del tuco. Y, vaya que en la buena cocina, influye le estado de ánimo de las personas. TU texto, bello y hermosamente entrañable. Cuánto añoro los olores que se me quedaron de la arepa molida y puesta a asar; del café recién hecho aromando la casa; del olor de mute hecho al fogón de leña, olores que se han espantado, porque la cocina, hoy se volvió un hacer de máquinas, y ellas cuál sentimiento. UN abrazo. Carlos
ResponderBorrarHola Carlos, muchas gracias, es verdad esos aromas que se guardan en nuestra memoria son entrañables, me hablas de la arepa molida puesta a asar, conozco y he comido arepas, pero no sé si se prepara de la misma forma, me gustaría que me cuentes qué plata es el mute, no lo conozco, y soy fanática de la cocina, me gusta a prender y saber sobre platos tradicionales y de hogar.
BorrarYo amo la cocina casera y meter las manos en la masa, no soy de las máquinas, ni de lo artificial, es verdad la cocina es amor y es un arte, un abrazo.
PATRICIA F.
Algunas comidas son un nexo, un hilo plateado que te lleva de vuelta a la infancia, al pueblo, a los veranos pasados donde tu abuela cocinaba, te daba consejos y te preparaba para una vida que aún estaba por llegar....
ResponderBorrarEs muy cierto y esos recuerdos quedan grabados en el corazón, muchas veces un aroma los trae nuevamente y la emoción vuelve a conmoverte, saludos, PATRICIA F.
BorrarCierto, Patricia!! mi abuela tambien hacia unos tucos increibles, nunca pude lograr algo igual, tenia algun tipo de ingrediente magico. Sobre todo que empezaba bien temprano, y yo no puedo madrugar porque me hace muy mal jajajaja!
ResponderBorrarEsos aromas de la infancia marcan para siempre y viven ahora en nuestro corazon.
Un beso y feliz noche. ･ ｡
･ ｡🍃
🌼 ∴｡ *
･ﾟ*｡🌷･✨
✨･ *ﾟ｡ *
🍃･ ﾟ*｡･ﾟ🌷｡
🌼･｡°*. ﾟ
* ✨ﾟ｡·*･｡ ﾟ* 🍃
ﾟ *.｡
Creo que el ingrediente mágico tiene que ver por un lado en que antes todos los productos que se usaban eran muy frescos, generalmente de la huerta propia y las gallinas o pollos del propio gallinero, por otro lado el amor conque hacían sus comidas, la paciencia, el tiempo que se tomaban para hacerlo, ahora vivimos apurados y la materia prima que se consigue en los mercados no siempre es buena, muchas gracias, un abrazo. PATRICIA F.
BorrarAgradecida por tus letras.
ResponderBorrarMe hablas de las manos de tu madre que ves reflejadas en las tuyas y algo parecido me pasa a mí.
No hay día que me levante sin recordarla.
Admiro el que hayas logrado mantener vivas esas plantas durante tantos años, sin duda encierran un algo muy especial, no quiere separarse de tu lado.
Yo sé, que de alguna manera, siguen estando mientras las recordemos.
Te dejo un fuerte abrazo.
Kasioles
Hola Kasioles, gracias por tus palabras, si varias plantas conservo y trato de hacer gajos para no perderlas, me alegra saber que te pasan cosas parecidas, siempre desde algún lugar nos acompañan.
BorrarUn fuerte abrazo. PATRICIA F.
Protesto!
ResponderBorrarAhora tendré que ir al refrigerador a ver que hay para comer :(
jajajaja, bueno, si no hay nada te paso la receta para que te prepares algo rico, saludos. PATRICIA F.
Borrar