Esta semana el desafío de los jueves está a cargo del blog El Vici Solitari, el tema propuesto es "La silla narradora", hay muchas posibilidades con la silla elegida y ella narrara una historia.
En mi caso elegí la silla matera, la típica silla que se usa en el campo para tomar mate.
Aquí debajo dejo la imagen de una silla matera típica.
Luz mala: es una leyenda arraigada en Argentina, en el campo, describe un fenómeno luminoso, parecida a fuego fatuos considerada como un alma en pena o un espíritu errante. Se cree que estas luces están asociadas a la muerte o la búsqueda de justicia.
Sillita matera. (Por Patricia F.)
Aquí me ven luciendo mi nuevo atuendo, siempre fui petisa y retacona, con posaderas de paja, un clásico y sencillo tejido campero para acompañar el mate al lado del fogón.
La de historias que habré escuchado al calor de las llamas... Siempre tuve la duda si "la luz mala" era realmente un alma en pena o el reflejo de la luna entre los árboles o algún paisano con algunas copas buscando el camino al rancho.
En la rueda de mates los cuentos se hacían largos, había que entretener las tardes de domingo o el rato antes de ir a descansar.
En fin, el tiempo fue pasando y mi asiento se fue rompiendo, los paisanos se fueron yendo y el fogón se apagó y yo terminé abandonada en un rincón, hasta que un día alguien me encontró y me dio nueva vida, me pintó de blanco, rehízo mi asiento con nueva paja y me adornó con un alegre, colorido almohadón de pachwork. Ahora formo parte de la habitación de una niña pequeña que me suele usar en sus juegos con sus muñecas, ahora escucho cuentos de princesas, ¿será que la luz mala ya se apagó?...
En mi pueblo esas sillas se las llama asientos de mimbre y mis abuelos tenían varias en la cocina , ,todavia las hay en algunas casas del lugar.
ResponderBorrarCuantas historias alrededor de la chimenea abre escuchado de pequeña ,sentada en un asiento como el que tú nos dejas.
Un besote , muy feliz semana.
La vida cambia y hay que adaptarse. O que nos adapten y adopten. Porque los dueños, seguro que no son los mismos.
ResponderBorrarAbrazooo
Con niños jugando, las leyendas de luces malas, ya no interesan, desaparecen y se disfruta del lugar.
ResponderBorrarAbrazo.
Que bonito como nos llevas a tus costumbres, saber de todas nos recuerda las propias, mas o menos como te dice Campirela, le dabamos otros usos pero tan similares... Un abrazo
ResponderBorrarha sido ver esa silla, con ese cojín, y a las puertas de una casa, y he vuelto al pueblo de mi padre y a aquellas veladas al fresquito de la tarde :)
ResponderBorrarHola Patricia!
ResponderBorrarMe ha encantado esta silla matera con tanta personalidad, y que alguien haya sabido apreciar su valor y darle una merecida segunda oportunidad! En España también son muy típicas esas sillas, yo cuando era niña tenia una roja y chiquitita para mi! Je, je! Un abrazote!
Parece que a la silla le gustan las historias de diversas clases, siempre que sean fantásticas.
ResponderBorrarInteresante la mención a la luz mal.
Besos.
Esa silla me recuerda a la que tenían mis abuelos en el pueblo, bajitas y se les ponía un cojín. Me has recordado mis tiempos de niñez, PATRICIA. Y qué bien que haya terminado esa silla con la niña entre sus juegos.
ResponderBorrarMe ha encantado tu relato.
Un besazo.
Hola Patricia, qué recuerdos me trae esa Sillita matera, estoy con mis hermanas con apenas dos añitos, y yo que era una renacuaja estaba sentada en una sillita de mimbre sobre una silla de madera para llegar a la mesa 😊, un relato muy emotivo. Me encantó. Un abrazo
ResponderBorrar