Para este jueves 26 de octubre el reto se encuentra a cargo de Campirela , debido a que el 26 de junio se celebra el Día Internacional de la Lucha contra el uso Indebido y el Tráfico ilícito de Drogas, esta fecha ha sido instaurada por la Organización de las Naciones Unidas, para concientizar a la población sobre la importancia de la prevención, tratamiento y rehabilitación con respecto al consumo de drogas.
Mi historia es real y el tema me vino como anillo al dedo para contar (y de alguna manera concientizar a otros), la experiencia que me tocó vivir en mis primeros años como docente y que dejan una marca en la vida.
Inocente a pesar de todo. (Por Patricia F.)
Corría el año 1985, recién recibida de maestra, conseguí trabajo como profesora en un secretariado comercial, donde los alumnos casi tenían mi edad, yo 21 y algunos de mis alumnos 18 o 19 años. La directora del Instituto me dijo que fuera muy seria para que mis chicos no me faltaran el respeto, por la poca diferencia de edad.
Gracias a Dios eso no ocurrió, tuve alumnos de todas las edades dentro de ese rango, incluyendo un alumno disminuido visual y una alumna hipoacúsica, los revoltosos de siempre también. Recuerdo aquella época con mucho cariño y alegría a pesar de todo lo que ocurrió con uno de ellos, Marcelo, era muy vago pues no estudiaba, pero tenía muy buen corazón, era el que daba la cara por sus compañeros, asumía culpas, aunque no las tuviera, hacía tontas travesuras, pero nada más.
Sabíamos que no andaba con buena compañia fuera del instituto, que se drogaba y tratamos de hablar con su mamá para que tratara de ayudarlo, obviamente su madre ignoro nuestras palabras.
Eran otros tiempos no se hablaba como ahora de las drogas no existía la información, tecnología ni redes sociales, nada, todo era muy silencioso y si se podía, se ocultaba.
Recuerdo que una vez, Marcelo me dijo que él estaba mejor ahí adentro del colegio, que afuera, nunca me faltó el respeto ni fue mal educado.
Ese verano, me enteré de que Marcelo había muerto abatido por la policía en un asalto, sus compañeros de drogas, los de la calle, de la mala junta escaparon, mientras él allí murió desangrado. Fue muy triste ese comienzo de clases con esa noticia, porque estoy segura de que si él hubiera recibido ayuda no hubiese terminado así.
No estaba bien lo que hacía, drogarse y salir a robar para conseguir más drogas, en eso estoy de acuerdo, pero sé que no era mal chico, que pedía ayuda y no la recibió.
Marcelo tenía 16 años cuando murió, seguramente nadie se acuerde de él, yo no pude olvidarlo, sus palabras siempre estuvieron en mi memoria; “si yo estoy mejor acá adentro que afuera, profe” ...
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